¿Quién no recuerda el famoso Test de Cooper, el salto del potro o del plinto, el lanzamiento de balón medicinal o el test de abdominales? Estas y otras pruebas se utilizaban —y se siguen utilizando, en algunos casos— para evaluar las capacidades físicas básicas de los alumnos, es decir, la resistencia, la velocidad, la flexibilidad y la fuerza.
Pero además fueron una "pesadilla" o un "trauma" para muchos, tal y como nos contaron nuestros lectores a través de las redes sociales. Recientemente conocimos la propuesta, incluida tanto por Partido Socialista como por Unidas Podemos en sus programas progresistas de Gobierno, de aumentar el peso de la asignatura de Educación Física en los colegios, equiparando su importancia a la de asignaturas como Matemáticas o Lengua. Así que pedimos a nuestros lectores que resumieran su experiencia con esta asignatura en una frase. Recibimos cientos de respuestas, con recuerdos muy parecidos:
"Hacíamos pruebas y evaluaciones sin sentido. Una mierda" - Ximo Abyss (Facebook).
"Humillación semanal que afortunadamente terminó en COU" - Nuria Bosqued Serón (Facebook).
"Pesadilla. Hoy la considero esencial pero bien impartida y con distintas modalidades" - Fátima López (Facebook).
"Ni una frase, una palabra: MARTIRIO" - suss_83 (Instagram)
"Qué mal lo pasaba dios, odiaba esas dos horas te lo juro" - anadferre (Twitter)
En Verne hemos querido saber por qué existe un mal recuerdo generalizado de la asignatura de Educación Física entre las generaciones anteriores, para lo que hemos preguntado a docentes veteranos. Como explica en conversación telefónica Santiago Bermejo, maestro de Educación Física en el CEIP Agustín Rodríguez Sahagún (Madrid) y que lleva en activo desde 1999, esto se debía a las corrientes educativas de la época.
"Antes de los 90, no existía ni siquiera la figura de profesor de Educación Física. A veces era otro profesor el que impartía la asignatura, si la había. En algunos casos eran incluso militares o exmilitares a los que les convalidaban el cargo porque, por aquel entonces, la Educación Física se planteaba como un entrenamiento basado en la competitividad y el rendimiento", cuenta el docente.
"A mí me gustaba las clases, pero recuerdo unos profesores nefastos sin preparación, ponían intención, pero nada más. Ahora será un gusto ir a esas clases porque tienen una buena formación" - Yolanda Dasi (Twitter).
"Una tortura, encima la profesora del colegio era una bruta y trataba a la gente con asma como si actuase, menos mal que eso ha ido cambiando" - CanariaYga (Twitter)
"Un año tuve un profesor que fue campeón de atletismo en su juventud y pretendía que todos fuéramos como él... Horroroso" - María José Roldán (Facebook).
"Para mí una auténtica tortura era gorda y con una psicomotricidad pésima, no hacía bien ningún ejercicio lo que provocaba la burla y las risas de mis compañeras amparadas en la nula empatía de mi "querida" profesora que no contenta con eso me suspendía la asignatura y me hacía ir en septiembre a recuperar" – luzperez2208 (Instagram).
Las cosas empezaron a cambiar, poco a poco, en los años noventa. Este cambio de paradigma no solo era perceptible en los textos de algunos académicos, como en los de Domingo Blázquez Sánchez, quien reivindicaba que el deporte debía "colaborar al desarrollo armónico y potenciar los valores del individuo", sino también en los documentos oficiales.
Con la aprobación en 1990 de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), el currículo de la asignatura de Educación Física cambió y empezó a hablarse de "la vocación de integración de las distintas corrientes actuales" y "la necesidad y posibilidad de integrarlas en un proyecto educativo".
"Estas ideas empezaron a calar en las mentes de los universitarios de Educación Física. Pero solo era el principio del cambio porque, aunque el currículo decía eso, todavía había un debate entre los reformistas y los que creían que el sistema de rendimiento y competitividad era más efectivo", recuerda Bermejo, que estudió Magisterio de Educación Física en la Universidad de Oviedo entre 1993 y 1996.
"Una mierda de asignatura circunscrita a pinos volteretas y aparatos q debía haber tenido un enfoque diferente" - Íñigo Oliberos (Twitter).
"Tuve que ir a septiembre a hacer un examen de recuperación de 100 abdominales. Aun así, lo veo bien. Hay que fomentar la vida activa. Pero con menos abdominales también vamos bien" - Rosa Cano Buleo (Facebook).
"Como un añadido que daba color un par de horas a la semana, cuando debería haber tenido otro concepto más profundo y esencial, la verdad. No sé si es tanto cuestión de horas (q a ver a qué se lo quitas) como de enfoque ( útil para incorporarlo a la vida dentro y fuera del colegio) y aprovechamiento. Poco a poco" - Loreto Resco Guijarro (Facebook).
Poco a poco, el cambio empezó a filtrarse en las universidades. En el 2001, todavía con la LOGSE, se aprobó un Real Decreto que animaba "al tratamiento cada vez más específico en el desarrollo de los contenidos, tanto de condición física, con una clara orientación hacia la salud, como de las habilidades específicas, en donde se incluyen los juegos y deportes, las cualidades motrices, las actividades en el medio natural y las actividades de ritmo y expresión". "En mi época de universitario ya se habían introducido algunos de estos nuevos contenidos, que aún hoy se integran en el currículo de Educación Física", recuerda Mario Galán, que estudió INEF en Madrid entre 1998 y 2003.
"Aún pueden utilizarse las pruebas clásicas, para sobre todo para evaluar las capacidades físicas básicas del alumnado al inicio del curso, como si se hiciera una prueba de nivel de inglés. Pero ya no son un aspecto fundamental de la asignatura. Ahora practicamos deportes de otra forma, no tan técnica, que permita a todos los alumnos y alumnas realizarlos sin la presión competitiva de esa otra mentalidad. También desarrollamos otras actividades corporales como mímica o danza", explica Galán, que es profesor de Educación Física en Secundaria desde 2005 y actualmente imparte sus clases en el IES La Senda, de Getafe (Madrid).
Santiago Bermejo, por su parte, explica que, en Educación Primaria, las capacidades físicas básicas se evalúan de "una forma indirecta, a través de juegos. No tiene sentido que yo le haga a un niño de Primaria una prueba de velocidad o resistencia y que se lo juegue todo a esos resultados. Son niños que están creciendo, desarrollándose. Claro que con el trabajo del curso mejorarán su condición física, pero lo que se busca, sobre todo en estas edades, es trabajar su psicomotricidad".
A la vista de la opinión de los expertos consultados, con el paso del tiempo, parecen haber quedado atrás los años en los que a la Educación Física se le llamaba Gimnasia (un término del que actualmente huyen los docentes, porque, según ellos, la gimnasia es solo una parte de la Educación Física). La reciente propuesta de convertirla en materia troncal, si bien su puesta en marcha depende de las negociaciones para la formación de Gobierno, es la prueba definitiva de la cristalización definitiva de este cambio de paradigma.
"¡Estaría fenomenal! Todo lo relacionado con deporte y cultura (teatro música danza) brilla por su ausencia gobierne quien gobierne" - Eva Santos Pizarro (Facebook).
"Hoy en día con todo el sedentarismo que nos rodea, me parece una idea estupenda" - Zel Spiegel (Facebook).
"Me parece perfecto, pero que valoren según la capacidad de cada uno. Es injusto suspender al torpe por naturaleza, entre las cuales me hallo" - Susana Prz Mdz (Facebook).
"Pues como profesora, de Lengua, me parece una idea excelente. Hay que tener en cuenta que todas las materias han evolucionado, no son lo que eran hacen 20/30 años, así que olvidaos de esos malos recuerdos. Es importantísimo que los alumnos tomen conciencia de su cuerpo, de una forma de vida sana y se fomente el deporte ¿cómo puede haber padres que no quieran que sus hijos sean sanos? El deporte es compañerismo, movimiento, diversión, conocimiento. Sin duda la Ed. Física resulta imprescindible" - aida.fer.lop (Instagram).
Ahora "es una parte fundamental de su desarrollo como individuo", asegura Bermejo. "Espero que los niños y adolescentes de ahora guarden mejor recuerdo de la asignatura cuando sean adultos que las generaciones pasadas", concluye.
¿Qué recuerdo tienes de las clases de Educación Física? Puedes contárnoslo en los comentarios de este artículo y, además, votar en la siguiente encuesta.
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