El pasado 25 de diciembre, Julieta Petrelli y Lucila Berella, ambas de 28 años, platicaban sobre el lugar que ocupa la mujer en las canciones que suenan en las fiestas. Ya antes, las docentes originarias de Caba (Argentina) habían planeado cambiar las letras de algunos temas que en su opinión denigran a la mujer, pero fue hasta esta Navidad cuando tomaron cartas en el asunto. Picky (quisquillosa), del cantante panameño Joey Montana, fue la primera canción que las dos jóvenes transformaron en un manifiesto feminista y que en una semana ha acumulado más de 50.000 reproducciones.
“La realidad es que este tipo de canciones suenan en todas partes y son pegadizas. La mayoría hace letras que sostienen una relación de opresión en la que ellas siempre están dispuestas a todo y son objetos de un él”, explica Berella a Verne a través de un correo electrónico. “Esta canción (Picky) no solo retrata la situación de acoso cotidiana que padecemos al salir a bailar sino que tilda de picky a la mujer que le dice que no y que decide sobre ella misma”.
Una de las estrofas del tema de Montana dice: Suena la música y lo que yo quiero es bailar contigo nena, pero yo no puedo. No puedo. Me dice yo no quiero, pero se complica yo no entiendo por qué es tan picky. En la versión feminista de Petrelli y Berella se escucha: Me dice hola y yo le digo goodbye. Me dice nena como tú ya no hay. Le digo no me busques ni faltes el respeto, que con tus comentarios no subís ningún ego.
Berella relata que en poco tiempo comenzaron a recibir comentarios de muchas mujeres que se vieron representadas por esta situación y también hubo hombres que estuvieron de acuerdo con la nueva letra. “Estamos luchando contra la opresión de un sistema patriarcal que no para de reproducir imágenes y estereotipos que posicionan a un género por sobre los demás”, señala.
La también militante en Mala Junta, sector de género dentro del movimiento popular Patria Grande, asegura que lo anterior se refleja en los quehaceres hogareños, los salarios y hasta poder caminar por la calle sin miedo. “Es sabido que entre amigas una acostumbra a pedirle a la otra que avise cuando llega si es que es de noche”, dice Berella. “Eso es porque tenemos miedo de que alguien nos acose, nos toque, nos viole o nos meta en una red”.
Berella comenta que este 2017, las mujeres en Argentina apuestan a que se produzca un cambio cultural visibilizando las violencias y las desigualdades que sufrimos a diario. “Apostamos a que una canción feminista no sea algo que sorprenda al auditorio sino que sea el lenguaje cotidiano”, explica. “Por nuestra parte, seguiremos produciendo canciones que colaboren en este camino de deconstrucción”.
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