Una familia que había acudido a una cafetería de Logroño descubrió al recibir la cuenta que una de las camareras del establecimiento había escrito un comentario en el ticket sobre sus hijos. "Niños repelentes", aparece escrito a bolígrafo en el papel. Además de tramitarse una reclamación ante la administración local, tal y como recoge el diario La Rioja, el documento lleva días apareciendo en medios de comunicación y redes sociales. En él se muestran los datos del establecimiento. La responsable de la cafetería explica a Verne que se siente acosada desde que esta situación ha salido a la luz.
El ticket aparece adjunto a la hoja de reclamaciones registrada en la Dirección General de Justicia e Interior de la provincia que han presentado los padres de los dos niños de 9 años de edad. Los cuatro acudieron al lugar junto a los abuelos y un tío de los niños. "No habían dado guerra alguna y al principio pensábamos que se trataba de una broma", comenta la madre al diario riojano.
La dueña de la cafetería logroñesa dice a Verne que se trata de un malentendido y una anécdota que se ha ido de las manos. En su momento, ya aseguró al diario La Rioja que el término "niños repelentes" no iba dirigido a los dos hijos de los clientes, ya que era una broma entre los camareros del establecimiento.
"Fue una idiotez por parte de una camarera que estaba aburrida, pero no considero que deba despedirla por este error. ¿Acaso nunca se ha equivocado nadie en la vida? ¿No merecemos compasión?", lamenta a Verne a través del teléfono la propietaria de la cafetería. Asegura sentir mucha presión después de que el asunto se haya convertido en tan mediático. "Las consecuencias se sienten más todavía en un lugar pequeño como Logroño, donde no viven más de 150.000 habitantes", comenta.
Propietarios de hoteles y restaurantes llevan tiempo protestando por lo que consideran una forma de dictadura del cliente en redes sociales y plataformas como TripAdvisor y Booking. Creen que estas plataformas conceden al consumidor muchos más derechos que deberes a la hora de evaluar sus hoteles o restaurantes, mientras que ellos quedan desprotegidos. En muchos casos, sienten que no pueden ni responder ni contextualizar los hechos que exponen determinados clientes críticos con su negocio.
Hace unos días, Inés Arrimadas denunciaba en sus redes sociales a una mujer que le deseaba una violación en grupo a través de Facebook. Fue sencillo localizar a la autora del escrito con una simple búsqueda en Google y LinkedIn después de que la líder de Ciudadanos compartiera el mensaje con el nombre y la imagen de su autora, que fue despedida de su trabajo muy pocas horas después.
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