"Pedro y yo probablemente vamos a grabar uno de los vídeos más peligrosos jamás vistos. Ha sido idea suya, no mía". Esto es lo que contaba en su perfil de Twitter la estadounidense de 19 años Monalisa Pérez, instantes antes de disparar en el pecho a su novio mientras dos cámaras grababan. Él, de 22 años, falleció de inmediato y ella terminó en una prisión en el estado de Minnesota, acusada de un homicidio en segundo grado, según la agencia Associated Press. La intención de la pareja era crear un vídeo con el que ganar notoriedad en YouTube.
Me and Pedro are probably going to shoot one of the most dangerous videos ever😳😳 HIS idea not MINE🙈
— Monalisa Perez (@MonalisaPerez5) 26 de junio de 2017
Según el registro policial, Pérez, embarazada de 7 meses, declaró haber disparado el lunes 26 de junio a Pedro Ruiz mientras él sujetaba un libro a la altura del pecho. Lo hizo con una pistola Desert Eagle del calibre 50, uno de los modelos más potentes del mercado, y a una distancia de 0,3 metros. La bala atravesó el libro y alcanzó su pecho. Se desconoce de dónde salió el arma con la que grabaron el vídeo.
Rodaron la secuencia en la parte trasera de un coche, para colgarlo después en su canal de YouTube LaMonaLisa. El perfil cuenta con 2.000 seguidores y sus autores lo describen como "una muestra del día a día de una pareja de padres adolescentes, con sus idas y venidas; logros y luchas".
Fue la propia Monalisa Pérez quien llamó a la policía tras el balazo, asegurando que "había disparado de forma accidental a su novio", explica NBC News. En su declaración, ella explica que Ruiz "había practicado el truco con anterioridad", disparando contra otros libros. Para convencer a su novia, llevaba semanas mostrándole cómo la bala no había atravesado las páginas de ninguno de ellos. Ahora, la joven enfrenta una pena de diez años de prisión y una multa de 22.000 dólares (17.522 euros).
La familia de la víctima explicó a una cadena local afiliada a ABC News que la pareja había comentado su deseo de convertirse en unb fenómeno viral creando vídeos impactantes. Su cuenta de YouTube contiene una selección de grabaciones publicadas desde mayo de 2017, en las que muestran su vida junto a su hija de tres años y sus vivencias durante su segundo embarazo.
Algunos de los vídeos se basaban en bromas inofensivas que ella le gastaba a él, como poner polvos de talco en su donut en vez de azúcar glaseado, rociar cera caliente de una vela encendida sobre su cuerpo o colocar pimienta picante en su bocadillo.
A menudo, los youtubers sirven de ejemplo social positivo para los usuarios más jóvenes de internet, convertidos en España en referentes relacionados con temas sociales como la conciencia ecológica y la defensa de los derechos de la comunidad LGTB+. Sin embargo, aquellos que desean ganar popularidad a costa de bromas han protagonizado polémicas, como es el caso de caraanchoa o ReSet, que dio galletas rellenas de pasta de dientes a un indigente.
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