Adela dedicó la mañana del lunes 6 de marzo a hacer una serie de recados para la empresa en la que trabaja. Uno de ellos era sacar 2.100 euros de un banco en ingresarlos en otro. Retiró el dinero en la sucursal del Banco Popular en Grado, un pueblo de Asturias de 10.000 habitantes a 20 kilómetros de Oviedo. "Unos 45 minutos después de sacar el dinero me di cuenta de que había perdido el sobre. Llamé al banco y no sabían nada. Empecé a buscarlo como una loca. Me preocupé muchísimo", dice a Verne por teléfono. No tardó en sentirse mucho mejor gracias a Radu Buliga, la persona que encontró su sobre en la calle.
Este hombre de 46 años vive en Grado desde hace cuatro. Llegó a España en 2004 procedente de Rumanía. Vive del dinero que le dan los vecinos de Oviedo, donde acude cada día en tren para pedir limosna. "Iba por la calle en dirección a mi casa cuando vi el sobre. Lo cogí y vi que estaba lleno de billetes de 50 euros. Lo primero que pensé fue en devolverlo. No me lo quise quedar en ningún momento", dice a Verne vía telefónica. La historia ha trascendido después de aparecer en medios asturianos como La Nueva España o Grado Noticias.
Buliga contesta sorprendido cuando le decimos que no todo el mundo habría devuelto el sobre: "El dinero no era mío. Estaba seguro de que la persona que hubiera perdido el dinero se estaría sintiendo fatal. Si te encuentras un sobre como ese, lo normal es que te pongas en el lugar de la persona que lo ha perdido".
"Fue un gesto de honradez impresionante"
Los protagonistas de esta historia son Adela y Buliga, pero hay otras personas que desempeñaron un papel importante: Emilio López, el director de Cáritas en Grado, y José Cuevas, el jefe de la Policía Local. "Al encontrar el dinero no tenía muy claro dónde tenía que llevarlo. Como tengo confianza con Emilio acudí a Cáritas", añade Buliga.
Se conocen porque Buliga ha recurrido a Cáritas en momentos de necesidad. "No solo ayudamos en lo económico. También escuchamos. Radu ha vivido en momentos de su vida en la calle. Ya sabía que era una persona honrada por cómo ha afrontado momentos difíciles, pero esto es diferente. Es una muestra de humanidad inmensa", dice por teléfono el director de Cáritas en el pueblo a Verne.
López avisó al jefe de Policía Local. "El sobre era del Banco Popular y solo hay una sucursal en el municipio. Cuando fuimos allí para preguntar si sabían algo, Adela ya había llamado por teléfono. No tardó en venir", recuerda Cuevas a Verne vía telefónica.
Cuando una persona devuelve dinero extraviado, tiene derecho a un premio. El artículo 616 del Código Civil estipula que la persona que había perdido el dinero debe abonar a la que lo ha encontrado una décima parte de la cantidad extraviada si es menor a 12 euros. Si es mayor, se debe abonar un 5%.
"Al levantar acta, echamos cuenta y quedamos en que el premio fuesen unos 120 euros. Radu no los quería. Decía que no quería un dinero que no era suyo. Fue un gesto de honradez impresionante. Le expliqué que tenía derecho a ello, que no lo estaba robando", añade el jefe de Policía Local.
"Los inmigrantes y las personas más desfavorecidas están denostadas por muchas personas. Esto es una lección para los intolerantes. Es una demostración de lo buenos que podemos llegar a ser. Radu no quería provocar un trastorno tan grande a otra persona", dice el responsable de Caritas en el pueblo. Buliga le quita importancia a su gesto: "Soy una persona normal y corriente. Solo quiero seguir con mi vida e intentar vivir lo mejor posible".
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