A menos de una semana para Halloween, millones de estadounidenses comienzan a buscar un disfraz para celebrar la ocasión. Muchos se irán por la vía fácil y lo comprarán en alguna tienda departamental. Sydney Presley no es de esas. “Cuando voy a las tiendas es triste ver todos estos disfraces que se basan en estereotipos y son insensibles a otras culturas, como la mexicana”, dice la joven del sur de California a Verne vía telefónica. “Por eso decidí hacer disfraces que realmente celebran mi herencia y mi cultura”.
Desde 2012, Presley, de origen mexicano, crea trajes inspirados en los objetos cotidianos de su casa: una bolsa de frituras Takis, una concha de chocolate y una tarjeta de Lotería. Las fotografías de sus disfraces se han compartido miles de veces tanto en Twitter, como Facebook e Instagram.
Presley, de 25 años, creció viendo a su madre y abuela coser en West Covina una ciudad al este de Los Ángeles. “Siempre me llamó la atención, pero mi madre no dejó que me acercara a su máquina de coser hasta que estaba en la secundaria”, cuenta Presley a Verne vía telefónica. “Con las telas y trapos que encontraba empecé a crear atuendos”. En 2012 creó su primer disfraz de Halloween a la mexicana, el de la mujer a bordo de una chalupa dentro de una tarjeta de Lotería. “Siempre jugamos en mi casa y también en casa de mi novio. Las tarjetas siempre andan en algún lugar de la casa y esa siempre es mi inspiración lo que veo a diario, pero normalmente no se te ocurriría que pudieran transformarse en un disfraz”.
El de concha de chocolate está basado en un recuerdo de su infancia. “Mi abuela no manejaba entonces paseábamos en autobús por la ciudad y al final del viaje siempre íbamos a la panadería y me compraba una concha”, cuenta. “Mi abuela de forma indirecta siempre me enseña a sentirme orgullosa de mi origen y mi cultura. Ella es la principal fuente de inspiración para mis disfraces, aunque ella nunca estuvo consciente de ello”.
Cuando Presley compartió las fotografías de sus disfraces en Instagram nunca pensó que se obtuvieran tantos likes y compartidos. “Esa nunca fue mi intención”, comenta. “Dos de mis amigos las compartieron en Twitter y creo que ahí es donde comenzaron a compartirse mucho. Creo que la gente se identifica con los objetos de mis disfraces, porque también les recuerda a su infancia”. En más de una ocasión le han sugerido disfrazarse de Catrina, pero ella se ha resistido. "Para mí las calaveritas y todo lo referente al Día de Muertos es algo muy espiritual con un significado muy profundo para mucha gente", dice. "En cambio no creo que alguien tenga esa conexión espiritual con una concha de chocolate".
La comunicóloga prepara dos nuevos disfraces para esta temporada. Prefiere mantener la temática en secreto, pero nos da dos pistas: será algo mexicano y comestible.
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