Has llegado a la prueba y, de pronto, te quedas con la mente en blanco. Meses de preparación que acaban en un bloqueo mental a la hora del examen. La PAU o Selectividad, las oposiciones o una entrevista de trabajo –cualquier evaluación con mucha expectativa de por medio– es el escenario perfecto para lo que los expertos llaman “ansiedad de evaluación”.
La psicóloga sanitaria Laura Reguera, especializada en Inteligencia Emocional, afirma que este tipo de ansiedad surge comúnmente “cuando la persona percibe que la valoración de su capacidad será negativa y el miedo al fracaso provoca que no pueda ver más allá de las posibles consecuencias negativas, por lo que se bloquea”.
Es normal que muchos estudiantes experimenten algún tipo de ansiedad durante el periodo de exámenes. Un estudio de 2016 realizado en la Universidad de Almería demostraba que el 35% de los alumnos universitarios padecen ansiedad durante las pruebas académicas. Sin embargo, no todos ellos sufren ansiedad de evaluación propiamente dicha.
“Aunque la ansiedad es una reacción natural ante las pruebas, normalmente, es ocasional y limitada. Cuando se desborda y es constante, el rendimiento cognitivo e inclusive el motor se atrofian”, agrega Reguera. En este caso, esta situación puede manifestarse con más severidad, a través de ataques de ansiedad o la mencionada ansiedad de evaluación.
Hay características personales que pueden facilitar la aparición de los bloqueos en los exámenes: una personalidad perfeccionista, baja autoestima o un exceso de expectativas y de exigencias (tanto propia como de la familia y profesores). Que la persona sufre fobia social o ansiedad patológica pueden ser factores que influyan, aunque no son determinantes. La edad tampoco parece un factor relevante, ya que puede darse tanto entre jóvenes como en adultos.
Gema Sánchez, psicóloga clínica y de la salud, afirma que el problema no tiene tanto que ver con la dificultad de la prueba, sino con "cómo la afronta la persona”. Además, la especialista añade que conviene tratarlo a tiempo, ya que a menudo la ansiedad de evaluación puede tener efectos más allá de la prueba concreta: "A partir de un episodio de mente en blanco, la persona puede evitar a toda costa presentarse a otro examen".
Las oposiciones, un caso bastante común
Las oposiciones son un tipo de examen cuyas condiciones resultan idóneas para que las personas experimenten la ansiedad de evaluación, tal y como reconocen los psicólogos consultados por Verne.
Valeria Guijarro, de 24 años, se presentó a las oposiciones en 2018 para una plaza de profesora de primaria en Madrid. Guijarro dice que la ansiedad que sintió, junto con el consecuente bloqueo mental, hicieron que fallara en su intento. La joven dice que probablemente no se presentará de nuevo.
“Desde el principio tuve mucho miedo. Todo el mundo me decía que era imposible conseguir una plaza, pero me dediqué al 100% a estudiar. En la parte teórica me fue bien, pero en la parte práctica me quedé pasmada. Después de las oposiciones me he cuestionado el haber elegido esta profesión”, afirma Guijarro. La joven dice que nunca antes se había quedado con la mente en blanco durante una prueba, pero “en ningún examen había estado tanto en juego y no eran de esta manera”.
Esto lo sabe bien la preparadora Almudena Palacios, que desde hace seis años ejerce como tutora especializada en preparar a los candidatos para las oposiciones, y una de sus primeras labores consiste en alistar la mente de sus alumnos. “Los alumnos llegan con mucho miedo al fracaso. Lo primero que intento hacer es animarlos y motivarlos”, dice Palacios vía telefónica.
La preparadora dice que la presión es mucha, ya que hay pocas plazas para el número de candidatos y que las oposiciones se han hecho fama de ser "algo imposible". Esto, según Palacios, suma a que los últimos años los estudiantes lleguen a la preparación desmotivados y con miedo.
¿Cómo evitar la ansiedad de evaluación?
La psicóloga Laura Reguera advierte que, frente a la perspectiva de una prueba, se debe evitar estudiar durante tiempos prolongados sin dejar espacio para el ocio y el descanso: “El síndrome de sobreentrenamiento es cuando tu cerebro está tan cansado que, por más que sigas estudiando, ya no rinde la parte cognitiva [del cerebro]”. El síndrome puede afectar el desempeño el día de la prueba, al bloquearse los accesos a los canales del conocimiento adquirido.
Imaginarse el día del examen y evaluar el nivel de ansiedad que te provoca es un ejercicio que debe ser parte de la estrategia de estudio, según sugieren los psicólogos. Reguera dice que si los pensamientos negativos y la ansiedad son excesivos durante ese ejercicio, se debe consultar a un terapeuta. Además, sugiere que se hable con colegas sobre los miedos para evitar la sensación de aislamiento.
Durante la prueba también existen formas para relajarse y evitar el episodio de la mente en blanco. ¿Una solución? Reguera sugiere respirar: “Previo a la prueba yo recomiendo que se aprendan y practiquen ejercicios de relajación como la respiración abdominal. Si la ansiedad se sale de control puedes hacerlos durante el examen y te ayudarán a aclararte. Nadie se dará cuenta y podrás rebajar la ansiedad”.
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