¿En qué momento empezamos a odiar una canción de tanto escucharla?

Por mucho que te guste tu canción favorita le puedes coger manía si te pasas

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¿Cuántas veces escucharon Ted y Marshall '500 miles' de The Proclaimers?
¿Cuántas veces escucharon Ted y Marshall '500 miles' de The Proclaimers? .

Que no te pase como a ElRubius.

Cualquiera puede empatizar con lo que cuenta el youtuber en Twitter. ¿Quién no ha terminado detestando una canción que al principio le encantaba?

La psicóloga Amaya Terrón, que atiende a Verne por teléfono, explica ese proceso mental: la sobreexposición a un estímulo lo acaba vaciando. "La explicación psicológica a que una canción que nos gusta nos acabe aburriendo está en la habituación. Al sobreestimular los centros de placer, el estímulo pierde su potencial evocador", dice.

Terrón compara el hartazgo ante una canción, por mucho que nos guste, con la comida: "Puedes adorar el chocolate, pero si te pasas le acabarás cogiendo manía. Te dejará de estimular y ya no creará los procesos neuronales que desencadenaban el placer".

En psicología, la habituación se utiliza para superar miedos. "Funciona con estímulos buenos y malos. En terapia se va exponiendo poco a poco al paciente a situaciones que le provoquen miedo para que las acabe superando. Al fin y al cabo, consiste en acostumbrarse a algo", explica. El momento en el que nos cansamos (o acostumbramos) depende de cada persona.

Cuanto más rara sea la canción, mejor

El diario británico The Independent dedicó un artículo a este fenómeno en mayo. La ciencia detrás de la muerte de una canción tras escucharla demasiado explica que "los neurólogos creen que el cerebro cruza dos etapas al escuchar una canción que nos gusta: el núcleo caudado del cerebro se anticipa a nuestra parte favorita de una canción, mientras que el núcleo accumbens se dispara por el subidón, causando la liberación de endorfinas".

Traducción: una parte del cerebro anticipa la parte que más nos gusta y así se liberan endorfinas. "Se cree que cuanto más conocemos una canción, menos se enciende nuestro cerebro al anticipar ese momento", indica el artículo de The Independent, en el que opina el experto en psicología musical Michael Bonshor, doctor de la Universidad de Sheffield (Reino Unido). Como Terrón, Bonshor considera que "una canción se nos puede hacer aburrida por la sobreexposición. Los experimentos han demostrado que apreciamos menos un tema cuanto menos nuevo nos resulta".

El otro elemento clave, según este autor, es la complejidad de la canción. Cuanto menos común sea la estructura de una canción, más posibilidades hay de que el estímulo se siga despertando con el paso del tiempo. Bonshor pone el ejemplo de Bohemian Rhapsody de Queen, un icono popular sin estribillo y separado en seis secciones muy diferenciadas, es decir, una canción original y compleja. "La música es sonido organizado, pero la organización tiene que incluir algún elemento de lo inesperado, pues si no resulta emotivamente plana y robótica", indica Daniel J. Levitin en Tu cerebro y música.

Otra forma de acabar odiando una canción

¿Te acuerda de ese tema que sonaba la primera vez que besaste a tu ex? Sí, ahora lo odias porque te rompió el corazón. Y te molesta muchísimo porque la canción es buenísima (no te enamores escuchando a tu artista favorito).

"Eso se llama condicionamiento", indica Terrón. "Asociamos un estímulo a una persona. Puede ser un lugar, una fecha o una canción. En su momento, el estímulo se refuerza de forma positiva porque la persona nos evoca sentimientos positivos. Sin embargo, si nuestra consideración de esa persona cambia, también lo hará el sentimiento que nos despierta el estímulo, es decir, la canción".

Según Levitin, la música "activa algunas de las mismas regiones neuronales que activa el lenguaje, pero la música aprovecha mucho más estructuras del cerebro primitivo que participan en la motivación, la recompensa y la emoción"

En el caso de ElRubius, que puso su canción favorita de despertador, coinciden la sobreexposición y el condicionamiento. Es normal que deje de gustarte un tema que suena todas las mañanas y te acabe pareciendo cansino. Además, despertarse no es agradable (jamás). La relación positiva que ElRubius tuviera con esa canción cambió en el momento que la convirtió en el estímulo que le saca de la cama.

Hay una solución

Si odias tu canción favorita, hay una forma de que te reconcilies con ella. "Si pasas un tiempo sin escuchar la canción, volverá a sorprenderte y a gustarte cuando vuelvas a escucharla", añade Terrón. Es fácil quitarse la mochila de la sobreexposición para que te vuelva a gustar un tema, pero disociarlo de una experiencia negativa es más complicado. Si es tu caso, tiempo y paciencia.

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