"El patrimonio puede ser restaurado, pero las mujeres violadas nunca volverán a ser las mismas"

El Ángel de la Independencia de la Ciudad de México, uno de sus monumentos más conocidos, es la representación de una mujer. En realidad es una escultura de la diosa romana Victoria conocida en la antigua Grecia como Niké. La escultura se utilizaba para honrar la valentía y el triunfo en las batallas o las gestas deportivas, por ello no es de extrañar que aparezca en lo alto del monumento a la independencia mexicana y al valor de los héroes de la patria. Hoy en este emblemático monumento se lee: México feminicida en letras negras.

El pasado 16 de agosto algunas manifestantes que protestaban por varios casos de violación en la ciudad a manos de la policía, realizaron pintadas en el monumento que expresaban la rabia que se palpa en estos días por el aumento de la violencia contra las mujeres.

El colectivo Restauradoras con Glitter -formado por más de 400 profesionales del mundo del arte- reivindican que el Ángel de la Independencia se mantenga como está y que no se borren las marcas de la indignación. “De ninguna manera deberían retirarse los mensajes hasta que no se atienda y se resuelva el problema de inseguridad que padecen las mujeres”, afirmó el colectivo en un comunicado. Según la ONU, cada día son asesinadas en el país latinoamericano nueve mujeres, muchas de las cuales son menores.

Sofia Rojas, integrante de Restauradoras con Glitter, explica a Verne que lo que sucedió en el Ángel tiene que ver con una sociedad que está desesperada por tanta violencia. “No alentamos a vandalizar monumentos pero hay que reflexionar sobre lo que están diciendo las mujeres. Estamos hartas de vivir en una sociedad en la que tenemos miedo. Justo cuando discutíamos esto, una bióloga era asesinada en Palenque (Chiapas). Creemos que vivir así no es vivir”, explica Rojas.

En las paredes de la columna del triunfo pueden leerse todo tipo de mensajes: #NoMeCuidanMeViolan, La patria mata, Vivas nos queremos, Con nosotras no se juega, Violicías (sic). Actualmente, un perímetro de seguridad rodea el Ángel de la Independencia ya que requiere labores de mantenimiento después del sismo de 2017. Algunos grafitis han sido limpiados pero los que están en zonas más delicadas todavía se mantienen.

“En realidad lo que le da sentido a los bienes es el uso y cómo funcionan respecto a la sociedad. Es el dinamismo el que les da sentido de formar parte de este tiempo”, dice Sofía Rojas quien considera que los monumentos no tienen que ver con el significado del pasado, sino con el presente. “Con cómo interactúan con la vida. Cuando la sociedad necesita transgredir sobre estos símbolos es porque hay un mensaje rogando ser escuchado”, agrega la también arquitecta.

“Sostenemos que ninguna pinta debe ser removida hasta que no se atienda y se de solución al problema de la violencia de género en nuestro país”, dice el colectivo en el comunicado. En lo que va de 2019 se han contabilizado 9.900 casos de violaciones. La sociedad mexicana reclama celeridad en las investigaciones y la resolución de los casos. Mientras, la frustración y el agotamiento han dado paso a la rabia en las calles, los gritos desgarrados y las paredes pintadas.

En Italia, a miles de kilómetros de México, existe un dicho contra el que luchan las mujeres que quieren mantener el Ángel como está ahora. Muro pulito, popolo muto (pared limpia, pueblo mudo). “El patrimonio puede ser restaurado, sin embargo las mujeres violentadas, abusadas sexualmente y torturadas nunca volverán a ser las mismas”, dicen Restauradoras con Glitter. “Las vidas perdidas no pueden restaurarse, el tejido social sí”.

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