A finales de agosto, el japonés PikoTaro publicó en su canal de YouTube una de las canciones más pegajosas de este 2016. Pen- Pineaple- Apple-Pen se convirtió en uno de los temas más virales alcanzando más de 99 millones de reproducciones en tres meses. Las parodias no tardaron en llegar. Algunos hicieron versiones metaleras, otros grabaron a su abuela interpretando la canción y hubo quien cambió la pluma, la piña y la manzana por otros elementos. Ese fue el caso de Carlos Peña, quien prefiere usar el seudónimo Charly Pi. El bloguero originario de la Ciudad de México decidió utilizar un bolillo y un tamal y rendirle tributo a la torta de tamal, también conocida como guajolota. El video se publicó el 5 de diciembre y en una semana ha acumulado más de 2 millones de reproducciones.
Charly Pi, de 26 años, relata a Verne vía telefónica que este video fue parte de una nueva sección del portal de tecnología Paréntesis, web en la que colabora. “Yo me dedico a reseñar gadgets, a dar conferencias y recientemente a hablar de tendencias en redes sociales”, explica. “Empezamos una nueva sección que se llama Tren del topic. En ella hacemos un resumen semanal de las tendencias en redes sociales y por eso se nos ocurrió hacer la versión mexicana la canción. Queríamos hacer algo muy de la Ciudad de México y que causara curiosidad”.
De acuerdo con el joven comunicólogo, hacer el video fue bastante rápido: “Me tardé 30 minutos en lo que fui a comprar la torta y me aprendí los pasos”, comenta. “El video original, el de Pen Pineapple tiene todos los elementos de un viral. Es como el Gangnam Style. La música se pega, tiene ritmo y hasta coreografía. Este que hicimos es gracioso, pero no imaginé que de la noche a la mañana iba a tener tantas reproducciones y tan rápido. Me tocó experimentar eso por primera vez”.
Para Charly Pi, esta situación tiene que ver con la forma en la que la gente consume la información actualmente. “La gente ahora prefiere ver las cosas en internet que en la televisión. El caso de Rubí es un claro ejemplo de esto. Fue una situación muy inocente, de chiste y por eso se compartió tanto”, dice. “En el momento en el que la televisión comenzó a cubrirlo perdió el chiste. Las redes sociales tienen mucho poder. Cuando la gente se pone de acuerdo, puede hacer cosas buenas que van desde el entretenimiento hasta causas sociales”.
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