50 metros de bandera LGTBI hecha con ganchillo y el empeño de 13 vecinas cordobesas

"Ha sido mi mayor entretenimiento de la cuarentena”, cuenta una de las tejedoras

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A la izquierda, Ángeles Rubio, una de las vecinas que han colaborado en la elaboración de la bandera. A la derecha la bandera arcoiris, ya finalizada y colocada.
A la izquierda, Ángeles Rubio, una de las vecinas que han colaborado en la elaboración de la bandera. A la derecha la bandera arcoiris, ya finalizada y colocada..

Era marzo. Cuando toda España intentaba aplanar la curva del coronavirus, Carmen Romero y más vecinas de Aguilar de la Frontera, una localidad cordobesa de 13.000 habitantes, se pusieron a coser mascarillas para colaborar en la lucha contra la covid-19. Cuando su ayuda ya no era necesaria, ella y 12 vecinas más decidieron seguir tejiendo, aunque en esta ocasión algo completamente diferente: este lunes han terminado de confeccionar una bandera de ganchillo con motivo de la celebración del día del Orgullo LGTBI+. Mide más de 50 metros de largo, y ahora cubre y da sombra a una de las calles del municipio.

“Me ha dado mucha emoción ver el toldo puesto este lunes, ha sido mi mayor entretenimiento de la cuarentena”, explica a Verne Romero, de 59 años. Según cuenta, ha dedicado más de 45 horas a confeccionar la bandera. “Era muy divertido hablar con todas las costureras y ver cómo, cada una en su casa, íbamos avanzando”, dice. “Desde pequeña me defiendo muy bien haciendo croché. He hecho las bandas roja y naranja de la bandera”.

Esta iniciativa se ha popularizado en redes sociales cuando el hijo de una de las costureras, Pablo de la Rosa, de 21 años, colgó unas fotos en Twitter el 19 de junio, cuando comenzaron a instalar la bandera, contando que su madre y unas amigas habían estado confeccionando el toldo durante los últimos tres meses. El tuit ya tiene más de 68.000 me gusta y 8.000 retuits. “Pensaba que era algo que se iba a quedar solo entre la gente del pueblo, pero he alucinado al ver las respuestas”, afirma a Verne De la Rosa. “Mi intención era poner en valor el trabajo de las voluntarias y el de mi madre”, cuenta.

Imagen del toldo colocado en Aguilar de la Frontera. Cedida por Pablo de la Rosa

La idea de preparar esta bandera surgió en el Ayuntamiento de la localidad. Según explica a Verne Carmen Zurera, concejala de Igualdad y Bienestar del municipio y una de las costureras que han trabajado la bandera, el consistorio pensó en poner un toldo de paraguas con los colores de la bandera, pero después surgió la idea de tejer un toldo utilizando lana sintética y utilizando la técnica del croché o ganchillo. “Es una herencia de igualdad que podrá permanecer durante generaciones en nuestra ciudad”, explica.

Zurera explica que la técnica -que consiste en encadenar punto con punto hasta formar una cadeneta- la han aprendido de la gente mayor del municipio. Para este proyecto se unieron 13 voluntarias de La Asociación Poley Fibromialgia de Aguilar, que se coordinaron a través de un grupo de WhatsApp para tejer cuatro paños de 13 metros de largo y 2,50 metros de ancho para unirlos posteriormente. Los materiales para elaborar la bandera costaron 600 euros, que fueron pagados por el consistorio, y cada una de las mujeres participantes tenía como encargo hacer dos de las franjas de colores de cada paño. Ángeles Rubio, una de las 13 tejedoras, ha enviado a Verne una foto del proceso, preparando la franja verde: 

Ángeles Rubio, tejiendo la franja verde de la bandera.. Cedida por Ángeles Rubio

Al final, cuando cada color estaba terminado, fueron Carmen Romero y la concejala de Igualdad las  que unieron todos los colores en una gran bandera de arcoíris. “El día de antes de ponerlo estuve hasta las 2.00 de la mañana cosiendo la bandera”, recuerda Zurera por teléfono. “Es como si le hubiera hecho una bufanda gigante a algún nieto”, dice entre risas.

Los lazos de ganchillo funcionan como metáfora de la intención del municipio de unir a distintas generaciones. “La leyenda del hilo rojo explica que todos estamos conectados de alguna forma, y tejer durante estos meses me ha conectado con mi abuela, que fue quien me enseñó croché”, recuerda Zurera.

La concejala afirma que este proyecto se ha llevado a cabo para visibilizar la discriminación que sufre el colectivo LGTBIQ+. “El objetivo era doble, primero entoldar la calle para celebrar el día del Orgullo y tener una distracción en los días de confinamiento”, afirma. Todos coinciden es que es maravilloso que la localidad se conozca porque hay gente que ha estado tejiendo una bandera que representa la igualdad y quieren que la gente que camine debajo del toldo sea consciente que en este mundo cabemos todos, sin importar a quién se quiera.

Cada una de las voluntarias se encargó de dos franjas de colores de la bandera. Cedida por Pablo de la Rosa

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