René, el nuevo tema de Residente, no es fácil de escuchar. Tiene una duración de más de siete minutos y una base instrumental pausada sobre la que el rapero de Puerto Rico hace un repaso a su vida. De los momentos felices y, también, de los muchos malos. “A veces ya no quiero estar aquí. Me siento solo aquí, en el medio de la fiesta. Quiero estar en donde nadie me molesta, quemar mi libreta, soltar mi maleta”, canta. Ha sido un éxito: ha superado los 40 millones de reproducciones en YouTube en menos de una semana y, tanto en Twitter como en los comentarios de la plataforma de vídeo, miles de personas han agradecido al músico que hable abiertamente de sus problemas de salud mental.
Una noche me sentía muy mal, estaba en Mexico, el estadio esperándome, y yo no quería salir del hotel. Llamé a mami porque quería tirarme del balcón y no sabía porqué. Esa noche llegaba un amigo y se quedó conmigo. Al otro día comencé a escribir este tema.https://t.co/dxyckDAoBx
— Residente (@Residente) February 27, 2020
Residente anunció esta canción el 28 de febrero con un tuit que decía: “Una noche me sentía muy mal, estaba en México, el estadio esperándome, y yo no quería salir del hotel. Llamé a mami porque quería tirarme del balcón y no sabía por qué. Esa noche llegaba un amigo y se quedó conmigo. Al otro día comencé a escribir este tema”. El mensaje ha recibido más de 5.000 respuestas, algunas de ellas de personas que reconocen haberse sentido igual que el artista, y agradeciéndole el mensaje. “Hace dos noches me sentía igual. No llamé a nadie, no había una multitud esperándome, no había balcón. Pero el sentimiento era el mismo. Gracias por esa letra”, contestaba una tuitera. “Gracias por escribir lo que muchos sentimos y no nos atrevemos a decir”, contaba otro.
El integrante de Calle 13 se suma así a la lista de músicos que, en los últimos años, han hablado sin tapujos sobre su salud mental tanto en sus letras como en sus redes sociales. También lo han hecho Billie Eilish, Katy Perry o J Balvin en el extranjero y, en España, Angy, Kase O, el trapero Pimp Flaco, Alfred… Para la psicóloga Sara González, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid y trabajadora del Centro de Rehabilitación Psicosocial Martínez Campos, “que haya personas públicas que hablen de su salud mental hace que se visibilicen esos problemas, lo que ayuda a reducir el estigma social”.
Que una persona pública hable abiertamente de salud mental, cuenta la psicóloga, no solo ayuda a normalizar las enfermedades mentales, sino que “el hecho de que ese músico o artista sea un referente para la persona con problemas de salud mental puede hacer que esta rompa con sus propios prejuicios sobre la salud mental”. Estos prejuicios propios, conocidos como “estigma internalizado”, “hacen que en ocasiones la persona sienta culpa, ansiedad social… E incluso pueden hacer que la persona prefiera no recibir ayuda psicológica”, explica González a Verne.
José Ramón Pagés, coordinador nacional de la Fundación ANAED (Asistencia Nacional para la Ayuda al Enfermo de Depresión) coincide con González. “Hasta hace pocos años parecía que la depresión no existía, y cuando un problema no existe, no se buscan soluciones”, cuenta a Verne. “Hay a gente a la que todavía le avergüenza contar que padece o puede padecer depresión, y el hecho de que un referente hable abiertamente de ello puede hacerle pensar: ‘Si esta persona a la que admiro lo está contando y está intentando superarlo, ¿por qué no lo voy a hacer yo?”.
Lo que los artistas muestran en redes también cambia
Al igual que Residente ha anunciado su tema René en Twitter hablando de las circunstancias en las que lo escribió, otros muchos artistas – y también youtubers, como ElRubius– se han animado durante los últimos años a hablar de sus problemas de salud mental en redes. La cantante Angy, a principios del pasado 2019, contaba en Instagram que sufría depresión y recomendaba a todos sus seguidores que tuvieran este problema que acudieran al psicólogo en busca de ayuda. “Al final son traumas que se enquistan y si no se curan, permanecen”, explicaba. “Aunque sientas a ratos que sí, pero cuando menos te lo esperas, vuelve a salir todo eso. Si tú eres una de esas personas y me estás leyendo, busca ayuda”.
Antonio Cano, miembro del Colegio Oficial de Psicología de Madrid y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, considera que en redes todavía “nos cuesta admitir que somos humanos, pero esto también está cambiando poco a poco”. “Contar que se tiene ansiedad o que se está deprimido, ya sea a través de la música o de las redes sociales, es bueno”, explica Cano. “Lo extraño es lo que mostramos normalmente: que nunca tenemos prisa, que nunca estamos agobiados, que nunca estamos tristes… Eso es una visión sesgada, que no es normal y que puede hacer que intentemos reprimir emociones que son comunes”.
Tanto en su tuit como en su canción, Residente habla también de un síntoma que presentan muchos pacientes de depresión: las ideas de muerte o suicidio. El coordinador de ANAED José Ramón Pagés explica que también con este problema ha habido un cambio de paradigma. “Antes se pensaba que hablar de suicidio podría provocar un efecto contagio”, explica. “Ahora, sin embargo, los especialistas defienden lo contrario, que es importante hablarlo con tu entorno de confianza. Solo contarlo en voz alta ya es una forma de autoterapia y, además, seguro que desde el entorno de la persona afectada se le recomienda que acuda a un especialista”.
De qué hablamos cuando hablamos del “estigma” de la salud mental
El estigma de la salud mental, según explica la psicóloga Sara González, es un proceso por el que aceptamos creencias estereotipadas y negativas vinculadas a los trastornos mentales. No solo canalizamos estos estereotipos hacia los demás, sino también hacia nosotros mismos. “En ocasiones, es incluso más duro que el problema en sí, y persiste más”, cuenta. “Hay personas que, después de solucionar sus problemas de salud mental, siguen teniendo problemas para tener amigos, encontrar trabajo, pareja…”.
Algunas autonomías, como la Comunidad de Madrid o Cataluña, cuentan desde hace meses con psicólogos clínicos en centros de salud. A pesar de este avance, Antonio Cano asegura que “todavía hay personas que no quieren acudir a ellos y recibir tratamiento, porque este se hace en terapias de grupo y no quieren contar sus problemas delante de los demás, porque creen que lo que les pasa está mal, que los van a juzgar”. Para el especialista, “que personas públicas como músicos o artistas se conviertan en un referente a imitar puede hacer que la gente admita como normal cosas que antes no admitía”. Como acudir a una terapia de grupo.
Referentes españoles que han hablado de salud mental
ElRubius, el youtuber con más seguidores de España, publicó en 2017 un vídeo en el que explicaba que dejaba YouTube durante un tiempo por problemas de ansiedad. "Cada vez siento más y más presión y cada vez me pongo más nervioso. Y cada vez me cuesta más respirar. Me dan como bajones", explicaba en el vídeo.
También Alfred, que representó a España en Eurovisión en 2018 junto a Amaia Romero, ha hablado de los ataques de ansiedad que sufría en la academia de Operación Triunfo. "Habrá gente que no entienda nada, pero quiero que se sepa que el cariño en esos momentos es fundamental. [...] A todo el mundo que tenga ansiedad quiero decirles lo que mi médico me dice a mí: 'Aunque os cueste la puta vida vas y lo haces", contó en la academia.
La cantante Angy, como hemos visto arriba, reconoció abiertamente en Instagram que había tenido depresión y recomendaba a los seguidores que tenían el mismo problema que acudieran al psiquiatra. También ha hablado mucho de ello el rapero Kase O, que ha explicado en muchas ocasiones –también a EL PAÍS– que pasó una severa depresión durante el proceso de grabación de su último disco. La canción Basureta, al igual que ha hecho ahora Residente, habla de este problema.
Letra de 'René', la canción de Residente
René, ven, vamos a estudiar.
Sí, te voy a hacer una pregunta, tú me la contestas.
¿Con qué partes del cuerpo
jugaban pelota los indios taínos?
René, contéstame
si es fácil.
Atiéndeme, atiéndeme, mírame.
¿Con qué partes del cuerpo, piensas,
jugaban pelota los indios taínos?
Ya sé, te la canto y entonces así tú te la vas aprendiendo.
Cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y...
Desde pequeño quería ser beisbolista, no llegué
así que aprendí a batear hits por encima de una pista.
Volví a tomar alcohol en mi despacho.
Escribo bien sobrio, pero escribo mejor borracho.
Cuando caigo en depresión
mis problemas se los cuento a la ventana del avión.
El estrés me tiene enfermo,
hace 10 años que no duermo.
El IRS me sigue investigando,
me estoy divorciando, pero no importa, yo sigo rimando.
Cometo errores, pero hago lo que pueda,
aprendí a aterrizar sin ruedas
y aunque en la calle me reconocen,
ya ni mis amigos me conocen.
Estoy triste y me río.
El concierto está lleno, pero yo estoy vacío.
En la industria de la música todo es mentira,
mi hijo tiene que comer, así que sigo de gira.
Solo me queda lo que tengo,
no sé pa' dónde voy, pero sé de dónde vengo.
Me crie con Cristopher, mi pana,
tiramos piedras juntos, rompimos un par de ventanas.
Corríamos por la calle sin camiseta
en las parcelas de Trujillo, cuesta abajo en bicicleta.
La bici encima del barro, con un vaso de plástico en la goma
pa' que suene como un carro.
Recargábamos batería con malta india y pan con ajo,
nadie nos detenía.
Éramos inseparables, hasta que un día
lo mataron entre cuatro policías.
Mi alegría sigue rota,
se apagaron las luces en el parque de pelota.
Ya no queda casi nadie aquí.
A veces ya no quiero estar aquí.
Me siento solo aquí, en el medio de la fiesta,
quiero estar en donde nadie me molesta,
quemar mi libreta, soltar mi maleta.
Quiero llamar al 7550822, a ver quién contesta.
Las peleas con mi padrastro cuando perdía el control
Las resolvía con él viendo un partido de béisbol.
Me invitó a pelear un par de veces,
me escapé de casa un par de veces,
pero nunca faltó el alimento.
Nos defendió con música, tocando en casamientos
a veces al horno, a veces de lata y microondas.
Compartíamos todo, la mesa era redonda.
Clase media baja, nunca fuimos dueños,
el préstamo del banco se robaba nuestros sueños.
La cuenta de ahorro vacía,
pero mami bailando flamenco nos alegraba el día.
Dejó de actuar pa' cuidarnos a los cuatro
y nos convertimos en su obra de teatro.
Ella se puso nuestras botas
y su vida fue de nuestros logros y nuestras derrotas.
Mi padrastro se fue con otros peces,
nos mudamos de la calle 13.
Me fui a buscar la suerte en un mar de paja
y mi vida entera la empaqué en una caja.
En la universidad de arte me becaron,
a la mitad de mis amigos los mataron.
Empecé a rapear de nuevo,
empecé a creer de nuevo
Volví, saqué un disco,
me comí el mundo de un mordisco.
En Puerto Rico despidieron empleados,
insulté al gobernador y quedó televisado.
Censuraron cuatro años de mi calendario,
abuela murió, no me vio tocar en el estadio.
Dije to' lo que sentí,
me quieren más afuera que en mi propio país,
pero aunque mis canciones las cante un alemán
quiero me entierren en el viejo San Juan.
Puede que la tristeza la disimule,
pero estoy hecho de arroz con gandules.
Y me duele, no importa que el ron de la madrugada me consuele
y desde adentro de la pulpa, si la cagué
a mi país le dedico cuatro pisos de disculpas.
Ya no queda casi nadie aquí.
A veces ya no quiero estar aquí.
Me siento solo aquí, en el medio de la fiesta.
Quiero estar en donde nadie me molesta,
quemar mi libreta, soltar mi maleta.
Quiero llamar al 7550822, a ver quién contesta.
Y si me contestan, quiero decirles que quiero volver,
que quiero salir de este hotel y desaparecer.
Y si me contestan, quiero decirles
que quiero bajar el telón
y a veces me sube la presión,
que tengo miedo que se caiga el avión.
Que no me importan las giras, los discos, los Grammy
y que en la calle 11 quiero volver a ver el cometa Halley con mami.
Quiero volver a cuando mis ventanas eran de sol
y me despertaba el calor.
A cuando me llamaban pa' jugar,
a cuando rapeaba sin cobrar
Quiero sacar las cartas de pelota del envase,
volver a robarme segunda base.
En verano, en Navidades,
limpiar la casa con mis hermanos
escuchando a Rubén Blades.
Quiero volver, ir al cine en la semana
y llegar a la escuela de arte en la mañana.
Quiero quedarme allí, no quiero salir de allí.
Quiero volver a cuando no me dejaban entrar porque me vestía mal,
quiero volver a sentir,
a cuando no tenía que fingir.
Yo quiero volver a ser yo.
Cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera,
cabeza, rodilla, muslos y cadera.
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