La guía práctica de una mujer a su esposo para cuidar a sus seis hijos

Meghan Oeser salió de viaje un fin de semana. Estos son los consejos que le dio a su marido para no enloquecer

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Con seis hijos (de 15, 12, nueve, siete, cinco y tres años), la fotógrafa originaria de Illinois, Meghan Oeser, ya es sin duda una experta en el cuidado de los niños. El aprendizaje no ha sido fácil, pero el tiempo le ha permitido aprender uno que otro truco. Oeser, de 36 años, se fue de viaje con sus amigas y decidió dejarle a su esposo una guía práctica para evitar que enloqueciera mientras se hacía cargo de sus hijos. Los consejos fueron publicados en la cuenta personal de Facebook de Oeser el 12 de agosto. En seis días, la publicación ha acumulado más de 120.000 compartidos y 185.000 likes. Puedes leer la versión en español al final del artículo.

“Te escribo con la intención de demostrar amor, no de infringir miedo. Quería repasar contigo algunas cosas antes de que te embarques en esta aventura de fin de semana solo... con los otros”, se lee al inicio de la carta que Oeser publicó en Facebook. En ella enlista algunas recomendaciones que le podrán ser útiles a su marido mientras ella esté ausente como: No dejar que su hija de tres años se quede dormida después de cenar para evitar que esté despierta en la madrugada y no permitir que nadie utilice la taza de su pequeña de cinco años para evitar que se vuelva loca son algunas de ellas.

A través de un correo electrónico, Oeser dijo a Verne que su esposo lo hizo mejor de lo que esperaba. “Me fui de viaje a una casa en Walkerton (Indiana) por casi 48 horas y lo hizo perfectamente bien. No se quejó de nada. Lo único que sucedió fue que durmió solo cuatro horas en un fin de semana, pero nada más”, señala. “Incluso mi hijo de siete años me dijo: Mamá te hubieras quedado en la cabaña, mis hermanas no se portan tan mal con papá”.

Queridísimo esposo,

Te escribo este mensaje con la intención de brindarte amor, no infringirte miedo. Quisiera repasar contigo algunas cosas antes de que te embarques en esta aventura de fin de semana solo...con los otros.

La hora de dormir, la mañana, la hora del desayuno y la del almuerzo pueden ser fácilmente confundidas con un infierno en que Satanás tendrá forma de My little Pony.

Primero lo primero...

Al llegar a casa después del trabajo, las cosas no se verán tan mal. Los otros te abrazarán, saltarán y la mayoría estará emocionada de verte. Esto durará poco...lo garantizo. A este periodo también se le conoce como hora del infierno. Los otros pelearán por todo y por nada. Quinn y Penny serán las principales culpables. Lo más probable es que Quinn esté molesta porque Penny se puso su vestido de Elsa y Penny estará igual de enojada porque Quinn solo se referirá a ella como Anna. Penny también peleará a la hora de dormir, tema que explicaré más adelante.

La cena será pésima. Bailey querrá pizza, mientras Harper pedirá hot dogs. Quinn llorará cuando digas la palabra hot dog e insistirá en que quiere macarrones con queso (pero no los naranjas o los blancos, sino los morados). Como ya se acabaron los macarrones morados, entonces pedirá pan tostado. Tú ya habrás empezado a preparar macarrones con queso para Penny, pero como escuchó que Quiin pidió pan tostado, también querrá comer eso. Terminarás descartando la idea de los macarrones porque Bailey se enfermó del estómago hace cinco años por comer los naranjas y Harper prefiere los blancos. También olvidate de sentar a Harper a comer porque su amiga Lily pasó a la casa “inesperadamente” y salieron a la calle a patinar en ripstick. Todos cenarán cereal y de paso Lily entrará a la casa por un curita.

Querrás sentarte y relajarte después de la cena o el desayuno, pero te advierto, no lo hagas. Habrá silencio, mucho silencio. Es ahí cuando te darás cuenta de que el niño de tres años se quedó dormido en algún lado. NO dejes que se quede dormido. Estás jodido si esto sucede, pues estará despierto al menos hasta la 1:30 de la mañana si no tienes cuidado. Dado que tu horario para dormir es de 9:30 de la noche a 5:30 de la mañana, esta no es la mejor opción.

Continuemos.

Lily todavía está ahí. Te preguntarás dónde diablos están sus papás. Tu teoría será tan buena como la mía. Todavía no los conozco.

Hora de dormir

Bien. Mucha suerte, amigo.

Pijamas. A la chingada las pijamas. No intentes ponerle a Penny nada más que un camisón. Y si no puedes encontrarlo, sigue buscando. Va a pedir su camisón de Minnie Mouse, pero una vez que se la pongas va a gritar de agonía porque las mangas claramente le están lastimando los brazos. Solo encuentra su camisón de Elsa. Las probabilidades de que esté muy sucio son altas, pero qué más da, ella también lo está. No puedo recordar la última vez que le frote jabón.

Sienta a Penny en el sofá junto a ti. Dios sabe que se dormirá en algún momento. Quinn, Harper y Bailey caerán sin problemas. Solo espera. En cuanto se acuesten en sus camas, actuarán como si hubieran caminado miles de kilómetros a través del Sahara. Bajarán, uno a uno, cada putos cinco minutos...por agua. No dejes que nadie use la taza de Elsa de Quinn. Si ella se da cuenta se volverá loca.

Terminarás llevando a Penny a la cama contigo, pensando que eso es una buena idea. Ja, ja, ja, ja, ja. Es como dormir al lado de Evander Hollyfield.

Solo intenta dejarla en su cama. Dale el iPad. Esto te salvará la vida… lo juro. Asegúrate de bajar el volumen, junto con el brillo de la pantalla. Hablando de ser brillante, no olvides el difusor de escencias. Llena esa mierda de agua y agrega dos gotas de la esencia “Paz y calma”, una de lavanda y otra de “fuera estrés”. Si ese día fue un infierno, agrega olíbano. Pon la luz morada. Por el amor de Dios, recuerda, es la morada. Si la pones azul, Penny actuará como si sus retinas estuvieran en contacto directo con el sol. No olvides su taza de entrenamiento. En serio, no la olvides. Tomará un poco y después te pedirá que te la lleves. Querrá que la pongas en su buró. Te llamará cinco minutos más tarde para que le des el resto. Te llamará DE NUEVO para que pongas la mierda esa de nuevo en el buró. Después se despertará a las tres de la mañana gritando que alguien le robó su taza de entrenamiento. Solo llena esa mierda y rezale a María y José para que se vuelva a dormir. Ah, y no olvides su ventilador. La niña suda como una prostituta en una iglesia y que acaba de comer 12 sandwiches de carne.

Desayuno. Ja, es igual de divertido que la cena, solo que es peor. Toma café. Mucho café. Lo necesitarás. Probablemente Penny querrá cereal o pan tostado. Sea lo que sea que hagas, deja que ella escoja la cuchara. Si lo haces, lo más probable es que Quinn tenga la mejor cuchara y que Penny te convenza de que le diste la peor de todas. A veces le doy un tenedor y la mando a la mierda. El desayuno será un espectáculo tan terrible que olvidarás comer y empezarás a experimentar temblorinas por el café.

Ya casi es hora de la comida. Empieza a tomar ahora.

Enjabona, enjuaga y repite. Te veo el domingo.

Ah, también, en caso de que quieras hacer algo este fin de semana.. mucha suerte. Quinn llora básicamente cada cinco minutos y podría pensar que el esofago de Penny arde cada 4.5 segundos. Esto implica refills continuos de agua y más idas al baño.

A veces puede ir sola al baño y a veces es complementamente inútil y se queja de todo, como de su ropa interior y sobre lo rara que se siente. Ten a la mano ropa interior de repuesto. Ah, y como me hiciste deshacerme de casi todas las tazas entrenadoras, dejándome con dos, seguro esas ya las habrá perdido. Mucha suerte tratando de encontrarlas.

Besos,

La esposa

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