El asiento de un avión no es nuestra cama. De hecho, un avión es un entorno bastante hostil a la hora de conciliar el sueño. En los trayectos de larga duración, nos gustaría dormir durante el vuelo para ajustarnos lo antes posible al jet-lag o para no comenzar las vacaciones demasiado cansados. Una experimentada auxiliar de vuelo y un experto en trastornos del sueño nos guían sobre cómo lograrlo.
Lo ideal sería volar en primera clase, como se ha acostumbrado a hacer este youtuber. En Ethiad airlines te ofrecen mayordomo y hasta menú de almohadas y en Emirates viene con una ducha privada, para relajarse. El resto de mortales se conformaría con elegir el asiento anhelado desde la web de la aerolínea sin necesidad de pagar un extra. Pero ya está Sonia Marín para destruir nuestros delirios de grandeza aérea. Ella es directora de formación de tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) de la escuela Aerolink de Barcelona. Un TCP es lo que antes conocíamos como auxiliares de vuelo y, mucho antes, como azafatos y azafatas.
En este vuelo en primera clase de Emirates Airlines el asiento se convierte en cama. Suele costar más de 20.000 dólares.
Marín confirma a Verne a través del teléfono que cada vez es más complicado o caro que el viajero pueda elegir su asiento. "Además, existen infinidad de imprevistos que hacen que los pasajeros terminen colocándose en asientos diferentes de los asignados", explica.
Por eso, si se quiere dormir, su principal recomendación es "no depender de nadie más que de uno mismo". También asegura que "las mejores medidas para conciliar el sueño se toman antes del vuelo".
Antes de embarcar
- Si el vuelo transcurre durante la noche, es aconsejable despertarse a propósito un par de horas antes de la hora habitual la misma mañana del vuelo. "Ir algo cansado compensa las incomodidades del avión a la hora de conciliar el sueño", dice Marín. El largo proceso de arrastrar las maletas hasta el aeropuerto, facturarlas en el mostrador, desnudarse y vestirse de nuevo en los controles de seguridad y embarcar en el avión puede ayudar a terminar exhausto cuando llegamos al asiento asignado.
- Que cada uno se prepare lo que Marín llama un "kit personalizado de comodidad". Ropa que no sea un pijama, antifaz para evitar la luz, tapones para los oídos que nos aíslen de los ruidos externos... "Cada uno que lleve lo que necesite, pero hay que recordar que durante el vuelo la temperatura de la cabina suele ser baja", dice.
Durante el vuelo
- Alcohol no, valeriana sí. Hay quien piensa que un par de copas de vino le van a ayudar a dormir. Puede ocurrir, pero el alcohol destruye la calidad del sueño, así que es probable que se despierte pocas horas después. "Además, puede ocurrir que el pasajero termine montando un escándalo en vez de dormirse", recuerda Marín, con horas de vuelo a sus espaldas.
- Pida ayuda. "Deben tener en cuenta que un TCP no solo está para emergencias, también podemos ayudar si alguien se encuentra agitado o que se nos recuerde que está especialmente interesado en dormir durante el vuelo. Nunca despertaríamos a alguien si no es por un motivo de seguridad, como un cinturón no abrochado. Consejo: abrocharlo por encima de la manta para que los TCP no se vean obligados a interrumpir el descanso del pasajero.
- Repetir nuestras rutinas previas al sueño. Si lees 15 minutos antes de dormir, hazlo en el avión; si escuchas música clásica, hazlo; si estás enchufado a tus aparatos electrónicos... no deberías hacerlo, porque vas a desvelarte. Todo debe hacerse siempre y cuando no afecte al resto de compañeros de viaje. Marín comenta que hay códigos de conducta y una guía de etiqueta también en aviones. En su día lo hemos contado.
- No hay por qué convertirse en un prisionero en su propio asiento. No podremos ponernos a hacer yoga, pero tampoco tenemos que ser muy estrictos con las etiquetas. "Pasear por el avión no está prohibido", recuerda Marín.
- Y, finalmente, "no obsesionarse con que se debe dormir es uno de los consejos más importantes", dice esta directora de formación de tripulantes de cabina de pasajeros.
A pesar de todo lo anterior, puede que algún lector siga empeñado en saber si su asiento es el adecuado antes de comenzar a volar. Existen webs para maniáticos del control como Seat Guru, algo así como el TripAdvisor de los asientos de avión. Se introduce fecha y número de vuelo y muestra un plano del avión en el que se va a viajar, con códigos de color que evalúan la comodidad de cada asiento basados en reseñas de otros pasajeros.
¿Conviene dormir en un avión para evitar el 'jet-lag'?
"Forzar el sueño en un avión a una hora que no toca nos permitirá llegar más descansados, pero no va a ayudarnos a ajustar antes nuestro reloj biológico", explica a Verne Antonio Díez-Noguera, miembro del departamento de Fisiología de la Universidad de Barcelona.
El gran enemigo del sueño es el exceso de luz azul, como la que desprenden los monitores de teléfonos y tabletas, comenta Díez-Noguera. Es la razón por la que se nos recomienda no usar ese tipo de aparatos electrónicos antes de intentar dormir, "aunque cada vez más marcas tecnológicas diseñan pantallas que no emiten ese tipo de luz", puntualiza.
En los aviones no hay tanta cantidad de luz azul, pero igualmente es uno de los factores que más debemos cuidar si queremos dormir. "Si lo que se intenta es enfrentarse al jet-lag, lo mejor es hacerlo al llegar a tierra firme", dice.
El experto en cronobiología de la Universidad de Barcelona apunta que el reloj biológico de un humano dura en realidad 24,7 horas al día. Gracias a los relojes, lo ajustamos a un ciclo de 24 horas, pero lo hacemos de forma forzada. "Es la razón por la que, ante el jet-lag, nos cuesta menos alargar el día que acortarlo".
"Por lo general, creemos que lo mejor es encerrarse en la habitación del hotel para descansar, pero estamos equivocados. Lo ideal para ajustarse rápido al nuevo horario es el contacto social con otras personas y el exponerse a la luz en el horario local -no en el nuestro habitual-.
Por tanto, por muy cansados que estemos, debemos comportarnos a la una de la tarde como si fuera la una de la tarde.
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