La nueva temporada de MasterChef México lleva apenas siete episodios, pero ya ha sido el centro de dos polémicas a causa de los comentarios de sus concursantes. Hace una semana, la oaxaqueña María Eugenia Rule presumió sus vestidos, típicos de la región de Istmo de Tehuantepec, en el este de ese Estado. Sus opiniones no fueron igual de halagadoras con las mujeres de la zona: “Las tehuanas a lo mejor no son tan delgadas ni tan estilizadas como yo porque toman mucha cerveza y comen mucho”, comentó la aspirante al título MasterChef.
Por esta frase, los fanáticos del show la apodaron #LadyTehuana en las redes sociales, al considerar que la opinión tenía tintes de discriminación hacia las mujeres indígenas. Más tarde, Rule se disculpó a través de un video publicado en su fanpage de Facebook. “Si en alguna de mis intervenciones expresé algún comentario inadecuado, por favor les ofrezco una amplia disculpa. Nunca fue mi intención lastimar la sensibilidad de nadie”, afirmó.
Rule no ha sido la única que ha recibido críticas de los seguidores de la serie por sus opiniones. En el episodio del 9 de octubre, Lourdes Alcocer, concursante de la Ciudad de México, dijo esto de su contrincante Bertha López, una empleada doméstica originaria de Puebla: “Yo no vengo aquí a ser amiga de una sirvienta. Perdóname, pero hasta en la comida hay códigos sociales”. Otros participantes también han opinado negativamente del oficio de la poblana. “Una trabajadora doméstica está acostumbrada a que la manden, difícilmente puede mandar”, dijo Kenia Flores, del Estado de México.
Alejandro Esquivel, productor del programa dice a Verne vía telefónica que al ser un reality show, la producción no tiene control de lo que opinan los participantes. “Lo que se busca en los castings de MasterChef es a gente a la que le apasione cocinar, dentro de esta búsqueda hay una diversidad de personalidades y de culturas”, comenta. “Los retos del programa hacen que los concursantes mantengan sus emociones a flor de piel y eso se refleja en las entrevistas, donde transmiten todas sus alegrías o bien, todas sus frustraciones”.
Los participantes, añade Esquivel, están conscientes desde el inicio del programa que sus opiniones estarán sujetas al escrutinio público. “Solo ellos son responsables de sus declaraciones y la producción no puede controlarlas aunque le parezcan incorrectas”. Hasta ahora, los comentarios de esta naturaleza sólo han surgido en entrevistas, asegura el productor. Si alguno de los participantes se quejara ante un comentario ofensivo alguno de sus compañeros, la producción analizaría la situación y las acciones que tomaría al respecto, explica Esquivel.
Verne buscó al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) para conocer su postura al respecto, pero aún no recibe respuesta.
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