El vitoriano Josu Subijana lleva desde 2010 recogiendo muestras del humor más absurdo, disparatado y, a veces, tosco de internet en su blog FinoFilipino, que suma tres millones de usuarios únicos al mes. Y ahora llega el libro, FinoFilipino: lo mejor y lo peor de internet. Subijana explica a Verne que el objetivo era “transmitir el espíritu de la web al libro”, recogiendo “los fenómenos más importantes” de este tipo de humor que se caracteriza por no tener punto medio: o carcajada o facepalm, que es el gesto de llevarte la mano a la cara con indignación resignada. De hecho, lo normal es que ocurran ambas cosas.
Subijana publica cada día un mínimo de cuarenta actualizaciones -incluyendo tiras cómicas, imágenes graciosas, memes, vídeos-, que se nutren del centenar de aportes que envían amigos y lectores y, sobre todo, de la lista de páginas que visita cada día, de entre las que destaca Meneame y Reddit. Se trata de un trabajo “a tiempo completo”, del que vive desde hace dos años. Además, “mi pareja es ucraniana y habla ruso, por lo que también me propone y traduce mucho contenido de Rusia, que entraría en la categoría What the fuck (evidentemente), que se podría traducir por "pero qué diablos". Sí, hemos suavizado la expresión.
Una parte importante del libro son los memes. Hay muchos, como Trollface o Filosoráptor, pero uno de sus dos favoritos es el de Julio Iglesias. “Precisamente cuando me has llamado estaba acabando uno para subirlo a la web, porque el jueves nos olvidamos de felicitarle por el día del padre”.
El segundo que menciona es el de Bad Joke Deivid, que además es español: lo creó el autor del blog Wisel Wisel. Es uno de sus amigos, que al parecer era especialista en estos chistes malos para los que se usa el meme. La idea se le fue de las manos hasta el punto de que empezaron a reconocer al pobre Deivid en citas y entrevistas de trabajo.
Subijana recuerda que es muy difícil crear un meme en España (de hecho, el último, el Risitas, es un meme sobre un español, pero tampoco se inventó aquí) y explica que muchos surgen de webs y foros estadounidenses, en especial 4chan. “Muchas veces nos llegan cosas que pensamos que acaban de salir, pero en realidad llevan años circulando”. La mayoría se acaban adaptando o directamente traduciendo, como es el caso de muchas de las "gráficas de la verdad" como esta.
Un amplio porcentaje de las aportaciones no tiene autor conocido, pero Subijana procura citar y enlazar cuando sabe quién es o cuando se cuela algún contenido sin citar y el autor reclama la autoría. En estos casos, “suelen ser muy cordiales”, explica. Y no es de extrañar teniendo en cuenta que un enlace desde FinoFilipino puede suponer un buen empujón en las visitas. De hecho, “los autores me envían a veces cosas para que las publique”.
El libro no puede recoger el tipo de contenido que según Subijana siempre funciona bien: los vídeos. En especial, todos los que sean "sorprendentes. Pero resulta difícil decir qué es lo que más se lleva: las modas en internet cada vez son más cortas y explosivas”. Y menciona por ejemplo la fugaz tendencia de los vídeos de Pablo Iglesias haciendo raps. Eso sí, una categoría que nunca pasa de moda, a pesar de que ya ha quedado lejos su gran momento, es la de los fails, es decir, "gente cagándola".
Subijana valora especialmente la interacción con los lectores. “Lo más importante para que un blog tenga vida es dar voz a los visitantes". Y por eso el blog no sólo recoge las aportaciones de los lectores, sino que les hace preguntas directas. “Muchas veces me encuentro comentarios mucho más graciosos que los propios contenidos”, añade. En el libro recoge algunas de estas aportaciones, como los ejemplos de “¡Viviendo al límite!” y las propuestas para desconcertar a los cajeros de los supermercados.
Serlli89: ¡Vivo al límite! Voy al Mercadona, cojo un tetrabrick de leche y aunque pone "abrir aquí", lo abro en mi casa.
Domineer: ¡Vivo al límite! Tenía un yogur en el que ponía "consumir antes de: ver tapa" y, aunque ya había visto la tapa, ¡me lo comí igualmente!
Tuner: ¡Vivo al límite! Uso champú para cabellos secos después de habérmelos mojado
De hecho, él comenzó como comentarista de Dando por culo, una página de contenidos también humorísticos, pero que quizás (sólo quizás) erró con el branding: “Es la típica página que daba vergüenza decir que seguías, pero sólo por el nombre”. Por aquel entonces, Subijana enviaba propuestas de contenido al blog. Como no todas los aportes que enviaba se publicaban, Subijana decidió abrir su propio blog y aprovechar esos descartes. “Un día me mencionaron en la página, comentando que no sólo les enviaba propuestas, sino que también había abierto mi propio blog”. Ese fue “el big bang del blog: me llegaron unas mil visitas en un día”. Suena a poco si tenemos en cuenta que actualmente cuenta con tres millones de usuarios únicos y ocho millones de páginas vistas al mes, pero en aquel momento no llegaba al centenar de visitas diarias.
Desde entonces, el crecimiento ha sido gradual, sin más publicaciones o enlaces clave, “pero todo el rato hacia arriba”. Tanto, que incluso alguna vez le han reconocido por la calle, a pesar de que no suele publicar fotos suyas en el blog. “El que me reconoce es porque entra día sí, día también”.
Eso sí, las redes no le han ayudado especialmente: “A lo mejor es que lo hago mal, llegué tarde o me dio vergüenza pedirle a la gente que me siguiera, pero la mayoría de los visitantes llegan directamente a la web y tengo comparativamente pocos seguidores en Facebook y en Twitter”. Son unos 24.600 en Twitter y más de 57.000 en Facebook.
Subijana, nacido en 1984, narra al principio del libro cómo internet llegó a nuestras casas, comenzando por su Pentium de una giga de disco duro y su módem de 56 k. El autor de FinoFilipino explica que escribe para esta generación que usaba internet para chatear en el IRC hasta que otro familiar decidía que tenía que llamar por teléfono y la conexión se cortaba.
“Me he dado cuenta de que los chavales más jóvenes no visitan mi blog”, explica Subijana, que añade que según los análisis de su contador, “que no sé hasta qué punto son fiables”, entra gente sobre todo mayor de 18 “y hasta los treinta y tantos”. “Es un poco raro -explica-, ya que el humor del blog es tirando a infantiloide. Aunque igual es porque no hemos madurado y nos siguen gustando estas cosas”.
Vas a cagar y olvidas llevar el móvil... no problemo, porque guardas el libro de FinoFilipino en el cuarto de baño. pic.twitter.com/UP1PdpXeaU
— Fino Filipino (@FinoFilipino) febrero 28, 2015
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