Al regresar a Madrid tras 10 meses secuestrado en Siria, Antonio Pampliega tuvo que pasar tres días en el hospital a causa de un ataque epiléptico provocado por los golpes recibidos durante su cautiverio. Cuando recibió el alta, se fue a la playa. "Quien solo sepa que me fui a la playa pensará que estaba bien", cuenta por teléfono a Verne. "Luego estuve meses sin salir de casa por una depresión". Tras leer cómo se ha cuestionado a la presunta la víctima de la violación múltiple de los Sanfermines de 2016 por tratar de rehacer su vida, el periodista ha contado su historia para recordar que "que te vean sonriendo no significa que estés bien". El primer tuit del hilo ha superado los 13.000 retuits en sus primeras 48 horas.
Q Twitter es un bar donde los parroquianos pueden escupir cualquier tipo de exabrupto es algo q ya sabía. Pero estos días se están alcanzando límites peligrosos como poner en duda la declaración d víctima de violación por tratar de rehacer su vida. Así que quiero compartir algo:
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
En el hilo –que puedes leer al completo en la parte inferior del artículo–, Pampliega cuenta cómo algunos medios de comunicación han puesto en duda a la presunta la víctima de la violación múltiple de los Sanfermines. "Me parece lamentable que se cuestione a una víctima porque trata de vivir", escribe en el hilo. El periodista recuerda entonces cómo le afectaron a él las opiniones y juicios de terceros cuando regresó a España tras su secuestro.
Pampliega explica cómo, tras ser liberado, fue a comerse una hamburguesa porque estaba harto de comer arroz y huevos duros, y que cuando salió del hospital fue a un cine de verano a ver Star Wars. "¿Soy culpable de querer disfrutar? ¿Me juzgaríais? Pues hay gente que lo hace y lo sigue haciendo", escribe. "La gente, desde su sofá, se cree en el derecho a juzgar sin ponerse en la piel de la víctima", añade.
El periodista recuerda que no solo lo juzgaron a él, sino también a su pareja por seguir acudiendo a su trabajo aparentando normalidad durante su secuestro. "Algunos compañeros se atrevieron a juzgarla: 'Mira cómo viene hoy... y el novio secuestrado. Eso es que no le quería", cuenta en el hilo.
"Hemos perdido la capacidad de empatizar con el que sufre"
"¿Os imagináis la presión que debe estar sufriendo una muchacha de 20 años leyendo tantísimas gilipolleces de desconocidos?", pregunta el periodista en el hilo, en el que reconoce que él llegó incluso a plantearse el suicidio tras el acoso sufrido en redes. "Hemos perdido la capacidad de empatizar con el que sufre, y eso es muy peligroso. Mucho... Porque mañana os puede tocar a vosotros estar en el lugar de la víctima", concluye.
Pampliega explica a Verne –desde Afganistán– que se decidió a escribir el hilo para tratar de generar empatía. "Como víctima, me indigné", cuenta, "¿cómo puedes decir que una persona está bien sin hablar con ella? ¿Sabes cómo duerme por las noches? ¿Si vuelve sola a casa? Que se la culpabilice es vergonzoso".
Este tipo de comportamiento se conoce como victim blaming ("culpabilizar a la víctima"). No se produce solo en casos de agresión sexual –como explicamos en este artículo–, pero sí es donde es más común debido a la respuesta machista que suelen provocar sucesos como este. "Ojalá la chica lea el hilo y vea su repercusión para que vea que la gente la apoya, aunque haya cuatro descerebrados", cuenta Pampliega. "Porque eso, ver que te apoyan, ayuda muchísimo. Te lo digo yo".
El hilo que explica por qué no podemos cuestionar a una víctima de violación por “tratar de vivir”
Q Twitter es un bar donde los parroquianos pueden escupir cualquier tipo de exabrupto es algo q ya sabía. Pero estos días se están alcanzando límites peligrosos como poner en duda la declaración d víctima de violación por tratar de rehacer su vida. Así que quiero compartir algo:
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Desde algunos medios de comunicación (como el de la fotografía) han dedicado un artículo (https://t.co/KZFvMngZ7I) a tratar de ahondar en la vida de la víctima. pic.twitter.com/FECUdVWXrD
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Parece que puede sorprender que alguien que ha sufrido un trauma tenga derecho a tratar de rehacer su vida y de recuperar la normalidad. "[...] Un tiempo que le ha servido para volver a usar las redes sociales, retomar los estudios tras un parón de unos meses, viajar [...]".
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Son extractos del texto que he compartido... Se está cuestionando que la muchacha no se haya quitado la vida o que no se haya encerrado en una cueva para no volver a ver la luz nunca más. (4)
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
En este país, donde todo el mundo se cree que tiene el derecho a opinar, si te sales de lo 'normal' se te puede crucificar. Me parece LAMENTABLE que se cuestione a una víctima porque trata de VIVIR (5)
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Así que he decidido contaros mi caso. Lo primero que le sorprende a la gente es que, después de haber estado secuestrado, no haya perdido la sonrisa. Mi respuesta siempre es la misma... Ya me la borraron durante 10 meses. Y no pienso volver (6)
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
a perderla. ¿Sabéis qué fue lo primero que comí cuando recuperé la libertad? Pues una hamburguesa... Porque estaba hasta los cojones de comer arroz, aceitunas o huevos duros. Sí, soy culpable de querer disfrutar de la vida.
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Y después de salir del hospital en el que estuve ingresado tres días fui a ver Star Wars en el cine de verano del parque de la Bombilla, en Madrid. Porque tenía que seguir con mi vida... porque ya viví durante muchísimo tiempo encerrado y jodido.
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
¿Soy culpable de querer disfrutar? ¿Me juzgaríais? Pues hay gente que lo hace y lo sigue haciendo. Hay quienes creen que el secuestro fue un invento y que, mis compañeros y yo, nunca estuvimos retenidos por Al Qaeda.... (9)
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
El de la derecha soy yo (mayo 2015) y el de la izquierda también soy yo (mayo 2016). Entre las fotografías hay un año de diferencia y más de 50 kilos perdidos... ¿De verdad se puede poner en duda que estuve secuestrado? pic.twitter.com/VWR7eV0UjI
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Pues claro que se pone en duda... Porque la gente, desde su sofá, se cree en el derecho a juzgar sin ponerse en la piel de la víctima. Es lo sencillo... hablar por hablar. Porque así somos nosotros... sobre todo nos gusta hacer daño.
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Mientras yo estaba retenido en Siria... Mi pareja acudió todos los días a trabajar. Iba maquillada, arreglada, sonriente... Pues algunos compañeros de trabajo se atrevieron a juzgarla. "Mira cómo viene hoy... y el novio secuestrado. Eso es que no le quería".
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
¡COMPAÑEROS DE TRABAJO! ¡Pero con qué derecho, joder! ¿Quién nos creemos que somos? ¿Alguno de los que duda del testimonio de esa muchacha se ha puesto realmente en su piel?
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Soy partidario que los miembros de La Manada merecen la presunción de inocencia... Pero eso no nos da derecho a destrozar a la víctima por querer rehacer su vida, por ir a la playa o por seguir con sus estudios.
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
¿Os imagináis la presión que debe estar sufriendo una muchacha de 20 años leyendo tantísimas gilipolleces de desconocidos? ¿Qué ocurriría si decide quitarse la vida...?
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
No... No os echéis las manos a la cabeza. Yo he sufrido acoso en las redes sociales... Y se me pasó por la cabeza. Pero hasta que no lo sufres no lo sabes.... Hemos perdido la capacidad de empatizaz con el que sufre.
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
Y eso es muy peligroso. Mucho... Porque mañana os puede tocar a vosotros estar en el lugar de la víctima. FIN.
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!