Este fin de semana volveremos a adelantar los relojes, pero posiblemente será una de las últimas veces que lo hagamos: la mayoría del Parlamento Europeo votó este martes a favor de la iniciativa de la Comisión Europea para dejar de cambiar la hora dos veces cada año. Aún quedan por delante negociaciones con los países miembros, pero el objetivo es que en 2021 cada Estado decida si quiere quedarse todo el año con el horario de verano o el de invierno.
No será la primera vez que un país decide dejar de adelantar y retrasar la hora. En muchos casos, se ha hecho porque los beneficios económicos y de luz no son tan notorios como parece sobre el papel. También se han tenido en cuenta motivos de salud relacionados con los perjuicios de cambiar nuestros horarios dos veces al año. En ocasiones, la decisión no se ha considerado acertada y se ha vuelto al cambio horario.
Repasamos algunos casos, con información de los corresponsales de EL PAÍS:
Los países que nunca cambiaron la hora
No todos los Estados cambian la hora de sus relojes dos veces al año. Esta práctica se circunscribe sobre todo a América del Norte y Europa. La mayor parte de Centroamérica, Sudamérica, Asia y toda África no toca sus relojes a lo largo del año. Esto incluye países como Brasil, Argentina, Colombia, China, Japón, la India....
Los países más cercanos al Ecuador no necesitan hacer este cambio, ya que sus horas de luz y oscuridad cambian poco a lo largo del año. En los países situados más al norte el cambio también carece de sentido, ya que la diferencia entre horas de luz en invierno y en verano es demasiada como para que se pueda compensar moviendo las agujas del reloj. Si los países nórdicos hacen este cambio es por armonizarse con el resto de la Unión Europea. Por ejemplo, en Helsinki el sol sale a las cuatro de la mañana y se pone a las diez y media de la noche en junio; en diciembre sale a las nueve de la mañana y se pone a las tres de la tarde.
Los países que dejaron de hacerlo
Muchos países comenzaron a adelantar los relojes en verano durante la Primera Guerra Mundial, con el objetivo de reducir el consumo de carbón. Gran parte no aplicó este cambio de forma continuada hasta 1974, con la crisis provocada por el incremento de los precios del petróleo.
En algunos casos, esta iniciativa no llegó a cuajar, aunque se pusiera en práctica y ya sea por motivos geográficos, políticos o culturales. Por ejemplo:
- Argentina. Durante el siglo pasado, Argentina tuvo horario de verano e invierno, pero dejó de utilizarlo en el año 2000 ante las quejas de las provincias orientales, que en verano veían cómo el cielo se iluminaba hasta cerca de la medianoche.
En 2007, en medio de una crisis energética sin precedentes, se apeló otra vez al salvavidas de los relojes. Hasta 2009 el Gobierno cambió la hora en verano para extender las horas de luz hacia la noche y ahorrar energía, pero la aguja del consumo apenas se movió. Habían cambiado los hábitos de consumo eléctrico y ya no era la iluminación el factor desestabilizante sino el uso de los acondicionadores de aire. El pico de tensión eléctrica pasó de la noche a las horas de más calor de la tarde. El cambio de hora se volvió entonces irrelevante y pagar el costo político ya no valió la pena. Hoy Argentina no discute el cambio de hora, inmersa en la resolución de problemas económicos más urgentes.
- Rusia. En Rusia, con casi 10.000 kilómetros desde el punto más occidental al más oriental, hay 11 husos horarios. Cuando en Kaliningrado son las 14.00, en Kamchatka es medianoche. En 2011 se aprobó una ley para cambiar los relojes por última vez. El Gobierno ruso determinó que se quedaban con el horario de verano. Los debates parlamentarios aludieron entonces a informes médicos que afirmaban que la modificación horaria no es buena para la salud, ya que el cuerpo debe resetearse dos veces al año, y aconsejaban evitarlo.
Tres años después, en 2014, otro decreto dictó cambiar la hora de nuevo. Pero una única vez y para regresar al horario de invierno. La Agencia Rusa de Salud afirmó que el tiempo de verano no es aconsejable durante todo el año, así que se volvieron a cambiar los relojes para atrasarlos una hora. Y desde entonces no ha vuelto a cambiar.
Hace unas semanas, el diputado de Rusia Unida Andrei Varishe propuso volver a un sistema de cambio de horario dos veces al año. El parlamento debe revisar su propuesta, pero el debate sobre los efectos del cambio de hora se ha apagado en Rusia.
- China. China dejó de experimentar con el cambio de hora hace prácticamente 30 años. La última vez que lo probó fue entre 1986 y 1991, también con la intención de ahorrar energía. El sistema, sin embargo, generó mucha confusión y rechazo sobre todo en provincias sureñas como Cantón, mucho más cercana al ecuador que Pekín y, por tanto, menos beneficiada por la modificación. Posteriormente ha habido algunas voces que piden retomar esta práctica, pero las autoridades nunca han considerado el cambio horario una prioridad.
Más allá de no cambiar los relojes dos veces al año, en China sucede un fenómeno único en el mundo. Pese a ser el cuarto mayor Estado del planeta por superficie, en todo el país rige la misma hora. Todo el territorio chino sigue la hora oficial de Pekín (GMT +8), algo que impuso Mao Zedong –el fundador de la República Popular China- en 1949 con el objetivo de unificar a un país dividido que salía de una guerra civil. Antes de que el Partido Comunista tomara el poder, el territorio chino se dividía en hasta cinco husos horarios distintos.
La realidad es que, en la práctica, este sistema aún vigente conlleva importantes desbarajustes. La distancia entre Shanghái, en la costa este del país, y Kashgar, en el oeste, es casi de 4.200 kilómetros en línea recta. Mientras en la capital económica de China el sol salió el pasado 20 de marzo a las 6.00, en Kashgar no apareció hasta las 9.00. Las diferencias se acrecientan en otros meses del año en esta urbe situada en la región occidental de Xinjiang: en pleno invierno no amanece hasta pasadas las 10.15 de la mañana y en verano no se pone el sol hasta las 22.30. En las regiones más occidentales del país es habitual que los oriundos utilicen, de forma extraoficial, un horario más acorde con sus horas de luz.
- Marruecos. Seis meses después de que Marruecos decidiera por decreto y de un día para otro abolir el cambio de hora de invierno, el tema está más que olvidado. En su día causó ciertas protestas. Sobre todo, por la forma sorpresiva en que se ejecutó el asunto. Protestaron varias asociaciones de los padres de alumnos y los aparatos inteligentes seguían marcando la hora incorrecta durante una semana. Pero el tema dejó de ser polémico al cabo de un mes. Y hoy en día, nadie se acuerda de él. Ahora mismo, la península está en hora con Marruecos. Después del cambio horario del fin de semana del 31 de marzo, Marruecos estará en hora con Canarias.
- Japón solo aplicó el cambio de hora entre 1948 y 1952, obligada por los estadounidenses tras la Segunda Guerra Mundial. Se abandonó sin mucho debate, excepto en la región de Hokkaido, al norte. En esta prefectura, en verano amanece antes de las cuatro de la mañana y el sol se pone pasadas las siete de la tarde. El presidente de la entidad organizadora de los Juegos Olímpicos de 2020 de Tokio propuso recientemente adoptar el cambio horario para el verano de ese año, con el objetivo de evitar que los atletas compitan en las horas más calurosas del día. Por el momento, la idea se ha rechazado.
Los países que lo dejaron, pero luego volvieron
Algunos países intentaron dejar de hacer el cambio de hora, motivados por el peso cada vez menor del ahorro energético y las incomodidades derivadas de este ajuste. Pero no es tan fácil: mantener el horario de verano todo el año puede suponer amaneceres demasiado tardíos, y hacerlo con el de invierno significa que anochece antes de lo acostumbrado en primavera y verano.
- Chile. En 2015, el país decidió quedarse con el horario de verano todo el año y no tocar los relojes. Pero no salió bien, como recordaba EL PAÍS: los padres se quejaron de tener que llevar a sus hijos al colegio a oscuras durante los meses de invierno, por lo que en 2016 se volvió al cambio de hora estacional, primero solo durante tres meses y luego durante cinco.
La excepción: Magallanes, en el extremo sur. Sus noches de invierno son muy largas y sus habitantes preferían contar con una hora más de luz por las tardes. Punta Arenas, principal ciudad de la región, está a unos 2.500 kilómetros de Santiago de Chile y a 700 de la Antártida. En su invierno, amanece en torno a las 10.00 y anochece sobre las 17.30. En verano, hay luz entre las 5.00 y las 22.00.
- Reino Unido. El caos y bloqueo en que se encuentra el proceso del Brexit ha provocado que muchas previsiones realizadas en un principio de cara al abandono de la UE se hallen en dique seco. Entre ellas, qué hacer con el cambio de horario. El Reino Unido debe decidir si mantiene el criterio establecido por Bruselas aunque abandone las instituciones comunitarias.
En 2011 hubo un debate intenso al respecto. El Gobierno propuso ajustar el horario británico, por un periodo de prueba de tres años, al de Europa Central. Es decir, una hora por delante del meridiano de Greenwich en invierno y dos en verano. El cambio habría supuesto atardeceres más luminosos, pero amaneceres más oscuros. Después de una firme oposición de Escocia y de las zonas más al norte de Inglaterra, que con el cambio no habrían visto la luz del día hasta las 10.00, el proyecto se guardó en el cajón.
No habría sido la primera vez que se toma una decisión similar: en 1968 el país se quedó con el horario de verano todo el año, en un experimento que se abandonó en 1971. De nuevo, las regiones del norte se quejaron, al pasar a tener amaneceres sobre las 10.00.
Países que lo aplican en parte de su territorio
Hay países que por extensión y geografía, aplican diferentes soluciones a lo largo de su territorio. Por ejemplo:
- México y Estados Unidos. En los Estados mexicanos de Sonora y Quintana Roo no se realiza ningún cambio en los relojes. En 2015, Quintana Roo se mudó de huso horario y se adelantó una hora, creando el llamado Horario del Sureste, que se mantiene fijo durante todo el año. El principal objetivo es el de favorecer el turismo de la región con dos horas más de luz en verano por las tardes y una en invierno.
Sonora y Arizona comparten más de 500 kilómetros de frontera. En 2016, los gobernadores de ambos estados propusieron la creación de una Megarregión Sonora-Arizona para impulsar el crecimiento conjunto. Arizona, con excepción del territorio Navajo, es uno de los dos Estados estadounidenses que no se preocupa por alterar los relojes en todo el año, debido a las altas temperaturas que se registran durante el verano, que suelen rebasar los 40 grados, medida a la que se sumó la región mexicana.
Hawái es la otra entidad estadounidense que no cambia su horario, pues al estar más cerca del Ecuador, no sufre grandes alteraciones en la hora de sus amaneceres y puestas de sol.
- Australia. Tres de los seis Estados de este país no adelantan los relojes en verano: Australia Occidental, Territorio del Norte y Queensland. En este último la decisión se tomó tras un referéndum en 1992, con un 54,5% de la población a favor de eliminarlo, tras una prueba de tres años. El voto en contra se concentró en las poblaciones occidentales, donde el sol ya se ponía tarde: a las seis en invierno y cerca de las 19.30 en verano.
Con información de Xavier Fontdeglòria, Rafa de Miguel, Francisco Peregil, Federico Rivas, Darinka Rodríguez y María Sahuquillo.
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