Xóchitl Itzel Arredondo eligió su nombre hace más de 15 años, cuando comenzó a identificarse como mujer transexual. Pero fue apenas hace dos cuando obtuvo los documentos que certifican que ese es su nombre legal y que pertenece al género femenino. Tiene 30 años y es cosmetóloga, estudiante y activista. Como presidenta de la asociación Mujeres Trans Tamaulipas quiere ayudar a sus compañeras a obtener el cambio de nombre y de identidad sexual sin tener que viajar al Registro Civil de la Ciudad de México, única entidad del país donde esto está permitido.
Ahora el nombre oficial de Arredondo es el que ella eligió, lo que ha significado un motivo de orgullo y un cambio que ha mejorado su vida y su autoestima. “Es un paso adelante ser reconocida legalmente como lo que uno quiere ser”, cuenta a Verne vía telefónica. El siguiente paso necesario es que este derecho sea reconocido en todos los Estados, sostiene, pues muchas mujeres trans que ella conoce no tienen la posibilidad de viajar.
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal modificó en 2015 su Código Civil para que cualquier ciudadano que desee cambiar su nombre o identidad sexual pueda hacerlo de forma sencilla. La posibilidad existía en la capital del país desde el 2008, sin embargo, era necesario realizar un procedimiento judicial que resultaba caro, lento y complicado. Hoy es un trámite que se realiza en unas horas en cualquier Registro Civil y tiene un costo de 62 pesos por la generación del acta de nacimiento actualizada.
“Fue muy fácil: solo entregas los papeles, llenas las formas y listo”, cuenta la activista de Tamaulipas. Los solicitantes deben presentar un acta de nacimiento reciente, su credencial de elector y un comprobante de domicilio. “En la primera cita se llevan su preacta y durante los siguientes 10 días hábiles reciben el acta nueva y un exhorto”, explica Eduardo Rodríguez, Comisionado Nacional de Diversidad Sexual del PRD, quien ha ayudado a muchas personas trans de diferentes Estados a llevar a cabo el trámite en la capital del país.
El exhorto es un oficio dirigido al Registro Civil de procedencia para que el acta sea modificada y así evitar delitos por doble identidad. Ese documento y el acta de nacimiento son suficientes para obtener otros documentos oficiales con el nuevo nombre, tales como el pasaporte o la licencia de conducir. De acuerdo a los últimos datos expedidos por la Ciudad de México, en poco menos de un año se recibieron las solicitudes de 940 personas que cambiaron del género masculino al femenino, y 560 personas que hicieron el cambio en el sentido inverso.
Eduardo Rodríguez asesoró en el trámite a la activista Xóchitl Itzel Arredondo. Y próximamente hará lo mismo con la muxe Naomy Méndez y un grupo de 30 a 40 mujeres trans del istmo de Tehuantepec que ella representa. Las o los muxes son considerados como "el tercer género" en los pueblos del sur de Oaxaca: nacieron hombres pero se asumen como mujeres, o adoptan características de mujeres, y tienen un rol definido en su comunidad.
A pesar de esto, aún existe la discriminación, asegura Naomy Méndez: “No somos cien por ciento aceptadas. Como comerciantes somos personas visibles, pero sigue existiendo discriminación”. Ella estudia ingeniería industrial en el Instituto Tecnológico del Istmo y ahí está registrada con su nombre de nacimiento, que es masculino. Pero el próximo semestre, después de hacer el trámite legal de cambio de nombre e identidad de género, podrá actualizar sus datos en la universidad.
La visita a la Ciudad de México del grupo de muxes está programada para el próximo 23 de junio. “Queremos tener una identidad con la que nos sintamos conformes", asegura Naomy Méndez. "Eso es lo que queremos: que se nos acepte como somos en nuestra comunidad”.
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