Guía de feminismo latinoamericano para nuevas generaciones

Tenemos muchas preguntas sobre el feminismo. Por ejemplo: ¿Llegó el fin del amor y la muerte del sexo? ¿Cómo saber si hay consentimiento? ¿Los derechos dependen de nuestra entrepierna? ¿El empoderamiento es una trampa? ¿Cuál es la diferencia entre acoso y piropo? Pero, en América Latina, tenemos otras tantas: ¿Cómo entender los feminismos indígenas? ¿Qué es el giro decolonial? ¿Hemos construido algo que podamos denominar feminismo latinoamericano? ¿Se puede perrear y ser feminista al mismo tiempo?

La lista sigue y es muy larga, por suerte, la colombiana Catalina Ruiz-Navarro, especialista en periodismo con perspectiva de género, artista visual y maestra en literatura, escribió un auténtico manual de feminismo para Latinoamérica: Las mujeres que luchan se encuentran, un arma conceptual y blanca (es un mamotreto con más de 580 páginas) contra el patriarcado.

“Son casi 14 años de estar escribiendo y explicando los argumentos del feminismo de la manera más sencilla posible. Sé que es un libro muy grande, pero, en realidad, es un punto de partida porque son ensayos cortos con varios temas, para que las lectoras profundicen en lo que más les interesa. Digamos que es un mapa para navegar estos argumentos contemporáneos”, explica Catalina, en entrevista para Verne.

El libro toca seis grandes temas sobre el feminismo en la región: cuerpo, poder, violencia de género, sexo, amor y activismo. Cada capítulo arranca con breves historias de mujeres latinoamericanas, bellamente ilustradas por Luisa Castellanos, "es un panteón de heroínas feministas”, como la misma Ruiz-Navarro lo llama.

Las mujeres que hicieron Historia en Latinoámerica

“Hay una cosa muy triste y es que las mujeres no hemos contado la Historia y hay grandes mujeres en la Historia latinoamericana que a veces no conocemos, en cambio, sí conocemos las historias sobre los héroes hombres. La idea era buscar mujeres que fueran de países diferentes para tener una diversidad racial y ver quiénes son las feministas con las que contamos en la región, como la salvadoreña Prudencia Ayala que fue la primera mujer de América en lanzarse a presidenta, era indígena y chamana”, dice Ruiz- Navarro.

También recuerda a la activista argentina travesti Diana Sacayán, que creó una ONG que lucha contra la discriminación contra personas trans; a la ambientalista hondureña Berta Cáceres, quien defendió a la cultura lenca de las empresas mineras y madereras; a la política mexicana Hermila Galindo, quien defendió el derecho al placer y la participación política; a la chilena Violeta Parra, quien inventó el sonido de la música de protesta latinoamericana o a Matilde Hidalgo, de Ecuador, la primera mujer de América Latina en ejercer su derecho al voto, en 1929.

La historia del feminismo latinoamericano se sigue contando y, en los últimos años, se ha convertido en un hervidero que estalla en las calles de muchos países de la región. “Latinoamérica está entrando en crisis por los regímenes neoliberales que tiene a la gente explotada viviendo vidas miserables y ya no se lo aguantan, por eso están protestando en Chile, en Bolivia, en Ecuador, en Colombia... contra el neoliberalismo patriarcal que hemos venido criticando las feministas desde hace mucho tiempo”, dice la escritora colombiana.

También tiene palabras para la protesta feminista en México: “es una cosa muy bonita y muy emocionante, muchos critican a las mujeres en las marchas por salir a rayar monumentos y no entienden que esto no es vandalismo sino una acción simbólica de protesta, pues están diciendo: si las chingadas piedras les importan más que nuestras vidas vamos a rayar las piedras hasta que les importen nuestras vidas", señala.

"Eso de lejos se puede ver como una cosa violenta que está alternado el orden, pero es que la protesta tiene que alterar el orden porque si no no estás en haciendo nada y da mucha rabia ver la eficiencia de los gobiernos limpiando los monumentos cuando los feminicidios siguen impunes”, explica Ruiz-Navarro.

Nuevas generaciones, un rayo de esperanza

¿Qué nos queda a las mujeres para que no nos coma la desesperanza? Catalina Ruiz-Navarro sugiere a las mujeres jóvenes latinoamericanas que salgan de fiesta para celebrar juntas la vida, pues históricamente se nos ha negado el derecho al placer, al espacio público y a la noche: “Salir juntas a conquistar estos espacios es una acción política, un mensaje al patriarcado y una oportunidad para convertirnos en cómplices y exorcizar nuestras penas”. Y sobre la nueva generación de jóvenes feministas dice que, a diferencia de las mujeres que les antecedieron, “la movilización política para ellas es aspiracional y le han dado una nueva vida al movimiento y fuerza en la calles”, sentencia la escritora.

Ejemplo de ello es la Marea Verde a favor de la despenalización del aborto que surgió en Argentina. Miles de mujeres, muchas de ellas muy jóvenes, fueron determinantes para llevar el debate al Congreso y el Senado. El futuro presidente, Alberto Fernández, habló de manera abierta sobre el derecho de las mujeres a decidir y manifestó que enviará al Congreso un proyecto destinado a enterrar la legislación actual, que castiga con penas de hasta cuatro años de cárcel a las mujeres que abortan.

O la absolución de la salvadoreña Evelyn Hernández, de 21 años, que fue condenada a 30 años de prisión por el delito de homicidio agravado tras sufrir un parto en el que murió el feto. El embarazo de Hernández fue fruto de una violación que nunca denunció, pues estaba amenazada por el agresor.

O las movilizaciones en Chile, que se hicieron más intensas desde el feminicidio frustrado de Nabila Rifo Ruiz, por este caso y otros más, las chilenas crearon un himno feminista que se ha replicado en todo el mundo. “Yo tengo muchísima fe en esta generación que está saliendo ahora. Imagina cuando todas las centennials puedan votar, veo una nueva generación que no está dispuesta a aguantar estas cosas y eso a mí me llena de esperanza”.

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