Furia al volante: las causas psicológicas de la agresividad de los conductores

Lord Dodge y Lord Audi ejemplifican una falta de empatía general hacia otros transeúntes y de conocimiento sobre las reglas viales, explican dos expertos en movilidad

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El caso Lord Audi, el conductor que agredió a un ciclista y se dio a la fuga, causó tanta indignación en la redes que se convirtió en trending topic nacional a finales de julio. Casi un mes después, surge Lord Dodge, otro automovilista al que se le ve en un video lanzando una bicicleta contra un ciclista, con el que aparentemente tuvo un accidente en Polanco (Ciudad de México). Este video también ha sido ampliamente comentado y compartido en redes sociales.“He visto otros casos donde hay hostilidad hacia el ciclista, pero no con el grado de violencia de estos dos”, dice a Verne Agustín Martínez, representante de Bicitekas, asociación de ciclismo urbano en la Ciudad de México.

Según la American Psychological Association, las personas que conducen enojadas son más propensas a realizar actos impulsivos, manejar a mayor velocidad, infringir alguna ley de tránsito, discutir o pelear con otras personas en su camino y causar accidentes. No existen estudios sobre las causas y efectos de los arranques de ira en los conductores en la Ciudad de México. La capital del país, sin embargo, conjunta muchas características que propician el road rage (la ira en el camino) término con el que se define a estas manifestaciones de enojo vial en la psicología.

Un estudio de la Universidad Wright en Ohio enlista los factores más comunes como el tráfico pesado, la contaminación visual y sonora y el estrés laboral. Estas reacciones aumentan si se está más tiempo al volante, concluye el estudio. En la Ciudad de México, los automovilistas tardan en promedio una hora y 20 minutos en transportarse a o de su trabajo, según un reporte de la consultora De la Riva Investigación Estratégica. Uno de cada 10 capitalinos ocupa más de tres horas en estos viajes diarios, esto equivale a estar 35 días en el tráfico al año, de acuerdo a la investigación.

Martínez, de Bicitekas, tiene otra teoría para explicar estas reacciones: “En este ciudad no se respetan las reglas de tránsito, ni siquiera las autoridades las siguen”, apunta. "Se vuelve una jungla y bajo la ley de la jungla, el más agresivo, el que grita más fuerte, es el que domina la situación. El automovilista, siendo el más fuerte, abusa del más vulnerable, ya sea el ciclista o el peatón. El gobierno tiene la responsabilidad de hacer una mayor difusión del reglamento y los derechos que tenemos todos al transitar por las calles”.

Dana Corres, representante de Liga Peatonal, organización que busca promover el orden vial en la capital, dice a Verne que el problema se origina desde la expedición de licencias de conducir. “Prácticamente se compran, no hay requisitos de exámenes del reglamento o pruebas de manejo”, explica vía telefónica. “Es imposible saber si una persona está capacitada para conducir por la Ciudad y tiene un entendimiento de la seguridad vial”.

Aunque a principios de este año, la Secretaría de Movilidad (Semovi) anunció la implementación de exámenes obligatorios para la obtención de licencias, esto aún no está incluido en los requisitos para realizar este trámite en la web de la Secretaría.

La culpa no solo es de los usuarios, advierte Corres. “Estos casos no se resolverán hasta que no exista un plan integral de seguridad vial y una infraestructura más eficiente, con más ciclovías y pasos peatonales y un sistema transporte público integrado. Eso aún no existe porque requiere mucho tiempo y dinero, aunque se han visto algunas mejoras. El aumento de los ciclistas circulando en la ciudad es un ejemplo de esto”.

Para la comunicóloga, este aumento es una posible causa de los casos como el de Lord Audi y Lord Dodge. “Creo que es una reacción de shock porque los automovilistas estaban acostumbrados a tener todas las vías para ellos y ahora se ven forzados a compartirlas con los ciclistas. Para mí, esto una buena señal, de que las cosas están cambiando”.

Cómo evitar ser víctima de un conductor iracundo

La American Automobile Association (AAA) hace estas recomendaciones:

1. Toma las cosas con calma. Nuestro objetivo siempre es llegar a tiempo a los lugares, pero no estamos en una carrera. Según la AAA, una de las formas más fáciles de evitar algún altercado vial es avanzar a una velocidad moderada. Para eso es necesario planear bien los viajes y salir con tiempo extra.

2. Evita ofenderlos. Los conductores enojados pueden llegar a ser muy peligrosos. Si eres parte de un accidente de tránsito, lo mejor es no gritar, decir groserías o hacer gestos obscenos. La AAA recomienda siempre responder de la forma más amable y calmada y de preferencia no hacer contacto visual, ya que algunos lo consideran una forma de confrontación.

3. No les sigas la corriente. Si ellos son los que gritan, dicen groserías y hacen gestos obscenos (lo más probable), no respondas de la misma forma. Respira hondo y mantén la calma, aunque te cueste.

4. Busca ayuda o testigos. Cuando tengas que lidiar con un conductor enojado, tu primera reacción debe ser buscar o llamar a la policía de tránsito, y si es el caso, llamar a la aseguradora. Si no los puedes encontrar, trata de mover la bronca a algún lugar con mucha gente alrededor, eso usualmente evita que los conductores se comporten de forma agresiva.

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