Lo que hay que celebrar y denunciar en la marcha del orgullo gay en México

El 2016 ha presenciado avances, pero todavía falta mucho para acabar con la homofobia en el país

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Miembros y simpatizantes de la comunidad homosexual participan el sábado 18 de junio de 2016, en la Marcha por el Orgullo Gay en la ciudad mexicana de Guadalajara
Miembros y simpatizantes de la comunidad homosexual participan el sábado 18 de junio de 2016, en la Marcha por el Orgullo Gay en la ciudad mexicana de Guadalajara. EFE

El 25 de junio se celebra la marcha del orgullo LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales) en la Ciudad de México. En 2016, la tradición cumple 38 años en México. Este año también se han logrado algunos avances para asegurar los derechos de la comunidad gay en el país, pero algunos eventos recientes nos recuerdan que la homofobia y los esfuerzos por limitar estos derechos aún persisten.

Lo que hay que celebrar

Enrique Peña Nieto anunció una reforma para legalizar el matrimonio igualitario: En 2015, la Suprema Corte de Justicia mexicana estableció la inconstitucionalidad de cualquier ley que limite el matrimonio solo a la unión de un hombre y una mujer. Un año después, el 17 de junio, el presidente de México envió una iniciativa al Congreso para integrar este fallo con más claridad.

El gobierno mexicano prepara una campaña nacional contra la homofobia: El mismo 17 de junio, Peña Nieto le solicitó al Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (Conapred) liderar una campaña nacional contra la homofobia. Aunque Conapred ya ha lanzado campañas con este propósito, esta sería la primera con una escala nacional.

Las empresas se reúnen por primera vez para hablar sobre sus empleados LGBT: Pride Connection México, una alianza de 23 empresas, realizó en marzo su primera cumbre sobre mejores prácticas de inclusión de personas LGBT en sus filiales mexicanas. El año pasado esta alianza participó por primera vez en la marcha del orgullo gay en la Ciudad de México. Solo una empresa miembro, Cinépolis, es 100% mexicana.

La ciudad de Guanajuato tiene a su primera funcionaria transgénero: En marzo, Rubí Suárez Araujo tomó protesta como regidora de la ciudad de Guanajuato, capital de uno de los Estados más conservadores del país. El nuevo cargo de Suárez no está libre de retos. La funcionaria tuvo que solicitar a sus colegas que la llamaran Rubí, no José Luis (su antiguo nombre) y que se refirieran a ella en femenino. Algunos medios que cubrieron la noticia escriben su nombre entre comillas.

Lo que hay que denunciar

Los esfuerzos para detener el matrimonio igualitario: A raíz de la propuesta de Peña Nieto, un grupo de organizaciones formó el Frente Nacional por la Familia que convoca a la gente a no votar por candidatos o partidos políticos que estén a favor del matrimonio gay. Después de la jornada electoral de junio, algunos líderes religiosos aseguraron a la prensa que la causa de la derrota del PRI en algunos estados se podía leer como un rechazo de la población contra la iniciativa de Peña Nieto.

Los comentarios de funcionarios de Jalisco sobre la matanza de Orlando: Un funcionario del gobierno estatal de Jalisco y uno del gobierno local de Zapopan hicieron comentarios en sus cuentas de Facebook celebrando el atentado. Uno de ellos apoya una iniciativa en Jalisco para prohibir el matrimonio gay en ese Estado. Ambos fueron destituidos.

La defensa del grito puto en los estadios: Desde el mundial de futbol en 2014, la FIFA le ha advertido a la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) que recibirá sanciones cada vez que la afición mexicana grite la palabra puto en los estadios. A pesar de las sanciones, el grito se sigue escuchando en las tribunas y en redes sociales se ha defendido el uso de la palabra como parte del vernáculo mexicano. La Femexfut ha lanzado dos campañas para disuadir la práctica, pero cuatro activistas LGBT coinciden en que esto no será suficiente para cambiar la situación.

La película Pink: El filme plantea una relación disfuncional entre dos hombres gais que adoptan a un niño, concluyendo que los homosexuales no tienen la capacidad para ser padres. Fue dirigida y producida por el director Francisco del Toro, famoso por realizar filmes con mensajes de corte religioso ultraconservador. La Conapred no se pronunció en contra de la película, pero pidió que se cambiara su clasificación de B-15 a C (mayores de 18 años) para evitar que fuera vista por menores de edad. La cadena Cinépolis se negó a exhibirla.

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