En la siguiente fotografía, la investigadora de la Universidad de Plymouth (Reino Unido) Imogen Napper sostiene una bolsa llena de productos de supermercado. Deberían estar en el suelo: la bolsa que los contiene ha pasado tres años en el mar y es, supuestamente, biodegradable. Se ha degradado tan poco que sigue siendo utilizable
My 3-year experiment is out today! This is a biodegradable plastic bag after 3-years in the marine environment, and it can hold a full bag of shopping. Biodegradable/compostable items do not necessarily break down quickly in natural environments like the ocean 🌊 pic.twitter.com/LDucC4NucJ
— Imogen Napper (@Imogennapper) 29 de abril de 2019
¡Mi experimento de los últimos tres años ha sido publicado hoy! Esta es una bolsa de plástico biodegradable después de tres años en el entorno marino. Y puede sostener toda una compra. Los objetos biodegradables o compostables no siempre se desgradan rápidamente en entornos naurales como el océano.
El tuit anterior ha sido compartido más de 4.500 veces en tres días desde el 29 de abril. Napper es la coautora de un estudio que ha puesto a prueba la rapidez con la que se descomponen los plásticos biodegradables.
Esta investigación, publicada en la revista Enviromental Science and Technology, consistió en dejar varias bolsas biodegradables y convencionales en entornos naturales durante tres años: en el mar, enterradas en tierra y al aire libre. "Nuestros resultados muestran que no se puede confiar en que las bolsas muestren, en todos los entornos, un deterioro sustancial tras un período de tres años", indica la investigación.
"Me sorprendió que después de tres años, todavía pudieras llevar tu compra a casa en estas bolsas. No tienen la misma fuerza que cuando eran nuevas, pero no se han degradado de una forma significativa", cuenta en National Geographic el otro autor del estudio, Richard C. Thompson, jefe de la Unidad de Investigación sobre Basura Marina de la Universidad de Plymouth. Para el experimento utilizaron bolsas de supermercados de esta ciudad británica.
El problema de los plásticos
Los plásticos suponen uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el medio ambiente. Solo en 2017, ocho millones de toneladas de plástico acabaron en el mar. Al ritmo actual con el que consumimos plásticos, en el año 2050 habrá más plástico que peces en los océanos. Y, sea biodegradable o no, todos los plásticos tienen efectos negativos. Por ello, los movimientos ecologistas insisten en que el reciclaje es importante, pero la mejor forma de evitar la contaminación que producen los plásticos es generar menos residuos.
Las personas que intentan reducir su consumo de plásticos son plasticarianos. "Mucha gente nos pregunta si defendemos una vuelta al pasado, el abandono absoluto e indiscriminado de todos los productos que contengan plástico. Pero, en realidad, este material ha permitido muchos avances, como que nuestros coches consuman muchísima menos energía. Por tanto, nuestro rechazo se centra fundamentalmente en los plásticos de usar y tirar, como las bolsas desechables, cuya vida útil apenas sobrepasa los 12 minutos", explicaba en Verne el plasticariano Javier Barrios.
Gran parte de los plásticos de usar y tirar tienen los días contados en la Unión Europea, si es que se cumple lo acordado a finales de marzo en Bruselas. La Eurocámara aprobó la directiva que prohíbe a partir de 2021 la venta de productos de plástico de usar y tirar: cubiertos, vasos, platos y bastoncillos de algodón. Tampoco se venderán envases de poliestireno expandido como los utilizados en las cajas de comida rápida, recipientes para bebidas, palitos de globos y los empleados para remover bebidas calientes. ¿Y las bolsas de plástico? No se prohíben, pero desde julio de 2018 es obligatorio que los negocios de España cobren por ellas.
Nuestro uso intensivo de plásticos también afecta a nuestra salud: un adulto medio puede ingerir entre 2.000 y 11.000 microplásticos al año. Los más comunes son los procedentes de los envases de zumos y de las botellas de plástico. "La pregunta que deberíamos hacernos es en qué producto cotidiano no aparecen", dice a Verne en este artículo Juan A. Conesa, investigador del departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante. Asegura que los microplásticos "también aparecen en la leche, los refrescos, la cerveza, el agua del grifo y el aceite de girasol".
¿Y qué puedo hacer para consumir menos plástico?
- Hacer la compra con una bolsa reutilizable en vez de una de plástico.
- Usar jabón de manos en pastilla en vez del líquido.
- Beber agua de grifo en cantimplora en vez de botella de plástico.
- Comprar productos a granel en vez de envasados en plástico.
- Escoger materias naturales para evitar así las microfibras plásticas que acaban en el agua.
- Beber en un vaso de agua y una taza de café reutilizables y descartar los de plástico.
- Comer en una vajilla convencional y no una desechable.
- No utilizar ni pajitas para beber ni globos inflables.
- Y, si finalmente se utiliza plástico, separarlo al reciclar (al cubo amarillo).
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