Prejuicios y verdades en la serie 'The Bisexual', según el colectivo

Preguntamos a activistas sobre esta comedia de Desiree Akhavan

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"No recuerdo haber visto hasta ahora una serie en la que el personaje principal sea abiertamente bisexual", comenta a Verne Carlos Castaño es responsable de políticas bisexuales de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). Es uno de los asuntos menos reivindicados dentro del colectivo LGTBI+. Y cuando se habla de ello, suele hacerse recurriendo a clichés.

Castaño celebra la llegada a la televisión de The Bisexual, mini-serie de la directora, guionista y actriz Desiree Akhavan (Nueva York, 1984) que puede verse en Filmin. Su nombre lo dice casi todo. De hecho, su creadora se esfuerza en que el término aparezca lo más posible en sus seis capítulos.

Su estreno llega después de que series recientes como Alex Strangelove (Netflix), sobre un adolescente que duda si le gustan los hombres o las mujeres, haya sido acusada del llamado borrado bisexual: no considerar esta tendencia sexual como una opción legítima en personajes históricos o de ficción. "En Orange is The New Black nunca nombran la palabra, aunque la protagonista lo es", recuerda Castaño.

En Verne hemos querido saber la opinión que varios activistas bisexuales tienen sobre ella. No incluimos spoilers más allá de las líneas generales de la trama que se plantean en el primer capítulo.

¿De qué va?

Leila es una estadounidense en Londres en pleno proceso de cambio vital. Ha decidido romper con su novia Sadie tras varios años de relación para intentar mantener una relación heterosexual.

Como tiene que mudarse de casa, comienza a compartir piso con un hombre, Gabe, que no ha conocido antes a una mujer homosexual o bisexual. A pesar de no entender nada, él tiene buenas intenciones y ambos terminan forjando una amistad. De hecho, su grupo de amigas lesbianas es menos comprensivo con ella.

Leila comienza a tener relaciones heterosexuales tras romper con su novia

El retrato de la bifobia

Tabernabi es un colectivo de activismo bisexual formado por cinco mujeres que organizan en Madrid actividades en torno a este tema. A finales de mayo, proyectaron y debatieron sobre el episodio piloto de The Bisexual en el local La Mala Mujer. Para ellas, lo más acertado de la serie es la forma en la que retrata la bifobia.

"Le vine de su entorno exterior, pero también de sí misma", apuntan a Verne. Algunas de las palabras de Leila hacen referencia "al estigma y al miedo generalizado de que somos personas más inestables porque no podemos ser felices dentro de una relación monógama".

Carlos Castaño opina que el retrato de la bifobia interiorizada es también "uno de sus puntos fuertes" y recuerda una frase que dice la propia protagonista en los primeros minutos de la serie: "La bisexualidad se inventó para vender vodka de colores".

Los seis capítulos también plantean la intolerancia hacia lo bi que existe a menudo en la comunidad homosexual. "Se refleja muy bien cierta violencia no física a la que se enfrenta la comunidad, a partir de los estereotipos que su entorno perpetúa, tanto heterosexuales como del resto del colectivo LGTBI+", dice el activista.

"El círculo del personaje, a pesar de ser un espacio seguro de gente LGTBI+, dista mucho de ser seguro ya que hay un rechazo claro a la bisexualidad", destaca Yolanda Cosgaya, vocal de cultura del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM).

La bifobia interiorizada, uno de los temas de la serie

El personaje hetero, un acierto

Podría parecer un error que Leila compartiera protagonismo con personaje hetero, un escritor bloqueado que trabaja como profesor y que combate la crisis de la mediana edad acostándose con una de sus alumnas. No es así.

El espectador asiste a esta exploración de la bisexualidad desde los ojos de Leila, pero también a través de las conversaciones que mantiene con un compañero de piso poco puesto en la materia. Akhavan desmonta los mitos en torno a la bisexualidad a través de los diálogos entre ambos. Por ejemplo, le explica que el sexo no es tan distinto entre hombres y mujeres.

"The Bisexual trata con inteligencia al espectador, pone sobre la mesa los estereotipos sin ánimo de aleccionar y muestra que todos los personajes son imperfectos. No existen referentes públicos más allá de Ada Colau (en España) o la propia Desiree Akhavan, así que es normal que se hagan lecturas simplistas sobre las cosas; no se educa en la diversidad", apunta Castaño.

"Sorprende que sea una salida tan tardía. Esto es bastante común dentro de la comunidad bisexual. No tenemos referentes, ni recursos específicos, ni comunidades que nos acojan. Las personas bisexuales somos las que más tardamos en identificar nuestra orientación sexual y por eso tardamos tanto en salir del armario", apuntan desde Tabernabi.

Gabe y Leila: compañeros de piso y de confidencias

La importancia del concepto monosexualidad

Aunque la serie no nombra la palabra monosexual, sí explica en qué consiste y la importancia de que la sociedad tenga este término en cuenta. Es un neologismo que pone en la misma categoría a la homosexualidad y la heterosexualidad, porque en ambas la gente se relaciona erótica y sentimentalmente con un solo género.

Es importante que cada vez se hable más de ello porque así se reivindican otras opciones alternativas igual de legítimas y que no entran en esa categoría. Así como el término cisgénero recuerda que existe la comunidad transgénero, la palabra monosexual defiende que la bisexualidad es también válida.

La excesiva defensa de la monosexualidad que hacen muchos personajes de la serie da pie a recordar la invisibilidad del colectivo bi. Al entorno de Leila, que es monosexual, solo le vale que ella se declare lesbiana o hetero. "El monosexismo hace que las personas bisexuales tengamos que estar continuamente saliendo del armario", lamenta Yolanda Cosgaya.

Las integrantes de Tabernabi coinciden con esta idea. "El binarismo de género es una noción errónea y discriminatoria: no existen solo dos géneros. Nos gustaría que la gente viera las orientaciones sexuales de la misma manera. Precisamente la bisexualidad tiene el poder de poner en duda ese modo dual y maniqueo en el que tendemos las personas a procesar la información que nos descoloca".

Sadie (izquierda), la expareja de Leila, no entiende su bisexualidad

Los fallos

Uno de los errores que aprecian desde Tabernabi es el modo en que varios personajes dan por hecho que los jóvenes tienen ahora más facilidades para salir del armario. "Todo tiene su momento, pero nos parece que minimiza la presión social que aún hoy en día tienen las personas LGTBI+", comentan.

Yolanda Cosgaya lamenta que la serie muestre tan a las claras la bifobia en las amigas lesbianas de Leila: "Hasta no hace demasiado, era una realidad bastante común. Pero cada vez es menor. Si la única serie centrada en bisexualidad la muestra así, perpetúa ese comportamiento".

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