Steve Irwin se hizo muy famoso en Australia por su serie de documentales titulada El cazador de cocodrilos. Algunos medios incluso lo llamaban “el Cocodrilo Dundee real”.
Pero el 2 de enero de 2004 se llevó bastantes críticas. Ese día sostuvo a su bebé de un mes con el brazo izquierdo mientras con el derecho daba de comer a un cocodrilo de casi cuatro metros de largo.
Lo hizo con público y en el zoo del estado australiano de Queensland que dirigía. En ese momento, la escena se comparó con la imagen de Michael Jackson asomando a su hijo por el balcón en 2002, aunque estos días la imagen más bien nos recuerda a la de Francisco Rivera toreando con su niña en brazos.
La acción fue criticada (más que comprensiblemente) por asociaciones en defensa de la infancia, además de por los medios y las autoridades políticas de la región. Irwin se defendió en televisión aduciendo que “lo que más me duele es que la gente pueda percibir lo que hago como peligroso”. Aseguró que su bebé “estaba más seguro con un cocodrilo que muchos conductores en la carretera”. No era la primera vez que hacía algo parecido: Irwin había hecho lo mismo con su otra hija. “Es la niña más equilibrada y que más sabe sobre cocodrilos del mundo”.
En el vídeo también le vemos mostrar una foto con su madre, tomada en 1996. Era el Día de la Madre y lo habían celebrado capturando 12 cocodrilos. Y recuerda que su padre hizo lo mismo con él. Cuando solo tenía 9 años y bajo supervisión de su padre, Irwin peleó por primera vez con un cocodrilo. Algo parecido a esta foto que publicó Rivera en Instagram en la que está a hombros de su padre, Paquirri, mientras este torea.
Irwin y Rivera no son los únicos padres con oficios poco habituales que han llevado a sus hijos al trabajo. En 2012 el skater Tony Hawk publicó en Instagram unas fotos llevando en monopatín a su hija de cinco años... Sin casco. Su excusa: "Es más probable que se caiga caminando en la acera que mientras patina conmigo". Pues quizás, pero Hawk llevaba casco cuando competía.
A pesar de la controversia, no se presentaron cargos contra Irwin. Eso sí, tanto él como su esposa aseguraron que no volvería a pasar. De todas formas, en 2012 el ya no bebé Robert Irwin dio de comer a un cocodrilo en el mismo zoo. En 2014 repetía, llevándose un pequeño susto.
Para entonces, Irwin ya había fallecido: murió en 2006 tras ser atacado por una raya mientras filmaba un documental.
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