Ciudadanos y Podemos no solo han traído nuevas propuestas, sino también nuevas palabras o, a veces, viejas palabras con nuevas interpretaciones. Aquí van algunas de ellas:
- Casta. Élite que disfruta de los privilegios políticos y económicos sin asumir las responsabilidades sociales. Importante en el inicio de Podemos, el término está ya desuso desde que la formación entró en las instituciones, ya que consideraron que la idea estaba instalada en la sociedad.
- Confluencias. Como escribía Enrique Gil Calvo en EL PAÍS, con este término hablamos de “un colectivo plural, abierto e incluyente de actores políticos y movimientos sociales”. Su éxito es difícilmente cuestionable: gracias a las confluencias, Ada Colau y Manuela Carmena son alcaldesas.
- Cuñadismo. Un “cuñado” es un listillo que razona con tópicos rancios y desprecia las ideas ajenas con la seguridad que da la ignorancia. Este término parecía circunscrito a las bromas en redes sociales hasta que en abril Iglesias acusó a Rivera en el Congreso de haber hecho “un ejercicio de cuñadismo ideológico”. Hay que decir que en Twitter muchos se refieren a la formación de Rivera con el término Cuñadanos.
- Esperanza. Según la carta que Podemos ha enviado a sus electores en esta campaña, este sentimiento, personificado en una joven (y ficticia) bióloga que tenía las cosas tan mal que ha tenido que emigrar a Londres. Y según el INE, 50.844 españoles dejaron el país en la primera mitad de 2015, más que en todo 2010.
- Fábrica del amor, La. Monedero definió a Podemos como “una fábrica del amor”. Este término volvió a la actualidad cuando en marzo Iglesias y Domènech (de En Comú Podem) se dieron un beso en los labios en el Congreso. También cuando Iglesias se insinuó a Sánchez con un “Pedro, solo quedamos tú y yo”. Además, el logo de Unidos Podemos es un corazón. Ciudadanos no es tan romántico, pero está abierto a relaciones (parlamentarias) tanto con el PP como con el PSOE, juntos o por separado.
- Heteropatriarcado. Es la supremacía de lo masculino y la heterosexualidad en nuestra sociedad, lo que supone discriminación por razón de sexo y orientación sexual. Así lo definía Alberto Garzón, de Unidos Podemos, que afirmó en un tuit que tanto los asesinatos de Orlando como la violencia de género eran consecuencia “de la misma lacra: el heteropatriarcado”. Recibió críticas a pesar de la (evidente) relación entre machismo y homofobia.
- Patria. Iglesias habla de una candidatura plurinacional, pero también patriótica. Y Errejón tuiteaba hace poco: “Rajoy, si decimos que tu gestión ha sido nefasta es porque somos patriotas y estamos orgullosos de nuestro pueblo”. El discurso de Ciudadanos “es más pragmático”, explica Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. Su idea de España es “la constitucional, típica de partidos tradicionales” y su crítica se dirige “al mal funcionamiento de la organización política”.
- Socialdemocracia. Pablo Iglesias aspira a ser el líder de la “nueva socialdemocracia”, personificada por políticos como el alemán Willy Brandt y el sueco Olof Palme. Aunque Ciudadanos no recurre al término, las referencias de Rivera a los países escandinavos, ideal socialdemócrata por excelencia, son constantes, sobre todo en lo que se refiere a la educación.
- Sorpasso. "Adelantamiento" en italiano. Julio Anguita la importó durante los años 90, cuando quiso desplazar al PSOE como fuerza hegemónica de la izquierda. Vuelve a estar de moda, ya que las encuestas apuntan a que Unidos Podemos superaría a los socialistas en el Congreso. Rivera sueña con usarla algún día.
- Pueblo. Es uno de los términos de Errejón, que a menudo habla de “construir pueblo”, que también es el título de uno de sus libros. Según Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, es una forma de “buscar un mecanismo de identificación” lo más amplio posible, como ocurría con patria. Frente a una sociedad cada vez más fragmentada y con intereses muy diferentes, Podemos aspira a “hablar en nombre del pueblo y a erigirse en su intérprete, homogeneizando lo que es diferente a partir de algo que unifica”.
- Transversalidad. La nueva política no es ni de izquierdas ni de derechas. O eso dicen, claro. Podemos ha sustituido en gran parte de su discurso el eje izquierda-derecha por “los de abajo frente a los de arriba”. En cambio, Ciudadanos hablaba antes de las elecciones de diciembre de “nuevo centro”. Vallespín recuerda que la gran fractura entre los votantes es “la generacional” y estos dos partidos, sobre todo Podemos, la están explotando con éxito.
- Venezuela. País latinoamericano que está a 7.000 kilómetros, pero que aun así centra gran parte del debate político.
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