Un grupo de activistas bolivianas colocó una pollera (falda tradicional que llevan las mujeres indígenas en Bolivia) en la estatua dedicada a Isabel La Católica que se encuentra en una de las zonas más exclusivas de La Paz (Bolivia).
La acción, que se llevó a cabo durante el aniversario de la llegada de Cristóbal Colón a América, no fue un hecho aislado. La jornada estuvo marcada en varios puntos del continente por actos reivindicativos en contra del colonialismo y la conquista de América que tuvieron como objetivo de las protestas las estatuas de Cristóbal Colón. Las activistas bolivianas adornaron la estatua de la reina de Castilla, que financió la expedición de Colón en 1492, con un sombrero típico boliviano y un colorido aguayo, la manta de lana tradicional con la que las mujeres andinas o "cholas" cargan a sus bebés en la espalda.
"El colonialismo español trae la figura de la mujer blanca e instaura, en todo el continente, un modelo de mujer, de belleza y de virtud, un sujeto de feminidad muy específico que funciona hasta el día de hoy en las sociedades latinoamericanas. La mujer no blanca es, por excelencia, la fea, la no deseada, la destinada a los trabajos más baratos y duros", señala a Verne, María Galindo, fundadora e integrante de Mujeres Creando, el grupo detrás de la intervención.
Desde la organización proponen resignificar y reinterpretar la historia a partir de la vestimenta, el cuerpo y la historia. Todo ello pasa por reivindicar el lugar de las mujeres indígenas en la sociedad. "La chola, en este momento, ha ingresado a importantes sectores económicos de nuestra realidad: muchas se dedican a la importación desde China, a la venta del contrabando, están ingresando a la universidad, etcétera. La idea de que la mujer indígena está aprisionada en la cultura originaria alejada del mundo es una idea falaz. Entonces dijimos: chola sí, pero súpercosmopolita", señala la activista anarcofeminista.
La acción que se llevo a cabo en el centro de La Paz, en la zona de San Jorge, despertó reacciones enfrentadas en la sociedad boliviana y también numerosas críticas. "Ayer fue el día de la mujer boliviana y, a pesar de que somos indiferentes a celebraciones de este estilo, nos interesaba aprovechar estas dos fechas para intervenir la idea de la mujer blanca. La mujer blanca como la reina, patrona, dueña del mundo. La convertimos en chola desde un movimiento lúdico, y nos dijeron que habíamos agraviado el monumento. ¿Por qué? ¿Por qué desvestir a la reina y ponerle un traje que caracteriza a la mujer indígena es una agravio? Ahí opera una mentalidad racista que entiende eso como un insulto", afirma María Galindo.
La activista cuenta que la intervención fue guiada por tres de sus compañeras indígenas del colectivo Mujeres Creando. "Las tres comenzaron como trabajadoras del hogar y ahora una estudia Sociología, otra Derecho, y la tercera es la primera chola graduada como chef de la escuela hotelera de La Paz", comenta.
Galindo recuerda el caso de la última, Emiliana Quispe, a quien cuenta que le pidieron que dejar de usar la pollera en sus clases porque la institución la consideraba "antihigiénica". "¿Cómo va a ser antihigiénica?", se pregunta. Y sentencia: "La chola ha ingresado en la sociedad paceña y no gracias a su patrón o al Estado, sino a pesar de estos y todo el racismo desplegado contra ellas".
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