Noemí Escobar tiene 24 años, estudia Biología y vive en Málaga. O lo intenta: a principios de este año, ella y sus dos compañeros de piso entraron en una vivienda que, por contrato, tenían que abandonar cuando llegara el verano. "Como sabíamos que la cosa está muy complicada, empezamos a buscar piso nuevo con tiempo, en febrero", cuenta. Llegó mayo y todavía no habían encontrado nada. "Finalmente, nos quedamos con un piso claramente pensado para alquiler vacacional", reconoce. Es más caro de lo que estaban dispuestos a pagar (900 euros frente a los 600-700 que esperaban gastar) y deben abandonarlo en septiembre. Debido al aumento del precio de los alquileres, buscar piso siempre es complicado. Y, en las ciudades turísticas, hay quien tiene que hacerlo varias veces al año.
Me acaban de pedir para alquilar un piso:
— Antígona 🔻 #pint19MLG (@Messcobar_) 12 de marzo de 2019
- Nómina
- Contrato indefinido
- Avalista
- Llevar empadronado en Málaga más de un año
- 2250€ [Un mes (750€) para la inmobiliaria, un mes de fianza, un mes por adelantado]
No os independizáis por vagos, malditos millenials.
La situación de Escobar se popularizó en redes el pasado marzo cuando, mientras buscaban piso, contó en Twitter algunos de los precios y cláusulas de alquiler que habían encontrado. Su denuncia superó los 20.000 retuits. Esta situación no se produce solo en Málaga: al problema de los precios del alquiler se suma en muchas ciudades (sobre todo costeras) el de la turistificación, que aumenta todavía más la demanda y los precios. Según varios informes sobre alquiler (como el elaborado por Fotocasa o el de la empresa de anuncios clasificados Mitula), las provincias donde es más caro arrendar –además de Madrid– son todas costeras y turísticas. Barcelona, Vizcaya, islas Baleares, Guipúzcoa y Málaga están entre las más caras.
"En Málaga, las viviendas turísticas aumentaron más de un 200% entre 2016 y 2017, según los datos del Ayuntamiento", cuenta a Verne Isabel Guerrero, una de los portavoces del Sindicato de Inquilinos e Inquilinas de Málaga. Al aumentar el número de pisos para turistas, la cantidad de viviendas disponibles para los habitantes de la ciudad disminuye. "Los estudiantes son algunos de los que más problemas están teniendo", explica Guerrero. "Ya no pueden alquilar cerca de la universidad [cercana al centro] y el precio por habitación se está disparando".
Las cifras sobre el aumento de viviendas turísticas que ofrece el Ayuntamiento de Málaga, además, se refieren solo a las viviendas turísticas legales. No incluye los pisos turísticos irregulares ni los alquileres de temporada. Y no es algo que ocurra en Málaga, sino en muchas ciudades turísticas. En Ibiza, por ejemplo, muchos de los pisos que se ofrecen en Idealista aclaran que se alquilan solo para el verano o después del verano:
"En los portales de búsqueda de piso como Idealista o Fotocasa no hay prácticamente nada", cuenta a Verne por teléfono Alejandro Taboada, que acaba de mudarse a Ibiza. Consiguió plaza en el MIR este año y escogió medicina de familia en el hospital de Can Misses, en la isla. Empezó a buscar piso desde la península junto a dos compañeras del hospital –"ni me planteé poder vivir solo", reconoce– y voló a la isla el 27 de mayo sin tener casa todavía. Gracias al contacto de una compañera de trabajo, él y sus dos amigas encontraron alquiler [no temporal], aunque "con unas condiciones lamentables: 1.400 euros al mes, con dos meses de adelanto y el piso sin amueblar", cuenta. Siguen durmiendo en colchones hinchables, en el suelo, porque no han tenido tiempo de amueblarlo antes de mudarse.
El hospital de Can Misses, en el que Taboada trabaja, ofrece las habitaciones de uno de los edificios del centro, ahora de uso administrativo, a sus trabajadores que no logran encontrar residencia. Esta medida se puso en marcha en 2017 para intentar paliar la falta de profesionales que quisieran acudir a trabajar a la isla. "Las habitaciones no están mal, son como las de un hotel de dos estrellas", cuenta el médico. "Cuestan 400 euros al mes".
"Ideal para profesores"
Si quisieras quedarte a vivir en Ibiza por una larga temporada y miraras en Idealista cuántos pisos de menos de 800 euros tienes disponibles en toda la isla, la respuesta actualmente sería... pocos. La búsqueda ofrece 12 resultados, pero varios de ellos advierten de que se trata de alquiler por unos pocos meses, o bien solo para verano o bien para el resto del año, de octubre a junio. Los que son solo para verano son mucho más caros. Compara, por ejemplo, estos dos:
El de la izquierda, que se alquila fuera del periodo vacacional (a partir de septiembre) tiene 57 metros cuadrados (con una habitación, salón cocina y piscina comunitaria) y cuesta 700 euros al mes. Por el mismo precio, el de la derecha se alquila solo para verano (de junio a noviembre), tiene 25 metros cuadrados y no tiene cocina ni salón. Si quieres comer caliente, tienes que valerte del microondas que hay en la misma habitación donde se duerme.
Si el eufemismo de "coqueto, mejor ver" se utiliza para intentar colar pisos pequeños, el utilizado por los pisos que solo se alquilan fuera de la temporada veraniega es "ideal para profesores" o "ideal para estudiantes". "Lo que más le renta a muchos propietarios es alquilar a estudiantes durante el año y en verano alquilar por semanas o días y sacarle el doble de dinero", cuenta Noemí Escobar, que lo ha sufrido. Si buscas "piso profesores" en algún portal de viviendas en alquiler verás que existen centenares de pisos ofertados para docentes. La inmensa mayoría están en localidades turísticas.
En Ibiza también se da el fenómeno contrario, el de pisos "ideales para personal de hoteles o restaurantes", para los que acuden a la isla solo para trabajar en periodo estival. "Los alquileres de verano suelen ser desorbitados", cuenta Alejandro Taboada. "Además de los turistas, hay mucha gente que viene a trabajar para la temporada de verano e intentan alquilar cualquier cosa, me han contado que incluso se alquilan balcones con un colchón".
Pero, ¿es legal que te alquilen una casa por meses?
El pasado mes de marzo el Gobierno aprobó un nuevo decreto del alquiler que, entre otras novedades, alargaba la duración de los contratos de tres a cinco años. Entonces, si la duración mínima de un contrato es de cinco años, ¿cómo puede alquilarse un piso por meses? Utilizando otro tipo de contrato: el de alquiler de temporada, contemplado en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).
Los alquileres de temporada son legales, pero los derechos del inquilino no son los mismos que en un alquiler de larga duración. "En el arrendamiento de vivienda las partes deben respetar lo establecido en el título II de la LAU, mientras que el arrendamiento de temporada se rige por la voluntad de las partes", explica a Verne Carlota Zapata, del departamento de derecho inmobiliario de Legalitas. Eso significa que un alquiler temporal el arrendador no tiene derecho a permanecer cinco años en la vivienda ni derecho a prórroga del contrato.
Con los contratos temporales en las ciudades costeras ha ocurrido lo mismo que ha pasado con el alquiler tradicional en ciudades como Madrid o Barcelona: hay tanta demanda que al arrendador no le queda más remedio que aceptar las condiciones que imponga el propietario. Es lo que le ha ocurrido a Noemí Escobar y a sus compañeros de piso en Málaga, aunque espera que la situación no se repita muchas más veces: "Yo estoy deseando irme", cuenta. "Quiero terminar lo que me queda en la universidad y buscarme algo en otro país. Aquí no va a haber quien viva".
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