En la calle de Francisco Santiago Borraz, en la alcaldía de Tláhuac, al sur de Ciudad de México, dos enormes figuras gigantes de calaveras de papel fueron colocadas en medio de la carpeta asfáltica. Como dice una canción infantil, “Cuando el reloj, marca la una”, estas calaveras parecieron salir del asfalto. Una publicación en Facebook con este trabajo fue compartida más de 21.000 veces en las primeras 20 horas de su publicación y retomadas por varios medios de comunicación.
Según algunos medios locales, los vecinos del barrio de Santa Cecilia aprovecharon los baches de esta calle para rellenarlos con las figuras de papel maché. Sin embargo, no se trata de baches, sino de una instalación realizada por el colectivo Indios Yaocalli. Felipe Paredes, quien hizo la publicación original y vecino de Tláhuac, cuenta a Verne que se trata de un trabajo artesanal realizado por la familia Medina, residentes de esta calle.
“En esta calle no hay baches, sino que hay una construcción de donde agarraron el escombro para colocar las calaveras”, cuenta Paredes, vía telefónica. “Fue la imaginación de esta familia. A mí me llena de orgullo porque la gente de nuestro pueblo es muy creativa e ingeniosa”, detalla.
Raymundo Medina, fundador de Indios Yaocalli y artesano del cartón cuenta a Verne que su familia lleva ocho años de adornar las calles con calaveras. “Empezamos con calaveras pequeñas y este año aprovechamos los pedazos de escombros para hacer unas más grandes”, relata. “Hemos juntado a un grupo de vecinos interesados en aprender esta técnica y así preservar la tradición”, dice Medina.
En esta actividad participa una decena de miembros de la familia, incluyendo a la madre de Medina, la señora Gina Jaén, quien a sus 87 colabora en esta actividad. “Ella siempre nos ayuda pintando las calaveras”, comenta. “Estamos muy sorprendidos de toda la difusión, queremos que la tradición de Día de Muertos siga”, dice Medina.
El Día de Muertos en la alcaldía de Tláhuac es una tradición ancestral. Los días 1 y 2 de noviembre el cementerio de San Andrés Mixquic se llena de flores de cempasúchil, veladoras e incienso para iluminar el camino de los muertos en su regreso desde el más allá. Además, las casas de los habitantes se abren para mostrar los enormes altares a los muertos, muy característicos de este lugar.
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