Esta era la alineación de Croacia en la final del Mundial: Subasic; Vrsaljko, Lovren, Vida, Strinic; Brozovic, Rakitic, Rebic, Modric, Perisic; Mandzukic. El apellido de ocho de los 11 jugadores acaba en “ic”. Este sufijo significa “hijo de”, al igual que el “ez” de Nacho Fernández, Saúl Ñíguez y Lucas Vázquez en la selección española.
El historiador y vicepresidente de la Asociación de Diplomados en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria, José Luis Sampedro Escolar, explica a Verne por teléfono que los apellidos que incluyen estas fórmulas se llaman patronímicos. “Están muy extendidos por Europa”, dice. Estos son algunos de los patronímicos más importantes, según este experto. Algunos significan “hijo de” y otros “descendiente de”.
- “Ez” en España. Ejemplos: González, Martínez, Ramírez…
- “Es” en Portugal. Ejemplos: Gomes, Peres, Lopes…
- “Ic”, “ich”, “ov” y “ova” en países eslavos o de influencia eslava (como Rusia, Serbia o Croacia): Kalinic, Rebic, Kovacic, Petrov, Romanov…
- “Son” o “sen” en países bálticos y anglosajones (como Reino Unido, Suecia o Noruega): Johnson, Carlson, Rasmussen...
- “Mc”, "Mac" y "O'" en Irlanda. Ejemplos: McDonald, McLaren, O’Donnell, O’Ryan...
Hay otros patronímicos en Europa, como “escu” en rumano -Popescu-, “opoulos” en Grecia -Papadopoulos- u “oglu” en Turquía -Calhanoglu-. “Hay que destacar los patronímicos de los musulmanes y también utilizados por los judíos. El más extendido es Ben”, indica Sampedro. Ben Hassan, Bensoussan o Ben Mohamed son algunos ejemplos. “Benicassim (Castellón de la Plana) significa hijos de Casim”, añade Sampedro. Según este experto, en países como China y Japón también utilizan patronímicos.
En Francia también utilizan patronímicos, pero no se identifican con un prefijo o sufijo concreto. Martín, el apellido más extendido en este país, significa "hijo de Martín". En Alemania, los patronímicos más populares son los de procedencia escandinava (terminados en "sen", como Hansen). La mayoría de los apellidos en este país hacen referencia a profesiones, como el más popular, Müller (que significa "molinero"). El patronímico más utilizado en Italia es la preposición "Di" o "De" -Di Carlo, Di Giovanni, De Rossi...- y en Países Bajos "Van" -Van Bommel, Van Basten, Van der Vaart-.
Este mapa del lingüista y matemático Jakub Marian muestra los apellidos más populares en cada país europeo en 2016. En los países en azul, el más extendido es un patronímico. Algunos de los verdes también son patronímicos, pero relacionados con un empleo. "Popovic", en Montenegro, significa "hijo del cura".
El origen de “ez” no está claro. “Posiblemente proceda del vasco”, indica Sampredro. Coincide el presidente de la Asociación de Genealogía Hispana, Antonio Alfaro. “Los patronímicos más extendidos son los acabados en ez, pero Muñoz también lo es (hijo de Muño), al igual que Ortiz (hijo de Ortún) o Sanchís (hijo de Sancho)”, comenta Alfaro.
Los dos expertos aseguran que los patronímicos se empezaron a utilizar en la península ibérica en torno al siglo XI. “Servían para diferenciar a las personas a la hora de recaudar impuestos”, indica Alfaro. Por entonces, el hijo adoptaba el patronímico del padre, de manera que iba cambiando de generación en generación, a no ser que padre e hijo compartiesen nombre. Este sistema, como explicamos en este artículo, se sigue utilizando en Islandia: los hijos adoptan el nombre de los padres como apellidos con el sufijo "son".
“En el siglo XIV se empieza adoptar un mismo patronímico que no cambia de generación en generación. Se elegía el de algún miembro destacado de la familia”, añade Sampedro. Podía ser de hombre o de mujer, según conviniese. Hasta el Concilio de Trento, en el siglo XVI, las parroquias no estaban obligadas a registrar el apellido de las personas que nacían, se casaban y morían. Fue entonces cuando en los países católicos se estableció la obligatoriedad de que el mismo apellido pasara de padres a hijos.
A uno de enero de 2017, últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre los diez apellidos más extendidos en España había ocho terminados en “ez”. Y los otros dos, García y Martín, también son patronímicos según los expertos consultados por Verne: hijo de Garci y de Martín.
Llegados a este punto, parece que todos los apellidos en español son patronímicos, pero no. “Hay otras formas por las que se crean los apellidos. Las más extendidas son por un lugar (Gallego, Medina o Catalán) o un apodo (Rubio, Bravo o Calvo)”, comenta Alfaro.
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