Estado de México aún no tiene un nuevo gobernador. Los resultados preliminares de la elección del pasado domingo dan una leve ventaja (de menos de tres puntos porcentuales) a Alfredo del Mazo, del PRI, sobre Delfina Gómez, de Morena. Eso no garantiza una victoria priísta. Las cifras definitivas no serán anunciadas hasta mediados de esta semana.
Mientras tanto, Andrés Manuel López Obrador, líder del partido color guinda, ha rechazado estos resultados, que considera parte de un fraude electoral. Un escenario similar ocurrió hace 11 años en la elección presidencial en la que unos cuantos puntos separaron a Felipe Calderón de López Obrador, resultado que también fue desafiado por el político tabasqueño.
En otros países como Argentina, Colombia y Francia este tipo de situaciones se pueden resolver con una segunda vuelta electoral, pero esa figura no existe en México. Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, explica a Verne la razón de esto y responde otras siete preguntas sobre lo que puede suceder cuando una elección federal o estatal es muy cerrada.
1. ¿Por qué no hay segundas vueltas en México?
“En la tradición política mexicana ha prevalecido la fórmula de la mayoría relativa (obtener más votos que el resto de los contrincantes, pero no necesariamente más de la mitad del total de estos) y de una sola ronda electoral”, dice el académico vía telefónica. Sin embargo, han surgido una serie de iniciativas para cambiar el sistema a raíz de los resultados de la presidencial del 2006, añade. “En los sectores políticos, académicos y sociales se ha planteado la segunda vuelta como una alternativa. No se ha aprobado, pero el debate persiste por los posibles escenarios de resultados electorales muy justos como, los que acabamos de ver al menos en dos entidades”.
2. ¿Se puede hacer un reconteo de los votos cuando la elección tiene resultados muy igualados?
La reforma a la ley electoral en 2014 permite que un partido político exija el recuento de algunas casillas si este cree que hubo un error en el primer conteo. “Antes no era posible y eso es lo que sucedió en la elección de 2006”, dice Salazar. A raíz de estos comicios, la ley cambió para permitir un segundo conteo. Después del recuento, los resultados pueden cambiar y el triunfo se lo puede llevar el candidato que antes estaba en segundo lugar, pero los partidos políticos siempre pueden impugnar estos resultados.
3. ¿En qué situación se puede anular una elección muy reñida?
Cuando hay una diferencia del 5% o menos entre el primero y el segundo lugar, un partido político puede impugnar la elección, es decir, exigir al Tribunal Electoral que revise la autenticidad de los resultados. Salazar advierte que esta diferencia debe estar acompañada de una sospecha de un exceso de gastos de campaña, que rebase el 5% del monto asignado por la ley. También se puede impugnar en casos de un manejo indebido de la propaganda en medios de comunicación o de financiamiento de la campaña con recursos ilícitos.
“Tiene que haber una combinación de los resultados cerrados y alguno de esos factores”, apunta el investigador. “Ese dinero o actividad ilegal tienen que ser determinantes para el resultado de la elección y eso es complicado de comprobar e interpretar”.
4. ¿Qué sucede después?
Se convoca una elección extraordinaria, que es simplemente una nueva jornada electoral. Si un tribunal encuentra responsable a un partido político o candidato de algún delito electoral durante la investigación, este no podrá participar en estos comicios. Esta decisión también puede apelarse.
5. ¿En cuánto tiempo tiene que pasar todo eso?
Depende de la legislación (federal, estatal o local), pero siempre ocurre antes de la fecha de toma de protesta del funcionario, ya sea un gobernador, alcalde, legislador o presidente del país. Una vez que las autoridades electorales declaren a alguien como el ganador de una elección, la decisión es irreversible, a menos que comience un juicio político, pero esa ya es otra historia que no tiene que ver con el proceso electoral.
Eso no quiere decir que las investigaciones de delitos electorales concluyan en ese momento, explica Salazar. “Pueden tener consecuencias administrativas fiscales o penales, cada una de las cuerdas tiene su plazo propio de investigación. La conclusión de alguna de estas investigaciones podría alcanzar al candidato pero ya como un gobernante en funciones, esto ya no pasa por la vía de lo electoral”.
6. ¿En qué otros casos se puede anular una elección?
Antes de anular toda una elección, se pueden invalidar las votaciones de una o varias casillas. Esto sucede principalmente cuando se registran fraudes como sobornos, ataques o amenazas a los funcionarios de casillas o cuando los paquetes electorales no sean enviados en tiempo y forma a las autoridades correspondientes para su conteo. Cuando estas y otras irregularidades graves suceden en por lo menos 20% de las casillas en un distrito, municipio, estado o en el país (dependiendo del tipo de comicios), la elección se anula. Estas no son las únicas causas de invalidación, el resto se pueden encontrar en la Código federal de procesos electorales.
7. ¿Se ha anulado una elección en años recientes?
En 2015, el Tribunal Federal Electoral invalidó la elección para presidente municipal de Centro (Villahermosa, capital de Tabasco), porque se registraron varias irregularidades en las casillas. Los nuevos comicios se llevaron a cabo en marzo del año siguiente y el triunfo fue nuevamente para el entonces candidato del PRD Gerardo Gaudiano.
8. ¿Estas reglas son válidas en todos los Estados?
"Cada estado puede contemplar otras modalidades de anulación de elecciones", explica Salazar, "pero la mayoría de las entidades siguen la lógica de la legislación federal”.
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