Seguro que lo has visto en tu timeline: el mensaje "Estoy votando" junto a la imagen de una mano azul depositando su voto y un enlace a la web del Ministerio del Interior con información sobre el 26J. Se trata de la opción que ha activado Facebook con motivo de las últimas elecciones españolas y que permite a sus usuarios mostrar que están acudiendo a los colegios a depositar su papeleta.
La compañía ya había ofrecido esta opción en España durante las elecciones del 20D -además de una herramienta muy similar en las elecciones al Parlamento Europeo en 2014- y lo ha vuelto a repetir ahora.
Como contamos en Verne, quienes votaron por correo también pudieron indicar a sus seguidores que habían iniciado los trámites para solicitar el voto. Facebook España señaló entonces que era consciente de la importancia que la política tenía para sus usuarios y que, por eso "trata de buscar elementos que puedan resultar útiles durante estos procesos".
¿Hasta qué punto puede influir Faceboook en la movilización de los electores?
Mariluz Peinado
El mejor ejemplo del peso que puede tener la red social en este tipo de cuestiones fue un experimento que se llevó a cabo en 2010 por investigadores de los departamentos de ciencias políticas, psicología y genética médica de la Universidad de California en San Diego. Era 2 de noviembre y Estados Unidos celebraba las conocidas como elecciones de mitad de mandato, en las que renovó la Cámara de Representantes, parte del Senado y se eligieron más de una treintena de gobernadores.
Ese día, unos 60 millones de usuarios de Facebook vieron un recordatorio de que había elecciones y un botón en el que podían anunciar que habían votado, además de las fotos de perfil de hasta seis amigos que ya lo habían hecho. Otros vieron o bien un mensaje genérico para ir a votar o nada.
Después de cruzar la información publicada por los usuarios de Facebook con datos de voto reales de todo el país, los investigadores calcularon en qué medida la red social había influido en las votaciones. Concluyeron que su mensaje movilizó a 60.000 votantes que, a su vez, “habían contagiado” a otros 280.000, al haber compartido en la red que habían votado. Es decir, un total de 340.000 votos adicionales de personas que no pensaban ir a votar. Los investigadores recuerdan que, en el año 2000, George W. Bush ganó en Florida a Al Gore por tan solo 537 votos, llevándose así la presidencia.
Los resultados presentados en la revista Nature explicaban que “el mensaje no solo influye a los que lo reciben, sino también a sus amigos y a los amigos de sus amigos”. Es decir, ver que nuestros amigos han votado, nos invita a votar. Una especie de boca a boca digital. En realidad, acudir a votar porque vemos que nuestros amigos lo han hecho no es más que una nueva aplicación de los estudios que demuestran que tendemos a imitar a nuestros semejantes.
Desde Facebook España son más prudentes a la hora de valorar cómo influyen este tipo de iniciativas sobre los usuarios: “No disponemos de una cuantificación de estas acciones. Nuestro objetivo es ayudar a la ciudadanía a recordar fechas clave de cara a las próximas elecciones generales”, insisten.
Google también ha hecho un guiño durante la jornada del 26 de junio a los electores españoles dedicándole su doodle a este asunto en su dominio .es.
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