Hace un año comenzó Coqueto mejor ver, un diario en el que se narraba cómo era buscar vivienda de alquiler en Madrid. La búsqueda se alargó cinco meses más, en los que perdí pisos en horas, vi cómo subían los precios delante de mis narices y me topé con verdaderas chapuzas. Pero hoy puedo decir que he tenido algo de suerte: de haber empezado a buscar piso ahora, habría sido mucho peor. Así ha cambiado el alquiler de la vivienda en España en el último año.
El precio del alquiler
Cuando comencé a buscar una vivienda de alquiler, buscaba un piso para mí sola que no superara los 500 euros. Este 3 de septiembre, el número de viviendas en Idealista que podría alquilar por ese dinero en Madrid capital es… una: una entreplanta en el distrito de Vicálvaro, a más de 10 kilómetros del centro. En toda la comunidad de Madrid, el número total de inmuebles por menos 500 euros al mes asciende –a 3 de septiembre– a 69 viviendas.
Finalmente tuve que subir mi presupuesto a 600 euros y, si tuviera que buscar ahora, quizá tendría que subirlo un poco más. En el segundo trimestre de este año, el alza interanual de los precios ha sido de un 15,6%, según Idealista. Concretamente en Madrid, en el último año la subida ha sido de un 10%.
El precio del alquiler en relación con el salario debería ser, aproximadamente, del 30%. Eso significa que alguien que cobrara el salario mínimo (735 euros) debería pagar 220 euros de alquiler. Seguramente ya imaginas cuantos pisos puedes alquilar por ese dinero en Madrid ahora mismo: ninguno.
España tiene el dudoso honor de ser el país de la OCDE donde el alquiler se come un mayor porcentaje de los ingresos. En la OCDE, de media, un 16% de la población gasta más del 40% de su salario en el alquiler. En España, casi cuatro de cada diez (el 37%) de los españoles que arriendan gastan más del 40% de sus sueldo en pagar el alquiler.
A corto plazo, la situación no tiene pinta de mejorar: mientras que los salarios han subido un 0,1 % en 2017, según el INE, los alquileres han subido un 8,9 % en ese mismo periodo, según el informe anual de Fotocasa. En este gráfico puede verse la evolución de precios y salarios:
Además, el precio del arrendamiento mensual no es lo único que se encarece cuando suben los alquileres: en Coqueto, mejor ver hemos hablado en más de una ocasión de las condiciones –legales, aunque abusivas– que muchos caseros exigen para acceder a una vivienda. Entre ellas, está el pago de varias mensualidades (hasta cuatro, en algunos casos), por adelantado. Eso supone que, por ejemplo, una subida de 50 euros en un alquiler en el que pidan tres mensualidades de adelanto, supondrá desembolsar 150 euros más para acceder a una vivienda.
El juego de las sillas, versión búsqueda de piso
Hay un ejercicio que no deberías hacer si tienes un mal día: entra en Idealista o Fotocasa y haz una búsqueda que te interese. Y vuelve a hacerla un par de horas después. Verás que el número de pisos ha cambiado en cuestión de horas.
Mientras buscaba piso, perdí en más de una ocasión una vivienda que me interesaba en cuestión de horas. Es la tónica general: según un informe de la consultora inmobiliaria Forcadell, publicado en julio de este año, el “elevadísimo exceso de demanda” de los pisos de menos de 1.000 euros mensuales en la capital provoca que estos “se alquilen en menos de 15 días”.
Las condiciones económicas hacen que cada vez sea más complicado tener una vivienda propia en España, lo que hace que aumente el número de personas que vive de alquiler. El catedrático José García Montalvo, de la Universidad Pompeu Fabra, apuntaba en este reportaje de EL PAÍS a dos razones por las que cada vez menos gente adquiere una vivienda propia: por una parte, las condiciones económicas y la dificultad para acceder a una hipoteca. Por otra, el cambio de mentalidad frente a las hipotecas. “Antes, los jóvenes accedían a la vivienda en propiedad más temprano”, explica García. “Ahora, han visto a gente que ha tenido problemas para pagar las hipotecas, y esto influye”.
Además, la situación es peor ahora que cuando yo buscaba piso: en septiembre del pasado año, cuando arrancamos Coqueto, mejor ver, muchos inquilinos disfrutaban todavía de contratos anteriores a la Reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Esta ley, aprobada en junio de 2013, pretendía hacer más flexible la duración de los contratos, que pasó de cinco a tres años. Hasta junio de este año todavía había inquilinos con contratos previos al cambio. Todos ellos, tras un lustro pagando la misma renta, han sufrido una actualización de los alquileres que, en algunos casos, supera los 400 euros. Los que no hayan podido asumir estas subidas se han sumado al club de la búsqueda de vivienda. Otros propietarios, directamente, se han decantado por no dar opción de renovar los alquileres.
Cada vez hay más personas que buscan piso, pero el número de viviendas en alquiler no aumenta. Al contrario: debido al boom de los pisos turísticos, cada vez hay más pisos en plataformas de alquiler de pisos turísticos como Airbnb y menos en Fotocasa o Idealista. Según los datos de Inside Airbnb, un portal independiente que recopila los datos publicados en Airbnb, actualmente hay más de 10.000 pisos de alquiler para turistas en Madrid. Actualmente, en Fotocasa hay poco más de 4.000.
Un poco de esperanza
Aumento del precio de los alquileres, disminución del número de viviendas disponibles… La situación para los que están buscando piso no es muy optimista, pero también hay noticias que nos dan algunos motivos para soñar con que la situación puede mejorar. Aquí van algunas de las que hemos leído en los últimos meses:
-Los cotos a los pisos turísticos. Durante los últimos meses, muchas ciudades españolas y del resto de Europa han puesto marcha medidas para tratar de poner freno a los pisos turísticos. En junio, doce ciudades europeas (incluidas Madrid y Barcelona) firmaron un manifiesto en el que pedían más medios legales para actuar contra plataformas como Airbnb. Algunas ciudades como Barcelona, Valencia, Madrid o Palma ya han empezado a aplicar medidas. En Madrid, por ejemplo, se prevé que afecten al 95% de los pisos turísticos.
-Caseros razonables frente a alquileres abusivos. En plena escalada de los precios del alquiler, hay arrendadores que prefieren mantener sus precios o subirlos moderadamente. Estos "caseros razonables", tal y como explicaba este reportaje de EL PAÍS, tienen diferentes motivaciones para no disparar el coste de sus viviendas: algunos lo hacen por compromiso ético, conscientes de la complicada situación de los que buscan un hogar de alquiler. Otros, buscan estabilidad, y prefieren inquilinos que se sientan cómodos y para que pasen muchos años en la vivienda, y la cuiden. Si encuentras uno de estos, te ha tocado la lotería.
-Los sindicatos de inquilinos y las asociaciones vecinales, al rescate. Además de las diferentes medidas que se están aplicando desde algunos ayuntamientos, también los vecinos han empezado a organizarse para intentar frenar tanto los pisos turísticos como los abusos de los propietarios. En Madrid y Barcelona han surgido sindicatos de inquilinos que han logrado parar varios deshaucios y que ofrecen asesoramiento frente a posibles irregularidades cometidas por los caseros.
-La creación "superurgente" de estadísticas oficiales. Hasta la fecha, los datos que se utilizan para hablar del número de viviendas de alquiler o sus precios son las que facilitan los propios portales de compra, venta y arrendamiento, lo que dificulta su tratamiento. El anterior ministro de Fomento Íñigo de la Serna, anunció en noviembre de 2017 la creación de ese registro, que nunca llegñi a desarrollarse. La actual secretaria general de vivienda, Helena Beuzna, ha afirmado en una entrevista a EL PAÍS publicada este dos de septiembre que la creación de estas estadísticas oficiales es "superurgente".
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