Durante el mes de febrero se ha celebrado en muchos países el Mes de la Historia Negra. Es una celebración que en Estados Unidos se remonta a 1926 -aunque en aquella época solo duraba una semana-, gracias en buena medida a la labor de Carter G. Woodson, un pionero en los estudios sobre historia negra. Desde entonces, cada mes de febrero se desarrollan muchas actividades de todo tipo, desde discursos de los presidentes a exposiciones y conciertos en muchas ciudades.
La acumulación de actividades es tal que Michael Eric Dyson, un profesor de Sociología en la Universidad de Georgetown, se quejaba en 1997 en las páginas de The New Yorker por el elevado número de invitaciones que los académicos negros recibían para participar en conferencias durante el mes de febrero, mientras que el resto del año apenas eran requeridos. “Es como si no pudiéramos debatir sobre las contribuciones negras a la democracia en marzo o hablar de cowboys negros en noviembre”, lamentaba.
En España la población negra ni siquiera tiene este problema. No solo porque en Europa apenas haya académicos negros en las universidades, sino porque en España apenas se hablaba del Mes de la Historia Negra hasta hace apenas cinco años, cuando los colectivos y asociaciones de africanos y afrodescendientes empezaron a celebrarlo. Por ejemplo, Kwanzaa, la asociación afrodescendiente universitaria de la Universidad Complutense de Madrid, lo conmemora compartiendo perfiles de personajes o hechos históricos significativos en sus redes sociales.
El Mes de la Historia Negra es importante porque sirve para realzar la importancia de las contribuciones históricas y los personajes relevantes relacionados con la Historia Negra que los planes de estudios educativos y la cultura mayoritariamente blanco-occidental tiende a minusvalorar. Por poner un ejemplo, pocos saben del origen negro de personajes relevantes como el pintor Juan de Pareja o el escritor Alejandro Dumas, de la importancia de la revolución haitiana o de los grandes hitos de la historia africana.
Las instituciones en nuestro país por el momento no se han sumado de forma oficial a la celebración y esta es una de las muchas reivindicaciones de los colectivos de africanos y afrodescendientes. Para conmemorar esta historia, el año pasado Verne publicó un artículo con recomendaciones de lecturas sobre historia negra donde aparecían nombres conocidos a nivel mundial, como los escritores James Baldwin y Toni Morrison. Este año proponemos la lectura de cinco libros escritos por españoles afrodescendientes en los que se aborda la realidad de las comunidades negra y afrodescendiente en España.
Las que se atrevieron e Hija del camino, de Lucía Mbomio
Lucía Mbomío es periodista, activista afrofeminista y una de las voces más reconocibles de la lucha antirracista. Nacida en Madrid y criada en Alcorcón, Lucía sabe bien lo que es crecer sin referentes, en búsqueda constante de una identidad propia en un país que no te reconoce como conciudadana de pleno derecho.
En su libro Las que se atrevieron cuenta las historias reales de mujeres españolas blancas que mantuvieron relaciones con hombres guineoecuatorianos negros a finales de los años 70 y principios de los 80, acercándonos así a las relaciones interraciales que se dieron en España en el siglo pasado, fruto de las cuales nacieron muchos españoles y españolas afrodescendientes como ella.
En Hija del camino, en cambio, nos cuenta la historia de Sandra, una chica mestiza en búsqueda de su identidad y de un lugar en el mundo en el que ser reconocida como una igual. La protagonista viajará a Guinea Ecuatorial, el país de su padre, buscando encontrar respuestas, pero ante ella se abrirán nuevos dilemas.
Ser mujer negra en España, de Desirée Bela-Lobedde
Desirée Bela es comunicadora y activista estética. Nacida en Barcelona, es muy activa en redes sociales, donde realiza cursos pedagógicos para el público mayoritario sobre la realidad negra y para familias con hijos e hijas afrodescendientes.
Su libro, Ser mujer negra en España, puede considerarse una autobiografía novelada. En él habla de su experiencia personal como mujer negra en el país, de los prejuicios a los que se ve sometida y del canon de belleza occidental que la sociedad impone de forma mayoritaria a las mujeres negras en lo que respecta a su pelo y a su piel.
Y tú, ¿por qué eres negro?, de Rubén H. Bermúdez
Rubén H. Bermúdez es fotógrafo, docente y uno de los organizadores del Festival Conciencia Afro, que el año pasado celebró su cuarta edición. Recientemente, además, ha realizado su primera película, todavía sin nombre, sobre la realidad de la comunidad afrodescendiente en el país.
Con su fotolibro Y tú, ¿por qué eres negro?, en el que entrelaza imágenes de su álbum personal con otras fácilmente reconocibles, como el asesinato de Lucrecia Pérez, este mostoleño se ha convertido en un referente para la comunidad afrodescendiente española, contando a través de su historia la de muchos otros.
Voces del impulso, de Yeison F. García
Yeison F. García López nació en Cali pero a los diez años se trasladó con su familia a Madrid. Este politólogo y luchador incansable publicó un libro de poemas titulado Voces del impulso, en el que se ven reflejadas sus múltiples inquietudes, entre ellas la migración, la discriminación racial, el poder negro y la búsqueda de la propia identidad. Los versos de este autor sorprenden por su fuerza y rotundidad, y permiten acercarnos a una realidad no siempre conocida, como cuando escribe “Nos bañamos en el mismo mar de la historia, pues es nuestra piel la que nos ata y nos abandona”.
Todos estos títulos tienen en común la búsqueda de una identidad, los prejuicios raciales y la falta de reconocimiento a los que se ven sometidas las personas afrodescendientes en nuestro país, hecho que también trata de cambiar la celebración del Mes de la Historia Negra.
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