Antes de darle a la tecla del móvil o disparar la cámara fotográfica, ten en cuenta estos 10 consejos para que logres bordar las fotos de Navidad y que no se queden en recuerdos borrosos, plagados de personas con ojos rojos o marcados por ese graciosillo, también conocido como el revientafotos, incapaz de limitarse a sonreír.
1. Cuidado con las sonrisas enlatadas. Intenta evitar lo que el fotógrafo Martin Parr denomina el problema de Facebook: como muchos saben que algunas fotos de reuniones sociales terminarán publicadas en internet, se comportan de forma antinatural. Por eso con frecuencia salen sonriendo como si posaran para un anuncio de dentaduras postizas. Si deseamos evitar eso, lo mejor es hacerle caso al bueno de Parr y esperar a que el personal se relaje. Cuando se les haya olvidado que hay una cámara merodeando a su alrededor, lograrás las mejores fotos.
2. Otra cuestión que conviene tener en cuenta son los clásicos revientafotos. Hay auténticos expertos en lograr que cualquier foto termine pareciendo una gamberrada. En las reuniones navideñas los cuñados y los niños son los que más peligro tienen. Pero no les cortes las alas. Pueden darle vida a esa foto que sin ellos resulta totalmente sosa.
3. Intenta evitar un estilo ñoño. Muchas veces los reencuentros logran que más de uno se emocione. Una cosa es captar un momento enternecedor y otra muy distinta es que parezca que las fotos las hizo el oso de Mimosín. El humor suele ser un buen aliado para evitar fotos demasiado pretenciosas.
4. Cómo conseguir que todos miren al pajarito. Dos buenos momentos para hacer una foto de grupo son el comienzo de la cena, cuando aún no hay cabezas de langostinos decorando el mantel, y durante los brindis. Para que todos salgan medianamente bien, y sobre todo mirando a la cámara, podemos hacer una ráfaga de fotos a la vez que llamamos la atención del grupo. Así podremos elegir la mejor de entre unas cuantas opciones.
Por supuesto, también hay que estar atento a los que aparecen en la imagen. Si hay alguien mirando al suelo o al techo dile que haga el favor de mirar al objetivo. Ah, y pídeles que digan “patata”, que nunca viene mal. No olvides tampoco que incluso el móvil o la cámara más sencilla cuenta con un temporizador para ayudar a que tú también salgas en la foto.
5. Cómo hacer un selfie colectivo. En el caso de que quieras apostar por la autofoto ten en cuenta que además del móvil puedes emplear cámaras que tengan una pantalla giratoria. Así todo el mundo podrá ver si sale o no en la imagen. Para alejar la cámara lo suficiente puedes usar uno de esos palos, su nombre técnico es monopie, que ayudan a que la cámara o el móvil estén a cierta distancia y nadie se quede fuera de la foto.
Si además cuentas con un disparador remoto hacer la foto es aún más sencillo y no tendrás que intentar alargar tu brazo como el tipo de los Cuatro Fantásticos. Otro cacharro que resulta útil para estas ocasiones es un trípode de bolsillo, que puedes comprar con un adaptador para teléfonos. Con él podrás colocar la cámara donde quieras.
6. Ten en cuenta el punto de vista. Si fotografías a niños ponte a su altura, pero si quieres captar a todo el mundo sentado alrededor de la mesa ponte de pie y capta un plano ligeramente en picado. Asume que la mayor parte de errores de composición se produce en los bordes de la imagen, pues normalmente encuadramos mirando sólo al centro. Por eso, si haces una foto de grupo en la que quieres que salga todo el mundo de pie intenta no cortarle los pies a nadie. También está bien que te percates si la foto está torcida. Para averiguarlo lo mejor es que te dejes guiar por algún objeto que sepas que está completamente paralelo al suelo, como la mesa.
7. Cuidado con el flash. Los móviles no usan el mismo tipo de destello que el 99% de las cámaras de fotos. Es menos potente y no congela el movimiento de forma tan efectiva. Un truco para evitar que proyecte sombras y añada un tono demasiado frío a la foto es usar un difusor, lo que hará que la luz se expanda y sea menos concentrada. Algo tan sencillo como un trozo de papel lo más fino posible pegado al objetivo con cinta adhesiva. Aunque también puedes mirar el manual de instrucciones de tu cámara y comprobar si permite o no regular la potencia del flash.
8. Prepara el equipo con el que vas a hacer las fotos. Si tienes una cámara que sea mejor que la del móvil es buena idea usarla en ese momento. Pero, eso sí, no te olvides de cargar la batería y comprobar que en la tarjeta de memoria hay espacio suficiente. Una ventaja de usar una cámara estándar es que tus fotos por lo general tendrán mayor calidad de imagen. El punto débil de las cámaras de los teléfonos es precisamente que suelen hacer fotos nefastas en interiores en los que no hay demasiada luz.
9. Intenta que el menú parezca apetecible. Para fotografiar un plato es mejor recurrir a un plano en picado que a uno cenital porque si no acabarás con una imagen propia de un menú del día. No uses flash, provocaría sombras y brillos. Así que si las fotos te salen movidas porque no hay suficiente luz, sujeta la cámara apoyando tus codos en la mesa, como si tú mismo fueses un trípode, de esa forma lograrás evitar vibraciones al hacer las fotos.
10. Si vas a publicar en Internet las fotos, avisa. Piensa dos veces lo que vas publicar. Es mejor idea que en vez de que las publiques durante la propia cena lo hagas al día siguiente. Cuando hayas hecho la digestión y tengas la mente más despejada.
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