Cada cuatro años, Estados Unidos acude a las urnas el primer martes después del primer lunes de noviembre para elegir a su próximo presidente. ¿Por qué un martes?
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Como demuestra este vídeo, ni siquiera los políticos que aspiran a esa presidencia conocen la respuesta. La pregunta tiene su propia página de internet, Whytuesday.com, y con cada campaña electoral nos recuerda que el día de la convocatoria, que ahora se resuelve mediante votos en máquinas electrónicas y papeletas en pantallas táctiles, tiene mucho más que ver con una época en la que los estadounidenses iban a votar en carros de caballos.
La explicación data de 1845, cuando el Congreso decidió que los Estados debían dejar de votar cada uno en un día distinto —como ocurre en el caso de las primarias— y unificar la convocatoria en un solo día. Pero no podía ser cualquier día.
La mayoría de los ciudadanos necesitaba desplazarse entonces hasta el centro de votación en carro de caballos, por lo que quedaron descartados los días del fin de semana, porque muchos ciudadanos dedicaban el domingo para acudir a la iglesia, y el miércoles, día de la semana en que se convocaba tradicionalmente el mercado.
Además, dado que Estados Unidos era una nación principalmente agrícola, los meses de primavera y verano estaban descartados para no interferir con la cosecha y los de invierno también porque la dureza del clima impediría viajar a millones de personas.
Así se eligió el primer martes después del primer lunes de noviembre. Este año, es el próximo día 8 y, si se atreven a estudiar este mapa, podrán saber todas las fechas futuras.
EE UU no parece querer votar en fin de semana, como la mayoría de las democracias occidentales, a pesar de que 1 de cada 4 miembros del electorado asegura que no participa en las elecciones porque se trata de un día laboral. Este es uno de los argumentos que explica por qué la participación es una de las más bajas del mundo —EE UU, con una media del 60% de participación, ocupa el puesto 138 en un ranking de 172 países—, pero no ha logrado convencer a los legisladores a favor de una reforma.
Los detractores de cambiar la fecha alegan que la mayoría de los Estados ofrecen la posibilidad de votar por correo y por anticipado, ya que muchos colegios electorales están abiertos las semanas previas a las elecciones. Este año, por ejemplo, se estima que más de 20 millones de personas habrán emitido su voto antes del 8 de noviembre. Pero no así en 15 Estados, lo que quiere decir que esos ciudadanos solo pueden votar durante un día laboral y si pueden ausentarse de su trabajo durante varias horas.
“Si podemos hacer que las fiestas nacionales del Día de los Presidentes o el Día de Martin Luther King se celebren en lunes por la conveniencia que supone para los consumidores”, preguntan los creadores de Why Tuesday, “¿por qué no hacemos que el día de las elecciones sea más favorable para los votantes?”. Dentro de cuatro años, seguramente sigan haciendo la misma pregunta.
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