A principios de 2017, Cynthia Montserrat Díez no imaginaba que en cuestión de semanas, uno de los antojitos que solo preparaba para su familia, se popularizaría rápidamente en redes sociales. Un familiar publicó una foto de un elote preparado por la joven de 28 años y el interés fue tanto que en febrero comenzó a venderlos y no, no son los clásicos cubiertos con mayonesa, queso y chile. Díez, quien estudió una carrera técnica en gastronomía, es la creadora de los E-Lokos, un platillo en el que el elote se cubre con mayonesa, papas machacadas (Chetos, Ruffles, Doritos), queso amarillo, crema, salsa valentina y chile en polvo.
La joven originaria de Huejutla de Reyes (Hidalgo) abrió una página en Facebook, que ya acumula más 16.000 seguidores, sin embargo, existen varios detractores de su producto. “No a todos les gustan nuestros experimentos, pero cada vez son más los que sienten curiosidad”, comenta Reyes a Verne en entrevista telefónica. Para muchos las papas y el queso amarillo podían antojarse, pero el acabose fue cuando Reyes anunció que comenzaría a preparar elotes dulces. Bombón con caramelo, chocolate con Nutella y chocolate con caramelo serían unas de estas. El anuncio se compartió más de 24.000 veces en dos días y recibió más de 8.000 comentarios.
Esta no es la primera vez que los mexicanos se ofenden cuando alguien intenta modificar la receta típica del elote preparado. En octubre de 2016, la web de recetas Tastemade UK publicó un video con la “receta mexicana” del elote preparado. En su versión el elote era cubierto con yogur, queso feta, parmesano, paprika y cebollín. El resultado fue una cascada de comentarios negativos, en su mayoría de mexicanos, y la web tuvo que pedir una disculpa a sus usuarios.
Reyes no está dispuesta a hacer lo mismo, pues asegura que esta no es la primera vez que el mexicano combina elementos dulces con salados. “El tamal es uno de esos platillos. El de piña es un ejemplo en el que se combina el maíz que es salado y un elemento dulce”, explica. “Otro platillo es el mole. Ahí mezclamos cacahuate, chocolate y chile. El Xojol es otro platillo a base de masa martajada, canela, coco, piloncillo, manteca y hoja de plátano. No sé por qué la gente se pone así con esos nuevos sabores”.
La aficionada a la repostería señala que en La Huasteca (zona en la que habita) hay muchas opciones de sabores y adelanta que todavía le falta mucho por experimentar. “Apenas empezamos”, dice. “El gusto se rompe en géneros. Hay quienes lo mezclamos todo. A algunos les gusta y a otros no”. A pesar de todo, Reyes asegura que el negocio va viento en popa y que es muy probable que amplíen el negocio pues ha tenido muy buena aceptación. “Yo desde hace varios años quería poner un negocio que me permitiera salir adelante sin dejar de cuidar a mi familia y eso es lo que hice. Si a la gente no le gusta lo que hago que no lo compre. No pasa nada”.
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