Ainhoa Vidaurreta (Bilbao, 1983) dejó hace ocho años su trabajo en una discográfica para convertirse en la cantante y compositora de jazz Noa Lur. Buscó tiempo para componer canciones y, desde entonces, idea sus propios espectáculos, es productora de sus discos y también su propia representante. "He perdido la cuenta de las veces que, en entrevistas en las que voy acompañada de uno de mis músicos hombres, el periodista le pregunta que si soy mandona", comenta en un vídeo que ha compartido en su cuenta de Facebook.
"La primera vez que hicieron esa pregunta, ni siquiera yo misma me di cuenta del micromachismo. Desde pequeña llevo escuchando que era mandona, por tener carácter e iniciativa y estar siempre emprendiendo. Lo tenía asumido, aunque no lo compartiera", cuenta a Verne Noa Lur a través del teléfono.
Al tener que enfrentarse decenas de veces a esa misma pregunta, llegó a la conclusión de que "algo no funcionaba". Y entonces sintió la necesidad de contarlo en un vídeo: "Nunca me he grabado a mí misma para colgarlo en redes sociales. Al comprobrar que existe un patrón como ese, decidí hacerlo de forma espontánea, desde el cabreo".
"Me autoproduzco, soy mi propio manager, saco bolos, doy trabajo a la gente, canto, escribo canciones... Yo me lo guiso, yo me lo como. Y la pregunta es que si soy mandona... ¿Os pasa esto a los tíos? (...) Las mujeres que dirigimos un proyecto no somos mandonas, somos jefas", comenta Lur en el vídeo.
La cantante y compositora es también empresaria responsable de su propio proyecto musical. En 2017 ofreció más de cien conciertos para presentar su segundo álbum Troublemaker y su espectáculo Jazz for Children.
"Aunque soy consciente de que algunas mujeres también caen en eso, yo solo he tenido que escuchar si era mandona en mis entrevistas cuando un periodista hombre se lo ha planteado a uno de mis músicos hombres. Es un diálogo que se establece entre ellos. Por fortuna, me rodeo de profesionales que son también grandes personas y saben contestar a ese tipo de cuestiones, pero he decidido que no voy a volverme a quedar callada, aunque no me hagan la pregunta a mí directamente", comenta.
Otros clásicos del cuestionario machista, como si la agitada vida del artista le impide tener hijos, también aparecen en sus entrevistas. La campeona de Wimbledon Garbiñe Muguruza ha hecho parodia junto a José Mota de este tipo de situaciones.
"El hecho de que, a menudo, sean preguntas hechas sin mala intención hace que sea más complejo enfrentar la actitud machista que esconden tras ellas. Que te pisen sin querer hace el mismo daño".
Además de haberse desahogado, colgar el vídeo "también ha sido una oportunidad para que muchas mujeres expresen a través de los comentarios que se sienten identificadas y que otras a las que también les pasa reflexionen y comprendan que hay en ello un patrón machista", cuenta Noa Lur.
Un proyecto propio
Noa Lur dejó a los 26 años su trabajo como jefa de producto de artistas como Jaime Cullum y Melody Gardot en plena crisis económica. "Mi entorno temía que estuviera tirando mi vida por la borda", recuerda la cantante. Ahora se la considera uno de los nombres que forman el futuro del jazz en España.
Tras abandonar la discográfica en la que trabajaba, mantuvo un empleo a media jornada que le permitiera tener las tardes libres. "Quería dedicar tiempo a componer y seguir formándome. A los dos años, cuando me sentí segura, comencé a producir mi primer disco -Badakit-".
Ha recurrido a su experiencia previa para desempeñar otras labores que, en el caso de otros artistas, delegan en terceros. Ella es la que invierte en su proyecto y la que lo promociona. Es la jefa de su propia empresa y dirige a sus propios empleados. "Trato bien a la gente, con cariño. Por eso no me siento identificada con el término mandona", dice a Verne.
En este tiempo, ha sido telonera de grandes del género como Bobby McFerrin y Macy Gray. "Actuar antes de sus conciertos es una oportunidad de exponerte ante un público que está predispuesto a escucharte y a disfrutar con tu música", cuenta Lur.
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