Facebook no solo registra toda la actividad de sus usuarios en la red social: qué comentarios dejan, qué fotos publican y a qué páginas siguen, por ejemplo. También los rastrea cuando han cerrado la aplicación y están leyendo el periódico o comprando libros online. Toda esa información se usa para personalizar más tanto los anuncios como las publicaciones que nos muestra.
La empresa ha hecho accesible toda esa información desde este martes. Los usuarios pueden consultar un resumen y desvincular esos datos de su perfil (pero no borrarlos; abajo explicamos la diferencia). Para hacerlo, hay que ir a Configuración de la cuenta > Tu información de Facebook > Actividad fuera de Facebook (o directamente en este enlace). Esta opción se estaba probando en varios países desde el verano (Irlanda, Corea del Sur y también España), pero ya está disponible en todo el mundo.
¿Pero cómo sabe Facebook todo eso de mí?
Hay páginas web y apps que comparten esta actividad con Facebook a cambio de usar alguno de sus servicios. Según explica The Washington Post, la red social ha llegado a acuerdos de este tipo con el 30 % de las 10.000 webs más visitadas. Facebook no comparte esta información con las empresas, pero sí la utiliza para sus anuncios.
Por ejemplo, cuando nos registramos en una web usando el botón que permite hacerlo directamente con Facebook, le estamos dando permiso a la red social para que rastree nuestra actividad en ella. Esto puede ir desde los contenidos que leemos a las compras que hacemos, pasando por búsquedas o incluso qué objetos dejamos en el carro de compra, los adquiramos o no.
Pero también ocurre cuando la web en la que estamos usa servicios de Facebook como Pixel, una herramienta de análisis de audiencias que ayuda a preparar anuncios en la red social. Es decir, no siempre sabemos si esa web está cediendo nuestros datos.
¿Qué puedo hacer con esta información?
Podemos desactivar la información de cada una de estas apps o webs (pinchando en cada una de ellas) o borrarla toda, yendo a “desvincular historial”. También podemos pinchar en “administrar actividad futura” (en este enlace) y evitar que la red siga vinculando esta información a nuestra cuenta a partir de ahora. Esto también implica que si usábamos el botón de Facebook para entrar en alguna página, no podremos volver a hacerlo hasta que le demos permiso de nuevo.
Como avisa Facebook, la empresa seguirá recogiendo datos y no borrará los que ya tiene. Simplemente no los asociará a nuestro perfil. Es decir, la red no nos mostrará publicidad personalizada basándose en esa información, pero podrá recoger y utilizar nuestros datos para otros propósitos, como afinar la publicidad que muestra a otros usuarios.
¿Pero por qué está todo tan escondido?
Según escribe en el blog de Facebook Erin Chagan, responsable de privacidad de la empresa, “el usuario medio de smartphone tiene más de 80 apps y usa unas 40 cada mes”, por lo que “puede ser realmente difícil tener claro quién tiene información sobre nosotros y para qué se usa”. Y Mark Zuckerberg, consejero delegado y fundador, escribe en la presentación de estas nuevas funcionalidades que “debería resultarte más fácil entender y gestionar tu información”.
Lo cierto es que las nuevas opciones de Facebook (y las opciones de privacidad en general de esta red social) no son particularmente accesibles. En un artículo reciente hablábamos de los “patrones oscuros”, término acuñado por el ingeniero Harry Brignull y que se aplica a los diseños de webs y apps destinados a aprovecharse de nuestros sesgos.
Por ejemplo, las notificaciones, que llaman nuestra atención, o la ya mencionada posibilidad de hacer login en muchos sitios con el botón de Facebook o de Google. En este caso se aprovecha la pereza que da registrarse, pero no se nos informa de manera clara acerca de toda la información que cedemos.
Otro de estos patrones es la ilusión de control: las plataformas ofrecen multitud de opciones de configuración para darnos la impresión de que podemos gestionar cómo interactuamos con ellas. No solo están escondidas, sino que además son muy numerosas, por lo que a menudo resulta más fácil dejar las que vienen por defecto.
El caso de la "actividad fuera de Facebook" es un buen ejemplo (y no es el único): si queremos que Facebook deje de seguir nuestra actividad en otras páginas, podemos “desvincular” la actividad de cada una de las apps o de todas a la vez. Y si además queremos que deje de hacerlo en el futuro, tenemos que ir a otra página diferente.
Otro ejemplo relacionado: en el texto de Zuckerberg en el que habla de esta nueva funcionalidad no se incluye ningún enlace directo al menú de esta funcionalidad, solo a otro texto introductorio (el de Chagan), que a su vez enlaza a una tercera guía, que enlaza a la ayuda de Facebook, donde sí se explica cómo llegar al registro de actividad paso a paso, pero donde tampoco se incluye ningún enlace directo. Y eso a pesar de que es posible hacerlo, como se ha visto en este artículo (por si hace falta un recordatorio el enlace es este).
Y eso que el texto de Zuckerberg se titula "Comenzamos la década dándote más control sobre tu privacidad".
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