Caza al bicho
Nunca escucharás a un millennial referirse así a un pokémon. Pero, claro, Julio (61 años), Manuel (57), Juan Carlos (52) y Luis (41) ni vieron la serie en los 90 ni jugaron a los videojuegos de Nintendo. Sin embargo, Pokémon Go sí les atrapó desde que nació, hace casi un año. Quedan a diario en Alcalá de Henares (Madrid) y, junto a otros jugadores más jóvenes, se van a “cazar bichos” juntos y, de paso, a andar muchísimo.
Nos vemos con ellos en un emplazamiento estratégico, el parque O’Donnell, situado junto a una zona llena de pokeparadas, lugares que la realidad virtual de este juego trasforma en sitios donde abastecerse. “Cuando la gente lea el artículo, esto se va a llenar de jugadores”, dice Luis. Cada uno va armado con un smartphone, la pulsera de Pokémon Go -que sirve para cazarlos mientras no estás pendiente del móvil- y baterías externas. El juego, que fue lanzado el 6 de julio de 2016 en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda y llegó a España oficialmente nueve días después, fue un fenómeno global.
Hubo un momento en el que Pokémon Go era más descargado que Tinder, se acercó en número de usuarios diarios a Twitter y aumentó el valor de mercado de Nintendo en 13.000 millones de euros. El boom terminó, pero sigue siendo una aplicación con muchos seguidores. Hasta el 28 de febrero de 2016, según Meristation, el juego había sido descargado 750 millones de veces. En abril de este año, según el último dato difundido por Niantic -empresa desarrolladora- y que recoge Forbes, había 65 millones de jugadores activos en todo el mundo.
Entre ellos están Julio y Manuel. Se conocen porque son vecinos, pero no se hicieron amigos hasta que empezaron a jugar a Pokémon Go. Cada uno salía a andar por su cuenta y, de tanto encontrarse con los ojos pegados a la pantalla, empezaron a charlar más a menudo. Por otros jugadores descubrieron un grupo de la app de mensajería Telegram que agrupa a casi 100 pokemaniacos de Alcalá de Henares. Así conocieron a otros muchos, como Juan Carlos y Luis.
El crack de la pandilla, según sus amigos, es Julio, que se enganchó por sus nietas. “Empecé con ellas en agosto del año pasado durante las vacaciones. Nos lo pasábamos muy bien. Jugábamos con sus cuentas, salíamos a pasear y no parábamos de cazar... Es que el juego es más divertido de lo parece”, añade.
En verano de 2016 ya llevaba seis meses jubilado, tras toda una vida como maquinista de Renfe. “Después de las vacaciones, tenía que salir a andar por la mañana para mantenerme activo. Me daba muchísima pereza. Pero con el juego cambiaron las cosas. Me enganché y no paré. Llevo 4.700 kilómetros andados”. Es decir, más de 13 kilómetros al día en el último año. Es el más fuerte del grupo: nivel 40 (el máximo). “Le dedico unas ocho horas al día. Y a veces más”, añade.
Su amigo Manuel lleva en torno a la mitad de distancia recorrida. Habla del juego con cierto recelo, casi despreciándolo, pero está igual de enganchado que el resto: “Cazar los bichos me da igual. Lo que me importa es haber tenido una excusa para conocer esta gente y salir a pasear”.
Juan Carlos lo ve de una forma parecida. Él necesitaba caminar por motivos de salud, después de sufrir un accidente de tráfico. “Me costaba una barbaridad salir a andar porque sí, pero con el juego me divertía. Así me pasa, que bajo a tirar la basura y tardo una vida en volver. Mi mujer se solía cabrear, pero ya se ha acostumbrado”. Su hijo Adrián, de 24 años, también acude a la entrevista. Ha recorrido 3.400 kilómetros desde que instaló la aplicación, mil menos que su padre.
Enganchados sin nostalgia
En el relato de Juan Carlos y Adrián se esconde el mayor éxito de Pokémon Go. El hijo adoraba el mundo de Ash y Pikachu cuando era pequeño. Cumplía el perfil para engancharse a Pokémon Go: jugaba a todas horas con la Game Boy Color, coleccionaba los cromos y veía la serie. Entonces, su padre no le hacía ni caso a los pokémon. Ahora se conoce los bichos tan bien como su hijo. “Mira un Beedrill”, dice cuando una avispa nos molesta mientras charlamos.
El juego, que cumplirá un año en España el 15 de julio, es obra de Niantic, compañía de videojuegos estadounidense. La empresa no revela datos sobre el perfil de sus jugadores, pero el de este grupo de Alcalá de Henares no se corresponde en absoluto con el que se popularizó en los medios de comunicación.
Por ello, reciben comentarios muy parecidos de su círculo de familiares y amigos: “Mi mujer dice que estoy pirado”, comenta Manuel; “Mis nietas me llaman maestro pokémon”, añade Julio; “Mis compañeros de la fábrica no entienden nada”, dice Juan Carlos; “Todo el mundo me dice que esto es para jóvenes, no para mí”, indica Luis.
Eso sí, saben que cada uno de los comentarios anteriores encierra un matiz positivo. “Están contentos de que andemos y de que lo pasemos bien. Viene bien para hacer ejercicio, así que perfecto”, dice Julio.
Pokémon Go, para hacer amigos
“Te acabas picando. Es un ansia que no puedes parar. A ver quién tiene mejores bichos, quién tiene mayor nivel…”, indica Juan Carlos, empeñado en superar a su hijo. Manuel lo analiza de forma parecida: “Empiezas y te atrapas. El juego es una tontería, pero es un reto el tener más y más. Sin embargo, lo importante es la gente que conoces. Siempre nos pasa lo mismo. Echamos un rato y terminamos con unas cañitas o un mus”.
Hace un año ni se conocían y ahora se pasan hasta ocho horas caminando juntos. Se suele acusar a los videojuegos de fomentar el sedentarismo, pero con Pokémon Go pasa justo lo contrario. Con una caña de por medio, tras una jornada de caza, discuten de lo que les une.
-Mi favorito es Exeggutor, que tiene Rayo Solar.
-Yo prefiero a Vaporeon. Gana a cualquiera.
-¿Y cuándo sale la nueva generación?
-No sé a qué están esperando para sacar los legendarios.
-De momento no se sabe, pero cuanto antes introduzcan las peleas entre jugadores, mejor.
–¿Pedimos otra ronda?
"Pokémon Go es un fenómeno único"
El videojuego al que está enganchado este grupo de amigos de Alcalá de Henares es "un fenómeno único", según el periodista responsable de actualidad en la revista de videojuegos Meristation, Sergio Carlos González. “No hay ninguna otra propiedad intelectual capaz de hacer esto”, dice.
Hay varios motivos que, en su opinión, explican el éxito de Pokémon Go: “Primero, se trata de una saga muy consolidada. Es la licencia de Nintendo más vendida de todos los tiempos, por encima de Mario. Además, fue lanzado en una plataforma masiva, los smartphones, en vez de en una consola. El lenguaje del juego es muy sencillo y, por último, es gratuito”.
El nombre del videojuego fue lo más buscado en Google en 2016 a nivel mundial y lo tercero en España, solo por detrás de Juegos Olímpicos de Río 2016 y Eurocopa 2016. “España es uno de los países de Europa en los que mejor ha funcionado Pokémon Go. Que siga triunfando no depende tanto del contenido, sino de la gente. Las mareas populares del pasado verano fueron clave”, comenta.
El hecho de que haya jugadores como los que protagonizan este artículo es, según González, “algo maravilloso”. “Que un videojuego”, continúa, “haya sabido conquistar a un público antidigital me parece muy bonito. Pokémon Go es un arma de socialización. Que haya grupos como este demuestra lo accesible que es Pokémon Go”.
El juego está muy lejos de su pico de jugadores activos, pero sigue teniendo “muchísimos seguidores”. “Del total de personas que se bajaron el juego, lo ha dejado en torno a un 90%. Pese a ello, partiendo de 750 millones de descargas, el número de jugadores sigue resultando abrumador”, indica el periodista de Meristation.
González cree que Pokémon Go “tiene mucho futuro”, y lo deja claro contestando a algunas de las preguntas que se hacen los jugadores de Alcalá de Henares. “La actualización que se acaba de anunciar incluye las batallas entre jugadores, los gimnasios van a dar objetos, al igual que las pokeparadas… El juego se ha revitalizado de cara a este verano. No va a ser como en su mejor época, pero va a recuperar muchos jugadores”, añade.
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