El lado más conocido de los youtubers es que hacen chorradas de todo tipo. Pero también se lo saben pasar bien hablando de temas serios. Las ONGs -como muchas marcas comerciales- han encontrado en ellos unos portavoces inigualables cuando se trata de llevar un mensaje al público más jóven. En España están especialmente vinculados a temas sociales y de ecología. El último ejemplo es la malagueña de 19 años Esther Cañas que, con su vídeo Una semana en silla de ruedas, ha superado las 340.000 reproducciones en un par de días y que este domingo se ha colado entre las tendencias de YouTube en España.
Youtuber "desde los 12 o 13 años", tiene algo más de 133.000 suscriptores en su canal Atrapatusueño. "Mis padres siempre me han apoyado. Mis tías al principio se reían más de mí. Ahora están superorgullosas", cuenta. Y explica a Verne, en conversación telefónica, que la mayoría de sus seguidores son españoles y mexicanos de entre 15 y 30 años.
Así que es a gente muy joven a la que ha logrado acercar la problemática de barreras arquitectónicas e innacesibilidad a lugares públicos que sufren en su día a día las personas en silla de ruedas. Lo ha hecho en forma de reto, esquema popular entre youtubers y formato que prueba por segunda vez tras haber conseguido un viral de casi dos millones de reproducciones comiendo durante una semana con un euro.
Cañas contactó con la asociación de personas con lesiones medulares ASPAYM, de Málaga, y les pidió contactos de gente joven. "Yo no conocía a nadie en silla de ruedas. Por eso me llamaba la atención. Soy una persona curiosa y me gusta preguntar muchas cosas", afirma. Disfrutó de la compañía de Melania, tetrapléjica tras un accidente de moto, e Ismael, parapléjico también a raíz de un accidente de moto, que le mostraron su vida cotidiana. "Me gustó que me hablaran de sus ilusiones, de sus proyectos...", explica.
A través de ASPAYM se informó de "todo lo que era necesario mostrar en los vídeos", de ahí que a Melania, por ejemplo, la visite en casa para mostrar los dispositivos con los que su familia le ayuda. Y la youtuber alucina, más que con la cama o la bañera especial, con que tiene una tele a la que le habla para cambiar de canal o un ordenador en el que escribe gracias al movimiento de la nariz. "¡Como si fuera el futuro!", dice.
Admira la energía y la vitalidad de ambos. Tanto le interesaron sus vidas ("Melania me habló de cómo va a los conciertos y cómo viajo a Nueva York. A Ismael le pregunté cómo es ir de fiesta en silla de ruedas") que en otro de sus canales secundarios ha colgado un vídeo con escenas extra.
Cañas realiza una entrega por semana, en general, y está cursando segundo de Comunicación Audiovisual. Lo que gane en esta ocasión con las reproducciones del vídeo -los ingresos publicitarios de los anuncios- irá destinado a la asociación. No hablamos de cifras locas, es más un detalle. "En cinco años sólo me he comprado un portátil. No me podría dedicar sólo a YouTube", añade.
Aunque los vídeos más vistos sean casi siempre los de rutinas (desayunos, arreglarse, lo que hace al despertar) se siente especialmente satisfecha de la acogida de esta entrega. En los comentarios al vídeo, tras recibir alguna crítica, se ha disculpado por usar el término "servicios de minusválidos".
Durante el reto no estuvo toda la semana en silla de ruedas, sino que cada día realizó diferentes actividades. Más que suficiente, subraya, para concienciarse de los obstáculos a los que se enfrentan cada día las personas en silla de ruedas. Melania, por ejemplo, le habló de sus campaña para que los cines sean inclusivos.
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