El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, no ha descartado la posibilidad de que España cambie de huso horario. El ministro ha hecho estas declaraciones después de conocerse la propuesta de la Comisión Europea de eliminar el cambio de hora cada seis meses y que los países miembros se queden todo el año con la hora de verano, la que tenemos entre marzo y octubre.
Si se aprueba la propuesta de la Comisión, esto supondría que en en Madrid amanecería a las 9 de la mañana en invierno. La posibilidad de colocarnos en hora con Portugal dejaría el horario español más acorde con la situación geográfica española.
El meridiano de Greenwich pasa por el Reino Unido y por Aragón. De hecho, hasta 1940 los relojes marcaban la misma hora en España y en Inglaterra. Nuestro país cambió su hora a la de Europa Central durante la Segunda Guerra Mundial, una medida que también tomaron otros países como el Reino Unido. Pero España, igual que Francia y al contrario que Inglaterra, mantuvo el horario de Berlín en 1945.
La posibilidad de volver a la hora del meridiano de Greenwich es una medida que estaba incluida en los programas electorales de junio de 2016 de los principales partidos políticos (incluidos PP, PSOE y Ciudadanos). En febrero, Mariano Rajoy, por entoces presidente del Gobierno, lanzó una propuesta de conciliar y racionalizar horarios, sin que llegara a concretarse.
El desfase horario es especialmente evidente en Galicia, donde en torno una hora más tarde que en la costa mediterránea (en verano, a las diez de la noche). El BNG ya propuso en 2006 que Galicia siguiera la hora de Portugal y de Canarias (GMT). Esta petición a la Xunta fue defendida en el Senado un año más tarde. En una línea similar, la Generalitat de Cataluña suscribió un Pacto para la Reforma Horaria con el objetivo de adaptar los hábitos horarios a los del resto de Europa, adelantando, por ejemplo, las horas de almorzar y de cenar. El proyecto incluía la propuesta de ponerse en hora con Portugal y el Reino Unido.
En las islas Baleares, con una situación geográfica muy diferente, se planteó la propuesta diferente: pasar todo el año con el horario de verano (GMT +2). Todos los partidos pidieron al Gobierno en 2016 que no se hiciera el cambio de hora de octubre. En las islas el sol se pone casi una hora antes que en Galicia.
¿Cambiar de huso puede ayudar a conciliar?
Volver al huso horario de Greenwich es también una reclamación de entidades como la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), que consideran que sería un primer paso para ayudar a la racionalización de los horarios. Eso sí, el presidente de la entidad, José Luis Casero, apunta que "hay que ir paso a paso", teniendo en cuenta el impacto social de la decisión de dejar de cambiar la hora cada seis meses.
También apunta que lo verdaderamente importante es aplicar medidas útiles para favorecer la conciliación, como "el teletrabajo, horarios laborales hasta las cinco de la tarde, jornadas intensivas todo el año, flexibilidad laboral...". Y apunta: "¿De qué sirve que anochezca en diciembre a las siete -lo que pasaría si se mantiene el horario de verano como propone Juncker- si salimos de trabajar a las ocho?".
Coincide Marian Rol, doctora en Biología del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia: cualquiera de estas decisiones por sí sola no servirá para nada si no hay también un cambio en las costumbres y en los horarios de ocio y de trabajo. Si, por ejemplo, no se adelanta la hora del prime time en televisión, todo el posible beneficio de ponernos en hora con Portugal y adelantar los horarios se diluiría en apenas unas semanas.
En cambio, José María Martín Olalla, profesor de Física en la Universidad de Sevilla opina que “el huso horario tiene cero relevancia en nuestra vida. Vamos a sincronizar nuestros hábitos de forma natural a la luz solar. Por eso en España comemos a las 14:30 mientras que en Reino Unido lo hacen a las 13:30”. Es decir, comemos más tarde según lo que marca el reloj, pero la hora solar es la misma. “Además -añade-, teniendo en cuenta el Brexit, no tiene sentido igualar nuestro hora a la de Reino Unido en vez de a la de Francia y Alemania”.
Juan Antonio Madrid, de la Universidad de Murcia, afirmaba a Verne que no da igual lo que marquen los relojes: “Los horarios oficiales influyen en los hábitos”. Por ejemplo, en verano es más difícil dormir las horas necesarias porque no contamos con suficiente tiempo de oscuridad antes de conciliar el sueño.
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