Cien años después, Guadalajara dejará de usar caballos en sus calandrias

El municipio de Guadalajara planea sustituir 55 carruajes jalados por caballos por vehículos con motor

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Una actividad con casi cien años de tradición en la ciudad de Guadalajara (Jalisco) está a punto de terminar como la conocemos. El Gobierno municipal llegó a un acuerdo con los operadores de las clásicas calandrias (carruajes) turísticos de la zona centro para dejar de utilizar caballos para su tracción y sustituirlas por vehículos con motor eléctrico y evitar así actos de crueldad o maltrato animal.

De acuerdo con información del municipio, con este acuerdo se logrará que 110 caballos utilizados para jalar 55 calandrias dejen de circular por las calles y puedan ser entregados a refugios. Los animales podrán permanecer con sus dueños, pero sin estar dedicados a esta actividad. Merilyn Gómez Pozos, directora de protección animal en Guadalajara indica a Verne que aunque se trata de una tradición muy arraigada, es una actividad que debe de cambiar. “Las calandrias son muy importantes, por eso teníamos que cuidarlo atendiendo las exigencias de un sector de protección animal y de movilidad”, dice vía telefónica.

El paseo en calandria es una tradición arraigada en la ciudad de Guadalajara. Por un precio que oscila entre 200 y 300 pesos, los paseantes pueden tomar un recorrido de alrededor de media hora por las calles del centro, una actividad que se realiza desde hace casi un siglo.Sin embargo, esta actividad era peligrosa tanto para los caballos como para las personas. De acuerdo con el Colectivo Animalia en Jalisco, en los últimos 5 años se registraron 19 casos de accidentes viales en Guadalajara, principalmente de choques de caballos con automóviles o con peatones.

En días pasados, la funcionaria dio a conocer en sus redes sociales que un animal había muerto en la vía pública, y aunque su deceso no estaba relacionado con el trabajo realizado para acarrear la calandria, es importante retirarlos de la vía pública. “No es un espectáculo nada agradable del turista local ver cómo se desploma un caballo en la calle, sean las razones que sean”, señala.

Entre los planes del municipio se encuentra retirar a 10 calandrias y 20 caballos de las calles en los próximos cinco meses (por cada carruaje se utilizan dos animales para su tracción), ya sea que los propietarios permanezcan con ellos o sean donados a una organización o entregados al municipio para que les brinde un resguardo adecuado. En 2018 se retirarán otros 22 vehículos para terminar a mediados de ese año con la totalidad de los animales fuera de esta actividad.

Debido a los accidentes, el Gobierno municipal buscó renovar esta tradición con la sustitución de los vehículos. “Tenemos al año 4 millones de turistas y ni el 1% es el que usa las calandrias. Es un porcentaje minúsculo por eso apostamos que sea una reactivación de la actividad para que los operadores no dejaran sus empleos”, dice Gómez.

En Jalisco, el uso de caballos para tracción de vehículos no está prohibido por ley, como sucede en otros Estados. En Guerrero, desde 2014 el artículo 44 de la Ley de Bienestar Animal vetó el uso de caballos para tracción de vehículos en zonas urbanas, lo que propició la protesta de los operadores de calandrias del puerto de Acapulco. En la Ciudad de México, esta actividad se prohibió desde 2013.

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