Abdeel Yáñez dejó su vida de oficinista hace siete años para dedicarse a lo que más le gusta hacer: viajar. Creó un blog al que llamó Viajero Peligro, que hoy es una página con presencia en todas las redes sociales. La más importante es Facebook, donde tiene más de 780.000 seguidores. Su objetivo principal, cuenta a Verne vía telefónica, es "inspirar a que otros viajen", y para eso comparte constantemente las crónicas de sus aventuras, así como guías y consejos para que el dinero no sea una limitación.
En esta Semana Santa, Yáñez nos ha recomendado algunos lugares en México que no son tan conocidos pero no por eso son menos espectaculares. Si te tocó trabajar estos días y todavía no planeas tus vacaciones, o si tienes corazón de aventurero, échale un ojo a estos destinos localizados en 11 Estados diferentes.
1. Cuetzalan (Puebla)
Es un pequeño pueblo de calles empedradas que se encuentra en las montañas de la sierra de Puebla. Está catalogado como Pueblo Mágico y se localiza a 170 kilómetros de la capital del Estado. "La magia del lugar es que cerca de ahí se siembra café de muy buena calidad", cuenta Yáñez. El sitio arqueológico totonaca de Yohualichan es otro de los atractivos de la zona.
2. Bacalar (Quintana Roo)
La laguna de los siete colores es un paraíso en la península de Yucatán que aún no ha sido alcanzado por los grandes desarrolladores. Sus aguas cristalinas son perfectas para nadar o practicar canotaje, y su pequeño poblado también es un Pueblo Mágico. Viajero Peligro sugiere hacer un recorrido por la ruta de los piratas y visitar los cenotes que hay alrededor de la laguna.
3. Mineral de Pozos (Guanajuato)
Se dice que es un pueblo fantasma porque fue abandonado por sus habitantes en dos ocasiones desde su fundación: la primera a causa del movimiento de Independencia y la segunda por la Guerra Cristera. Hace menos de tres décadas resurgió como destino turístico gracias a los vestigios de su esplendor minero. Es un lugar lleno de historia.
4. Lo de Marcos (Nayarit)
Si te gusta la combinación de playa y ecoturismo, Yáñez cree que este es el lugar ideal: "A diferencia de Sayulita, Bucerías y otros sitios más turísticos en la zona, Lo de Marcos es perfecto para descansar". Si estás en ese plan, puedes comerte un ceviche fresco en sus palapas. Si tienes ganas de un poco de ejercicio con vistas panorámicas, puedes hacer caminatas por los cerros que están alrededor.
5. Pantanos de Centla (Tabasco)
Es el área de humedales más extensa en América del Norte y uno de los ecosistemas con mayor diversidad. Alrededor de sus mangles habitan peces, moluscos, insectos, reptiles, plantas, y algunas especies en riesgo como el jaguar, el ocelote, el manatí, el halcón peregrino y la cigüeña jabirú. Puedes hacer actividades ecoturísticas, pero también visitar algunos de los 19 sitios arqueológicos que hay en sus alrededores.
6. Real del Monte (Hidalgo)
También es un antiguo centro minero y un Pueblo Mágico, gracias a sus viejas casonas, sus portales y sus fuentes enclavadas entre el bosque y varios cañones. Además de pasear por sus calles y comer pastes hidalguenses, Yáñez recomienda visitar el panteón inglés, donde fueron enterrados los mineros británicos que trabajaron en esas tierras.
7. Parras (Coahuila)
Cuando pensamos en enoturismo mexicano lo primero que se viene a la mente es el Valle de Guadalupe (Baja California). Pero este pueblo de Coahuila es otro importante territorio vinícola que vale la pena visitar. La hacienda productora más conocida -y la más antigua de América- es Casa Madero. La arquitectura y la historia del lugar se añaden a la lista de atractivos.
8. Cascada de Tamul (San Luis Potosí)
La única forma de admirar esta belleza natural es montarse en una canoa de madera y remar sobre las aguas turquesas del río Tampaón. El recorrido hasta la cascada es a contracorriente y dura alrededor de una hora y media. Mucho antes de llegar se puede escuchar el sonido del agua cayendo más de 105 metros.
9. Grutas de Loltún (Yucatán)
A 115 kilómetros de Mérida se encuentra el sistema de grutas más importante de la península de Yucatán. Su nombre se compone de dos vocablos mayas: Lol Tun, que juntos significan "flor de piedra". Es una zona arqueológica subterránea con rastros de ocupación de los primeros pobladores que datan del 9.000 a.C. Conserva como tesoros 145 pinturas murales y 42 petroglifos. En el recorrido iluminado podrás admirar las formaciones de estalactitas y estalagmitas de las cavernas y sus múltiples pasadizos.
10. Jalpan de Serra (Querétaro)
Para llegar hay que conducir en medio de la Sierra Gorda, que ofrece "una de las mejores vistas panorámicas de las carreteras mexicanas", según Viajero Peligro. Además de disfrutar la naturaleza, hay que visitar las misiones franciscanas construidas entre 1750 y 1760, y declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estos templos son ejemplares del barroco popular novohispano.
11. Hacienda Panoaya (Estado de México)
Si tomas un billete de 200 pesos, verás a Sor Juana Inés de la Cruz y atrás, la Hacienda Panoaya. Allí pasó sus primeros años la poeta y hay un museo dedicado a ella. En los exteriores se pueden hacer actividades como canotaje y tirolesa, además de visitar el aviario y el laberinto inglés. Yáñez lo describe como un buen plan familiar cercano a la Ciudad de México.
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