Los mejores mensajes de spam que he recibido nunca

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A estas alturas ya todo el mundo menos mi madre sabe lo que es el spam o correo basura: esos irritantes mensajes electrónicos no deseados que tratan de convencerte de que te deshagas rápidamente de tu dinero a cambio de las cosas más variopintas, desde una herencia nigeriana a un alargador de pene.

El término spam proviene de un famoso número del Monty Python’s Flying Circus que conocerán todos ustedes (menos mi madre). El primer mensaje de este tipo fue escrito en 1978 y ya era muy irritante (estaba ESCRITO EN MAYÚSCULAS).

En la actualidad se envían 264.000.000.000 de correos spam al día (el 3,6% desde España; somos los séptimos del mundo en envío de correo basura), de los cuales yo recibo aproximadamente doscientos cincuenta mil millones en mi correo. La presión es tan brutal que no es difícil imaginar un mundo en el que el spam ha triunfado y todos los hombres lucen grandes penes y llevan lujosos Rolex de imitación (en las muñecas).

Tal y como explica la Revelación de Sturgeon que sucede con toda actividad humana, el 90% del correo basura es eso, basura: mal escrita, mal maquetada, mal pensada e inútil. Pero eso deja un 10% de correo basura bien pensada ante la que sólo cabe aplaudir; basura como esta que colecciono como si tuviera un síndrome de Diógenes virtual y que hoy traigo aquí:

1. Ricos gracias a un señor nigeriano desconocido muy simpático

El Lazarillo de Tormes del spam: un clásico que está con nosotros desde los albores del correo electrónico. En los últimos tiempos ha cambiado de nacionalidad y puede ser venezolano o ucraniano, dependiendo de la actualidad informativa, pero sigue usando la misma táctica: un ciudadano de Nigeria se pone en contacto con nosotros porque se le ha muerto un tío o le ha tocado la lotería como a Fabra. Tiene una enorme cantidad de dinero pero no puede sacarla del país. Sin embargo si nosotros pagamos una pequeña parte podremos acceder a ella. Lo más fascinante de estos correos es su fe en la capacidad de la palabra para convencer a alguien de una historia tan absurda como esta. Lleva tanto tiempo con nosotros y es tan famoso que uno diría que es imposible que alguien caiga; pero claro, lo mismo diríamos del timo de la estampita.

2. Viagra para todos

Después del Lazarillo de Tormes del spam, pasemos a La Celestina del spam, los correos que hacen posible el amor. El spam de Viagra. Fue salir la pastilla azul al mercado y aparecer como setas correos electrónicos que nos invitaban a disfrutar del medicamento revitalizante. La mayor parte de los correos eran muy aburridos (Compre 6 pastillas por 3 dólares), pero de repente entre ellos se alzaban (ejem) algunas joyas como estas:

Algo fino, elegante, con un cuidadoso retoque fotográfico y una sutil referencia a uno de los clásicos del cine. ¡Esta pastilla es la bomba! Ojo a que todo esté en inglés y sin embargo diga: Dosis diarias de placer en español. Algo querrá decir, aunque no sepamos qué.

La relación del spam de Viagra con el cine es, por lo demás, muy fluida. Por ejemplo, aprovechando el tirón de esta escena de Matrix, en la que según la pastilla que elijas te quedas en el País de las Maravillas:

Hubo quien pensó que esta era una buena manera de convencer a la gente de que comprara Viagra:

Lo pensó y lo hizo, y luego lo envió a millones de personas, una de las cuales podría ser perfectamente mi madre, si tuviera correo electrónico. Y se fue a dormir a casa tan contento. “¿Qué has hecho hoy en el trabajo, cariño?” “Hoy lo he petado con un anuncio de spam que mezcla la cultura popular y la porno, si es que no es lo mismo en estos tiempos posmodernos”. Qué difícil es no ser zafio con estos temas. Pero mirad el lado bueno: ahora ya apreciaréis más los anuncios de Pelé.

3. El amor que surgió del frío

Hace años entré en una web que pone en contacto a atractivos hombres como yo con solteras rusas incluso más atractivas, por razones que no vienen al caso detallar pero que a mi mujer le dije que formaban parte de la documentación para escribir una novela (#truco: TODO se puede explicar diciendo que forma parte de la documentación para una novela). Desde entonces he recibido unos cinco mil mensajes de bellas señoritas que desean entablar conmigo amistad y lo que surja, no necesariamente por ese orden. El mérito es que todos los mensajes son distintos, y que las rusas son incansables por mucho que yo las ignore. Recurren a todo tipo de argumentos para convencerme de que les dé una oportunidad, de momento sin éxito.

Acercamientos histórico, filosófico y egocéntrico.

Acercamientos de estribillo pop, paulocoelhista y titubeante.

Acercamientos tímido, mentiroso y victoriano.

Yo, que soy un romántico, probablemente el último o el penúltimo, me imagino que detrás de todos estos mensajes anzuelo hay un único y hábil escritor, un poco como el protagonista de Her pero con la cara de Juan Manuel de Prada.

4. Nombres propios que me escriben correos

¿Te has fijado en que cuando te escribe alguien que conoces, como tu padre o tu novia, hay más posibilidades de que abras el correo? Los spammers lo saben, pero como aún no conocen el nombre de tu novia rusa usan otros nombres que te resultan conocidos:

Hubo una época en la que Reese Witherspoon, Pamela Anderson y Britney Spears me escribían a diario, cansinamente. Pero no eran ellas realmente, que no os engañen. Los famosos casi nunca te escriben. Lo más extraño es que no usaban otros nombres famosos: sólo esos tres: Reese, Pamela y Britney. Y ya. Y luego, de repente, dejaron de hacerlo. Porque esa es otra cosa de los famosos: nunca te llaman al día siguiente.

5. Nombres propios que tienen un guiño

Pocas cosas me gustan más que un sinvergüenza gracioso, es una debilidad que tengo. Por eso me gustan Han Solo, el Doctor Maligno y Julián Muñoz. Y por eso me encanta este tipo que me envió un correo:

Clicar el Yes, no, pero irme de cañas con él sí me iba.

6. El combo mortal de spam

¿Conocéis el efecto cheerleader? Con el spam también pasa. A lo mejor un único mensaje no te hace levantar ni una ceja, pero, ¿qué ocurre cuando se juntan varios? Que la sensación es de puro gozo:

No me digas qué maravilla. Vampiros que podrías ser tú mismo, Vudú, gitanas que te dicen cosas (varias veces), una chica que te cumple deseos, Tarot, Mal de ojo, Amor en Línea, todo en un alegre revoltijo, sin ton ni son… Aquí hay para una temporada y media de una serie producida por J.J. Abrams.

Es posible que pase desapercibido entre todos los demás, pero para eso estoy yo: ¿y qué me decís del mensaje de Supersorteo y su gloriosa promesa: “¡Hazte funcionario y pasa del paro!”?

7. El increíble nombre cambiante

Ya hemos hablado unas líneas más arriba de la importancia del nombre. Por eso me fascina este ejemplo:

Que en tres líneas es Amber Zimmerman, Lawrence Kamps y Marina, de Rusia. Soy una taza, una tetera, una cuchara, un cucharón.

8.El antes y el después

Técnica mítica donde las haya en la publicidad tradicional, el Antes y el Después también está presente en el spam:

Aquí, buscando los límites de la suspensión de la incredulidad. 41 kilos. Comiendo todo lo que quería. 1 kilo cada 24 horas. ¡¡¡¡Y un signo de exclamación por kilo perdido!!!!

9. El antes y el después, versión extrema

Ponte que recibes un correo así:

Hay varias genialidades tácticas aquí. Los dos cuadraditos para elegir si disfrutas o no de la oferta. El texto lleno… de puntos suspensivos… que logran que estés anhelante… ¡y de pronto una frase con exclamaciones! ¡La ducha escocesa de la gramática! ¡Cómo se nota… que los regalan…! Si yo fuera Montoro pondría una tasa por uso de puntos suspensivos innecesarios. Y por signo de exclamación también. Se acababa la crisis.

Y desde luego, nos hemos fijado todos, sé que nos hemos fijado, que la vidente se llama Mona Luisa. Qué importantes son los nombres en el spam.

Bueno. Pues días después recibes este correo:

Mona Luisa ha perdido también 41 kilos. ¡Y 41 años!

10. El spam en tiempos de Twitter

Ya sabéis que vuestros tuiteros favoritos hacen publicidad en Twitter.

Pero eso no es, en realidad, spam, sino publicidad encubierta. Twitter tiene un botón que permite bloquear y reportar rápidamente el spam automático, lo cual permite un servicio bastante libre de spam. Por ejemplo, estos usuarios ya no existen:

Demasiado felices para ser tuiteros de verdad.

Eliminados los profesionales, en Twitter el spam es más casero y está casi socialmente admitido, hasta el punto de que muchos tuiteros escriben directamente la etiqueta #spam cuando se lanzan a hablar de los artículos que publican, los libros que escriben, la música que venden o las conferencias que les obligan a pasar el 90% de su tiempo en la T4. Total, si te siguen es porque les interesa lo que tienes que decir, ¿no? A lo mejor todo este artículo es una artimaña para lograr que me sigáis en Twitter, donde os contaría que he publicado un artículo sobre #spam en Verne.

11. La Agatha Christie del spam: María de GangaHogar

María de GangaHogar es una artista. Te manda correos como este:

Confianzuda: acuérdate de hacer esto que te digo. Y luego ya un poco faltona: “Las tapas y cervecitas del chiringuito han hecho estragos en tu barriga”. Y tú piensas dos cosas: 1)¿Esta de qué va? 2)¿Cómo sabe lo de mi barriga?

Y otro día te manda este correo, muy seria (no os lo leáis todo que tendréis que poneros a trabajar en algún momento):

Y un día más tarde, te escribe otro cuyo título es: “Mira lo que te comenté ayer”

“El abuelo está mayor y desde hace tiempo no se puede levantar y sentar bien”. Que una mujer se ponga a hablar de sus cosas (o de las mías) y siga manteniendo la impostura cuando ya es obvio que YO A ESTA SEÑORA NO LA CONOZCO DE NADA me encanta. Te ha atraído con engaños y luego se permite escribirte un jejej en el texto. Jejej.

Pero diréis: claro, qué fácil, con un sillón como ese, que se vende solo. Ya, pues mirad:

Querida María de GangaHogar, por favor:

Y en cuanto a los demás...

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